John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)
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viernes, 29 de abril de 2016

EL HOMBRE DE LA MANCHA



Como todos saben ya sin duda, se conmemora este año el 400 aniversario de la muerte de don Miguel de Cervantes  (o Cerbantes, como firmaba él) Saavedra. Magno acontecimiento y ocasión singular para homenajear a este genio de las letras. Vaya por delante que yo creo poco en los fastos oficiales y, en mi opinión, la mejor manera de pagar tributo a un autor es simplemente leer y apreciar su obra, que constituye su legado inmortal. Pero en fin, que nunca es malo lo que sea que contribuya -de un modo u otro- a acercarnos a un gran escritor. Para conmemorarlo debidamente, nos hemos apresurado a montar eso que tanto gusta y tan bien suena, una Comisión Nacional, llena de presidencias de honor y vicepresidencias, que sin duda se ha estrujado las meninges para sacarse de la manga todo tipo de actividades con sabor cervantino. Movida por la curiosidad -y también, porqué no decirlo, un tanto escamada por ciertas celebraciones vistas hasta ahora, como la que tuvo lugar en el Congreso de los diputados, que me pareció rozaba el ridículo-,  me he tomado la molestia de leerme el programa de actividades, y bucear un poco por su web (de diseño cuidado y limpio, se agradece).  
Ciertamente, el programa de actividades es amplio y abarca diferentes ámbitos. Nada menos que 68 páginas que reúnen más de cien actividades (aunque yo no las he contado, la verdad). Hay, por supuesto, muchas iniciativas interesantes, tanto en exposiciones -a destacar la que visité recientemente en la Biblioteca Nacional- como en artes escénicas o música. Para mi gusto, se abusa de esa moda que amenaza con convertirse en una plaga, esas lecturas continuadas de El Quijote que  abundan por todos lados. Este año, parece que se va a leer por todo el orbe, de Malasia a Camerún. Rizando el rizo, en Australia se han inventado una modalidad que va más allá, y que el programa de actividades describe así:
 
Dinero para leer. Dentro del proyecto del colectivo mmmm.tv,  Dinero para leer consiste en ofrecer una ayuda a un ciudadano australiano por leerse El Quijote íntegro, cumpliendo un horario laboral, frente a una cámara web que retransmitirá en todo momento el proceso de lectura. Las solicitudes de la ayuda se harán a través de la página web de la embajada, rellenando un cuestionario en el que los solicitantes habrán de responder a las preguntas: «¿Por qué motivos te leerías el “Quijote”?» y «¿Por cuánto dinero te leerías El Quijote?».
 
 Me pregunto cuánta gente se habrá presentado y cuánto habrán pedido por leerlo. No sé yo si que te paguen por leer se puede llamar estrictamente "fomento de la lectura"... En fin, que hay de todo y para todos los gustos, desde un concurso de grafiti cervantinos a otras actividades creativas, como el Ínsula Barataria Paca Project, una intervención urbana consistente (dice textualmente el programa) "en la construcción efímera de estructuras arquitectónicas mediante pacas de paja con distintos tratamientos, formas y funcionalidades", aunque la relación que eso pueda tener con don Miguel sea bastante tenue. Y todo huele un poco a improvisación, como el que en el programa figuren tantas actividades con la mención de "fechas por determinar". Es de temer que algunas de ellas no lleguen a materializarse y puedo dar fe de que al menos es así en un caso, y no menor. Casualmente, hoy Radio Nacional ha tenido la idea de emitir el musical de Mitch Leigh, con libreto de Dale Wasserman, El hombre de la Mancha, del que todos recordamos el ya clásico tema "El sueño imposible".
 
 
 
 
Sin duda este año cervantino era una ocasión de oro para hacer una reposición de esta obra en nuestros escenarios. Lo primero que he hecho es comprobarlo. Y sí, figura en el programa, del que se dice que "se estrenará en el Gran Teatro del Liceo en agosto de 2016". Lamentablemente, de eso nada. La web de Stage Entertainment, la productora que debía llevarlo a escena, comunica que han debido cancelar el proyecto por falta de interés. 
 
Otra ausencia que me parece llamativa, sobre todo teniendo en cuenta que en la citada Comisión Nacional figuran vocales de todas las comunidades autónomas, es que en alguna las actividades cervantinas programadas son iguales a cero. El mapa interactivo que nos facilita la citada web permite constatar  que ni en Galicia, en Euskadi, en Navarra, Cantabria, ni en La Rioja hay al parecer actos previstos (¿o no tienen la entidad suficiente como para aparecer reseñados?). En Barcelona -recordemos, ciudad cervantina- lo único que figura en el mapa es una "Edición especial de las obras de Miguel de Cervantes" a cargo de la colección Austral. Triste, la verdad.
 
En fin, si bien me parece que un país tiene el deber de honrar a sus literatos, creo que a don Miguel, a quien la fama y la fortuna le fueron tan esquivas, no le extrañaría tanto ver cómo son hoy las cosas.
 
 

viernes, 18 de octubre de 2013

BRUSELAS (II): FOGONAZOS LIBRESCOS Y ALGUNA CURIOSIDAD

 
Como ya anticipé en mi post anterior, mi visita a Bruselas fue breve, de modo que las impresiones han sido necesariamente fragmentarias. Por supuesto hubo que ver las atracciones turísticas de rigor (del muñequito ese del chorrito sólo diré que aquel día iba vestido de portugués; en mi ignorancia, tuve la impresión de que iba de tuno, que viene a ser bastante similar: por suerte Bruselas es además sede del Parlamento europeo y siempre hay alguien versado en asuntos comunitarios que te saca del error), entre ellas las famosas galerías cubiertas, las Galeries Royales, que presumen de ser (casi) las más antiguas de Europa y están llenas de comercios de postín -mucho chocolate-, restaurantes y cafés con solera y muchos, muchos turistas. No hubo tiempo de hacer un recorrido bibliómano de la ciudad como me hubiera gustado, pero en estas galerías pude admirar dos establecimientos notables. El primero, la añeja Librairie Saint-Hubert, un lujo de estanterías de roble y lámparas de época.
 

Según dicen, su surtido libresco también vale mucho la pena. Pero se me quitaron las ganas de husmear cuando un dependiente francamente brusco me reprendió por intentar hacer una foto. (La que ilustra esta líneas no es mía, como comprenderán.) El otro, casi enfrente, una tienda especializada en manuscritos. ¡Qué maravilla! Imposible no pensar en Stefan Zweig, que dedicó la mayor parte de su vida a coleccionar manuscritos de los autores y músicos que admiraba, para perderlos todos cuando tuvo que exiliarse.
 
¿Que quiere una carta de Einstein? No hay problema...
El paseo vespertino por un barrio encantador, el de Sainte-Catherine,  permitió descubrir una bonita (aunque lamentablemente cerrada) librería de segunda mano. Al indiscutible atractivo de su escaparate se le unió, por obra y gracia de la luz de atardecer, el reflejo de la iglesia barroca que está delante.
 

 
Poco más a reseñar en el apartado libresco. Pero no quiero cerrar esta breve crónica bruselense sin destacar dos figuras que me llamaron la atención, por motivos diversos. La primera, una estatua dedicada al héroe de guerra probablemente más ignorado: la paloma mensajera.
 

La segunda, una estatua doble, situada en un bello jardín romántico: la del conde de Egmont y su amigo Horn, héroes de la independencia de Flandes, quienes, según reza la inscripción del pedestal, fueron decapitados a causa de una "sentencia inicua del duque de Alba". Cogidos del hombro, ambos parecen enfrentarse con serenidad a su destino.


Casi tengo la impresión de estar oyendo las notas iniciales de la pieza que Beethoven le dedicó:
 
 
Dirigida por Claudio Abbado. ¡Que la disfruten!