John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)
Mostrando entradas con la etiqueta vídeos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta vídeos. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de enero de 2020

ADIÓS AL REINO UNIDO


Los que hemos crecido con las travesuras de Guillermo Brown -por no hablar de las aventuras de los Cinco o los internados de Enid Byton-, y hemos alimentado nuestra juventud de autores tan diversos como Dickens, Jane Austen y Thackeray, o Virginia Woolf, Wodehouse -¡los buenos ratos que he llegado a pasar con Jeeves!- y Edward Gibbon, estamos hoy de duelo. Ya sé que lo del Brexit no es más que política (pero tampoco menos: la política importa), y que hay muchos millones de británicos que quisieran seguir siendo europeos, pero el hecho es que va ganando la facción que aspira a que Gran Bretaña vuelva a su "espléndido aislamiento". El tiempo dirá si esta iniciativa les trae algo positivo o si solo sirve para que comprueben que ya no son -como en tiempos de la reina Victoria- cabeza de un Imperio, reyes de los mares y superiores en riqueza al resto de Europa, y tal vez del mundo. 


Por supuesto, el Brexit no va a suponer que dejemos de leer a autores británicos, pero quién sabe si los libros producidos allí se volverán más caros (a estas alturas nadie puede decir a ciencia cierta cuáles serán las consecuencias del divorcio). Lo que probablemente ocurrirá es que viajar al Reino Unido resultará, si no más difícil (que también), sin duda más antipático: los europeos ya no tendremos trato de iguales, sino que seremos considerados personas ajenas, mirados con suspicacia. Cruzar la frontera volverá a ser un trance poco agradable y desde luego una barrera comparado con la facilidad con que pasamos de Francia a Italia o a Alemania. Es inevitable ver en muchos de los discursos y actitudes de los brexiteros reminiscencias de esa arrogancia imperialista que llevó a Cecil Rhodes (siniestro personaje) a decir que: "Somo el pueblo mejor del mundo, con los ideales más altos de honradez y justicia y libertad y paz, y cuantas más partes del mundo habitemos, mejor será para la humanidad". Con lo de "habitar" se refería a "dominar", sin duda. 

Los acantilados de Dover se van alejando

No, Boris Johnson y sus secuaces no van a lograr que deje de amar la lengua inglesa y su literatura, pero sí han conseguido que sienta que el Canal de la Mancha  -¡que ahora se puede cruzar cómodamente sin bajar del coche!- se ha vuelto más ancho. Por eso hoy es un día triste. Igual que hicieron los parlamentarios europeos en la despedida, dan ganas de cantar el "Auld Lang Syne". Volved, británicos, os esperamos.  


viernes, 29 de abril de 2016

EL HOMBRE DE LA MANCHA



Como todos saben ya sin duda, se conmemora este año el 400 aniversario de la muerte de don Miguel de Cervantes  (o Cerbantes, como firmaba él) Saavedra. Magno acontecimiento y ocasión singular para homenajear a este genio de las letras. Vaya por delante que yo creo poco en los fastos oficiales y, en mi opinión, la mejor manera de pagar tributo a un autor es simplemente leer y apreciar su obra, que constituye su legado inmortal. Pero en fin, que nunca es malo lo que sea que contribuya -de un modo u otro- a acercarnos a un gran escritor. Para conmemorarlo debidamente, nos hemos apresurado a montar eso que tanto gusta y tan bien suena, una Comisión Nacional, llena de presidencias de honor y vicepresidencias, que sin duda se ha estrujado las meninges para sacarse de la manga todo tipo de actividades con sabor cervantino. Movida por la curiosidad -y también, porqué no decirlo, un tanto escamada por ciertas celebraciones vistas hasta ahora, como la que tuvo lugar en el Congreso de los diputados, que me pareció rozaba el ridículo-,  me he tomado la molestia de leerme el programa de actividades, y bucear un poco por su web (de diseño cuidado y limpio, se agradece).  
Ciertamente, el programa de actividades es amplio y abarca diferentes ámbitos. Nada menos que 68 páginas que reúnen más de cien actividades (aunque yo no las he contado, la verdad). Hay, por supuesto, muchas iniciativas interesantes, tanto en exposiciones -a destacar la que visité recientemente en la Biblioteca Nacional- como en artes escénicas o música. Para mi gusto, se abusa de esa moda que amenaza con convertirse en una plaga, esas lecturas continuadas de El Quijote que  abundan por todos lados. Este año, parece que se va a leer por todo el orbe, de Malasia a Camerún. Rizando el rizo, en Australia se han inventado una modalidad que va más allá, y que el programa de actividades describe así:
 
Dinero para leer. Dentro del proyecto del colectivo mmmm.tv,  Dinero para leer consiste en ofrecer una ayuda a un ciudadano australiano por leerse El Quijote íntegro, cumpliendo un horario laboral, frente a una cámara web que retransmitirá en todo momento el proceso de lectura. Las solicitudes de la ayuda se harán a través de la página web de la embajada, rellenando un cuestionario en el que los solicitantes habrán de responder a las preguntas: «¿Por qué motivos te leerías el “Quijote”?» y «¿Por cuánto dinero te leerías El Quijote?».
 
 Me pregunto cuánta gente se habrá presentado y cuánto habrán pedido por leerlo. No sé yo si que te paguen por leer se puede llamar estrictamente "fomento de la lectura"... En fin, que hay de todo y para todos los gustos, desde un concurso de grafiti cervantinos a otras actividades creativas, como el Ínsula Barataria Paca Project, una intervención urbana consistente (dice textualmente el programa) "en la construcción efímera de estructuras arquitectónicas mediante pacas de paja con distintos tratamientos, formas y funcionalidades", aunque la relación que eso pueda tener con don Miguel sea bastante tenue. Y todo huele un poco a improvisación, como el que en el programa figuren tantas actividades con la mención de "fechas por determinar". Es de temer que algunas de ellas no lleguen a materializarse y puedo dar fe de que al menos es así en un caso, y no menor. Casualmente, hoy Radio Nacional ha tenido la idea de emitir el musical de Mitch Leigh, con libreto de Dale Wasserman, El hombre de la Mancha, del que todos recordamos el ya clásico tema "El sueño imposible".
 
 
 
 
Sin duda este año cervantino era una ocasión de oro para hacer una reposición de esta obra en nuestros escenarios. Lo primero que he hecho es comprobarlo. Y sí, figura en el programa, del que se dice que "se estrenará en el Gran Teatro del Liceo en agosto de 2016". Lamentablemente, de eso nada. La web de Stage Entertainment, la productora que debía llevarlo a escena, comunica que han debido cancelar el proyecto por falta de interés. 
 
Otra ausencia que me parece llamativa, sobre todo teniendo en cuenta que en la citada Comisión Nacional figuran vocales de todas las comunidades autónomas, es que en alguna las actividades cervantinas programadas son iguales a cero. El mapa interactivo que nos facilita la citada web permite constatar  que ni en Galicia, en Euskadi, en Navarra, Cantabria, ni en La Rioja hay al parecer actos previstos (¿o no tienen la entidad suficiente como para aparecer reseñados?). En Barcelona -recordemos, ciudad cervantina- lo único que figura en el mapa es una "Edición especial de las obras de Miguel de Cervantes" a cargo de la colección Austral. Triste, la verdad.
 
En fin, si bien me parece que un país tiene el deber de honrar a sus literatos, creo que a don Miguel, a quien la fama y la fortuna le fueron tan esquivas, no le extrañaría tanto ver cómo son hoy las cosas.
 
 

miércoles, 13 de agosto de 2014

¿PARA QUÉ LEER POESÍA?



Joan Margarit (Sanaüja, Lérida,1938) es uno de los grandes poetas contemporáneos en lengua catalana; y castellana, pues él mismo se define como poeta bilingüe. Además de poeta -o quizás a causa de, creo que ambas cosas van de la mano- es una persona con una extraordinaria lucidez, cuyas opiniones sobre el arte y la vida vale la pena conocer, porque son como rayos certeros que iluminan lo que tocan. Recientemente he leído una entrevista suya en la revista digital catorze.cat, donde, al hilo de las preguntas, desgrana una serie de cuestiones que me parece interesante reproducir aquí, pues las palabras de Margarit refutan (o confirman) ciertos lugares comunes en torno a la lectura y la poesía [en negrita mi titular, el lugar común, en cursiva lo que Margarit dice]:

-No hay tiempo para escribir
Decir que no tienes tiempo es una mentira flagrante. Si le preguntas a alguien cuántas citas de amor ha dejado de hacer en su vida por falta de tiempo, te contestará que ninguna. [...] La poesía siempre ha sido una prioridad en mi vida y siempre he encontrado tiempo para dedicarle. Durante los momentos difíciles, aún más. Cuando hacía de arquitecto también pensaba en ella todo el día, en la poesía. Entonces tenía que organizarme para tener tiempo de escribir, pero es fácil organizarte bien en torno a una cosa que deseas mucho.

-Siempre estamos a tiempo de aprender
Dicen que siempre estamos a tiempo de aprender, pero no es cierto. La época del aprendizaje puro y duro acaba muy pronto, hacia los veinte años. De joven eres una esponja, después cada vez absorbes menos cosas. [...] Se trata de sacar partido de las cosas que ya sabes.

-Las lecturas de infancia son las que nos marcan
Desde luego, porque de joven no sólo lees. Creas mitos, creas maneras de vivir, creas un concepto de pasado... Estás haciendo un montón de cosas, por eso puedes vivir de ellas más tarde. Las Veinte mil leguas de viaje submarino que leíste cuando tenías diez años no se acaban nunca. La inteligencia de la persona madura es saber ir rascando para ver qué hay detrás de aquellas lecturas.

-¿Se puede definir la poesía?
No, no se puede definir, no hay recetas. Una cosa es poesía si, cuando la lees, dices "este soy yo". Y lo que te dice te sorprende. [...] Una buena poesía necesita un buen lector. La poesía la puede leer todo el mundo, pero requiere más esfuerzo que la lectura de un diario. Aquí no se regala nada: si quieres sacarle más partido, has de hacer más esfuerzo. 

-De esto ya me ocuparé cuando lo necesite
¿Cuál es la característica de todo aquello que te protege un poco de la intemperie moral? [habla del arte, la música, la poesía...] Tiene una característica muy cabrona: has de llegar preparado al momento en que necesitas aferrarte a ello, que no sabes cuándo será. Tú no puedes decir "se ha muerto mi hija, que me traigan a Brahms, que empezaré a estudiármelo". No: ya has de conocerlo y has de haberlo escuchado. Lo has de tener a punto por si acaso, y así cuando te haga falta sabrás qué es lo que te puede servir. Habrás de estar a punto para saber si te conviene recurrir a Maragall o a Thomas Hardy. La poesía es una de las seis o siete herramientas (o cinco u ocho, pero no son setenta y tres) que nos protegen de la intemperie moral.

 -Qué angustia saber que nunca podré leerlo todo
No hace falta leerlo todo. Las cosas buenas que aprendes se van sedimentando, y te ayudan en la siguiente etapa vital. Puedes leer aquello que te permita sacarle más rendimiento. Así se te endulzará la angustia. Lo importante no es leer mucho sino leer bien.


¿Para qué leer poesía, pues? Porque nos protege de la intemperie moral, porque es una herramienta para la vida. Como dice Margarit en un poema de su libro Casa de Misericordia:

La verdadera caridad da miedo.
Igual que la poesía: un buen poema,
por más bello que sea, será cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.


Aquí dejo también una entrevista con Joan Margarit en TVE. Siempre vale la pena escucharle. Y, sobre todo, leerle.