John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

lunes, 19 de noviembre de 2012

EL LIBRO Y SUS ARTÍFICES (I): EL DISEÑADOR

Si atendemos a ciertas opiniones que circulan por ahí, se diría que para que haya un libro basta con que exista un autor. Error. Con ser éste un elemento fundamental, para convertir un  manuscrito en un libro impreso es precisa la intervención de toda una cadena de profesionales cuya labor, a menudo oculta, no es sólo imprescindible para éste tome cuerpo, sino que influye de manera decisiva en su forma final y, a la postre, en su efecto sobre el lector. Ahora que tanto se reivindica la autoedición –parecería que gracias a ella el autor se basta y se sobra, pero a la vista están los resultados para desmentirlo─, he creído oportuno presentar desde este espacio a algunos de estos protagonistas silenciosos del libro. Hacerlos visibles, porque su profesionalidad, su criterio y su trabajo hacen de los libros esos objetos que tanto amamos.

Más de una y de dos veces hemos hablado aquí de las cubiertas, esa carta de presentación del libro y de su importancia.  Recientemente, comenté la arriesgada –y conseguida─ cubierta con que Alba Editorial presenta su nueva traducción de la inmortal obra de Flaubert, La señora Bovary. Pues bien, hoy traemos a Pepe Moll de Alba, pintor, diseñador y sobre todo gran  artista, artífice de ésta y del resto de cubiertas de dicha editorial. Llaman en ellas la atención esa combinación entre rigor y sensualidad que se ha convertido en una marca de la casa. Pepe se ha prestado amablemente a contestar algunas preguntas acerca de su trayectoria profesional  y de su trabajo como diseñador de cubiertas.
Pepe Moll de Alba
Para empezar, ¿puedes hablarnos brevemente de tu formación, tu vinculación con el diseño de libros, tus otras facetas artísticas?
Aunque casualmente nací en Barcelona soy de origen canario. Allí pasé mi infancia y juventud hasta que marché a estudiar a Alemania. Primero estudié pintura en Múnich en la Freie Kunstschule München y luego seguí mi formación artística en la Hochschule für Gestaltung, Kunst und Medien de Stuttgart para acabarla en Roma. Relato todo este periplo porque esta mezcla de influencias tan dispares es lo que más me ha marcado profesionalmente.
Actualmente vivo y trabajo como pintor y diseñador de libros entre Canarias, Barcelona y la Toscana.
Desde 1995 soy responsable del diseño de la editorial ALBA.
 
Cuando te encargan una cubierta, ¿cómo es tu proceso de trabajo? ¿dónde y cómo buscas las ilustraciones?

Después de tantos años diseñando libros –debo de haber hecho ya más de mil– he desarrollado la capacidad de visualizar las cubiertas, de verlas.
En primer lugar es muy importante que el editor o el autor tenga confianza en uno y deje hacer, pero también que transmita su enfoque correctamente. A veces esta primera orientación no está clara o no me gusta y es entonces cuando hay que convencer con otro punto de vista. La edición es un trabajo en grupo y ahí está la parte más estimulante y divertida, pero la coherencia visual tanto a nivel del libro en concreto como de la editorial en su conjunto es mi responsabilidad.
Cada libro se puede enfocar desde muchos puntos de vista. Me gusta pensar que trabajo para un lector inteligente que agradece los guiños que evitan la obviedad. Este juego es muy inspirador. En la editorial ALBA he tenido la suerte de trabajar desde sus inicios con un editor como Luis Magrinyà con el que tengo una gran afinidad, tanto estética como de concepto.
 
 
 
Ser pintor también ayuda. He trabajado mucho el color hasta hacerlo marca de la casa y muchas de las cubiertas están relacionadas con mi búsqueda personal y la información visual acumulada de años.
En cuanto a las ilustraciones no es tanto donde las encuentro como la manera de tratarlas, el encuadre, la elección de un detalle en concreto, la forma de combinarlo con la tipografía. Es esto lo que hace que una imagen obtenga un enfoque diferente y se personalice, ganando en tensión y misterio.
 

Desde fuera, comparando por ejemplo algunas de las primeras cubiertas de la colección AlbaClásica con las del Red Riding Quartet o las más recientes de Rara Avis, por citar sólo algunos ejemplos, podríamos decir que tu estilo ha ido cambiando. ¿Hacia dónde crees que te lleva esta evolución?
 
Un acierto en la editorial ALBA ha sido que el diseño estuviera centralizado, lo que ha permitido editar todo tipo de libros siendo siempre el producto final marca ALBA.
Continuamente hay que renovarse, lo que vale para un año lo deja de hacer al siguiente. Uno también va cambiando y eso se refleja en el trabajo. Hay diseños de colecciones que se han convertido de referencia y no se pueden tocar. Funcionan y tenemos un público fiel que nos sigue, como es el caso de Alba Clásica.

 
 Por otra parte tenemos que abrir nuevas vías e intentar llegar a otro tipo de lector y cada colección pide una nueva solución estética y un nuevo lenguaje. Rara Avis es el reto de poder hacer una colección atractiva con solo dos colores, dos tintas. Esto hace que el resultado visual cambie, que repercuta también en el precio de venta y lleguemos a más gente.

 
La cubierta es un elemento muy importante de la comunicación del libro. ¿Cómo crees que tus cubiertas, específicamente, complementan o interactúan con el texto de la obra en cuestión?

Veo las cubiertas como el icono visual del contenido, la cara de la literatura. Hay colores que atraen más que otros, que crean atmósferas y con ellos se puede reflejar lo que el lector encontrará dentro del libro. La tipografía también es una herramienta de expresión importante y la utilización de una u otra hace que el conjunto cambie. No es lo mismo un libro de novela negra, de arte, infantil o un clásico. Cada uno va dirigido a un tipo de lector. Hay que tener en cuenta todo: si es en color o en blanco y negro, si el plastificado del libro es mate o brillante, tapa dura o rústica. Cada elección tiene un efecto diferente y en ese juego de equilibrios radica el que se consiga el objetivo.

 
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

Cada libro es un reto, algo nuevo que me estimula y esto es un lujo.

 ¿Puedes citar a algunos diseñadores o artistas en general que sean unos referentes para ti?
 
Más que artistas en concreto diría que mis influencias son centroeuropeas en general (sobre todo alemanas aunque también inglesas) e italianas, que es donde me he movido. Como si de manera natural hubiera mezclado el Renacimiento toscano con la Bauhaus. Es en esa mezcla y en esa tensión donde me muevo, que por puentes invisibles y personales conecta a la vez con mis raíces canarias. Es quizás por eso que dicen que mis libros parecen hechos en el extranjero y gustan tanto fuera.

 
¿Qué cubierta te gustaría diseñar que aún no te han propuesto?
 
¡Hay tantas buenas cubiertas hechas que nunca verán la luz! Hay un libro que siempre quise diseñar pero nunca llegó, Viaje a Italia de Goethe, quizás porque fue también desde Alemania que descubrí ese país. Tenía la imagen elegida por si en algún momento se hiciera, ya que hemos publicado varios libros de este autor. El cuadro se titula Recuerdo de Roma del pintor alemán Carl Gustav Carus pero no sabía en qué museo se encontraba. Años mas tarde, estando en Frankfurt y por recomendación de la directora de la editorial, fui a visitar la casa natal de Goethe. Y allí estaba, colgado en su casa.
Cuando la vida rima es que vas bien.

 
Hablar con Pepe de diseño o de arte es un verdadero placer. Casi tan importante como su faceta de diseñador es la de pintor; podríamos decir que aplica en sus telas la misma exquisita sensibilidad que en sus cubiertas, aunque con un estilo bien distinto. Próximamente, según me dice, expondrá en Barcelona. No dejen de ira a verlo.

5 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada y entrevista. Las portadas de Alba son de lo mejorcito (quizá junto a las de Impedimenta y algunas de Lumen) que veo en las librerías de por aquí.

    En las librerías inglesas es al revés, es raro el libro que no leería sólo por su portada.

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  2. A mí también me ha resultado muy interesante la entrada, ¿es el principio de una nueva serie? Es verdad que metidos en la marea de la edición electrónica y el libro digital parece a veces que el único paso intermedio entre el original del autor y el libro resultante es, por decirlo de alguna manera simpática, la mecanografía. Personalmente me gusta ver toda la creatividad que hay implicada en el proceso de hacer un libro, y si es una serie, la seguiré con mucho interés.

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    1. Pues sí, Urzay, la idea es inaugurar una nueva serie dedicada a esos profesionales de la edición tan imprescindibles y tan ignorados por el público en general. La mayoría de la gente parece creer que un señor escribe un texto y ¡hop! por arte de magia aparece convertido en libro en la mesa de una librería. Ahora más que nunca, en esta época de cambio tecnológico, me parece necesario reivindicar que el libro es una tarea colectiva hecha por gente generalmente llena de sabiduría y vocación. En la medida de mis posibilidades, espero ir completando este mosaico de la edición con entrevistas a otros profesionales.

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  3. Muy interesante, mucho. Lo que se dice en la segunda pregunta (o más propiamente la segunda contestación) sobre el proceso creativo es acertado: “que el editor o el autor confianza en uno y deje hacer, pero también que transmita su enfoque correctamente. A veces esta primera orientación no está clara o no me gusta y es entonces cuando hay que convencer con otro punto de vista. La edición es un trabajo en grupo y ahí está la parte más estimulante y divertida.”. Y eso de “Como si de manera natural hubiera mezclado el Renacimiento toscano con la Bauhaus”, una auténtica audacia.

    Y una cosa más: yo, de “mayor”, quiero ser como Pepe, y vivir entre Canarias, Barcelona y la Toscana. Un lujo.

    xG

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    1. Totalmente de acuerdo, a mí ese estilo de vida también me produce gran envidia.
      Si conocieras a Pepe, verías que lo de la mezcla entre la Bauhaus y el Renacimiento tiene todo el sentido.

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