John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

jueves, 15 de noviembre de 2012

MALAS CRÍTICAS

 
¡Ah, los críticos! Temidos, denostados, escuchados, discutidos... A casi nadie parecen gustarle, pero en una forma u otra siguen siendo necesarios. Con su habitual ácido ingenio, el aforista aleman Johann Christoph Lichtenberg (1742-1799) dijo hablando de ellos: "Un libro es un espejo: si un mono se asoma a él, es poco probable que refleje a un apóstol". La postura del crítico literario es hoy quizás más contestada que nunca, ya que le ha salido competencia por todos lados: gracias a internet, cualquiera -desde el lector que deja su comentario en la tienda virtual en la web del editor hasta el bloguero más o menos especializado- puede opinar sobre un libro y (cosa que hasta ahora no sucedía) ser escuchado. Puesto que yo misma incurro  de vez en cuando desde estas páginas virtuales en alguna forma de crítica literaria, me abstendré, por aquello de no ser juez y parte, de entrar en el apasionante debate sobre si el crítico literario tiene hoy aún alguna función. Únicamente, en un intento de relativizar el papel de las críticas, traigo aquí algunas malas críticas que recibieron autores y obras que, con el tiempo, han gozado de la estima del público e incluso de los estamentos académicos. Espero que sirva, además de como ejercicio de humildad para todos los que nos atrevemos a opinar sobre lo que otros han escrito, para animar a los esforzados escritores a no dejarse amilanar por las malas críticas. A veces, el malo no es el criticado, sino el crítico.

"Aquí todos los defectos de Jane Eyre (de Charlotte Brontë) resultan mil veces ampliados, y el único consuelo que nos queda al reflexionar sobre ello es que nunca será una obra muy leída." -James Lorimer, North British Review, 1847, sobre Cumbres borrascosas, de Emily Brontë

 "Whitman es tan desconocedor del arte como un cerdo lo es de las matemáticas." -The London Critic, 1855, sobre Hojas de hierba, de Walt Whitman

 "Lo que nunca ha tenido vida no es probable que siga viviendo. De modo que éste será un libro de sólo una estación." -New York Herald Tribune, 1925, sobre El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald

 "Éste es el primer intento del señor Ionesco de escribir una obra social, y el número de representaciones de que es susceptible es más o menos igual al número de sus espectadores." - Kenneth Tynan sobre la obra El rinoceronte de Eugene Ionesco, 1960

 "Haciendo una estimación por lo bajo, los lectores americanos se gastarán un millón de dólares en este libro. Por su dinero, obtendrán 34 páginas de valor duradero. Estas 34 páginas narran una masacre que sucede en una pequeña ciudad española en los inicios de la guerra civil... Señor Hemingway, por favor, publique la escena de la masacre por separado y luego olvídese de Por quién doblan las campanas; por favor deje las historias de la Guerra Civil española para André Malraux..."-Commonweal, 1940, sobre Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway

"Monsieur Flaubert no es un escritor." -Le Figaro, 1857, sobre Madame Bovary, de Gustave Flaubert
 
 
Claro que no sólo reciben los escritores, también los músicos se llevan lo suyo. Y, en ocasiones, incluso por parte de algún escritor:

"Me gusta Wagner; pero mi música preferida es la de un gato que cuelga por el rabo de una ventana e intenta agarrarse a los cristales con sus uñas." -Charles Baudelaire

6 comentarios:

  1. Ja, ja... he reido mucho con estas críticas. Las palabras escritas es cierto que no se las lleva el viento, en todo caso el olvido de las hemerotecas...

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  2. En ocasiones leo críticas en la contraportada de un libro que no tienen nada que ver con la obra en sí (cosa que por desgracia descubro a posteriori). Describen como hilarante lo deprimente (o es que tienen un sentido del humor muy gris y bastante peculiar), o califican de obras maestras auténticos pestiños infumables e incomprensibles (supongo que antes de reconocer que es un ladrillo es mejor dárselas de intelectual). En cuanto a los gustos de los lectores aún estoy más escarmentada ya que en Amazon se reparten más estrellas que en un cielo de van Gogh. Supongo que hay opiniones para todo y lo mismo pensarán otros de las mías. Me ha encantado tu curiosa entrada.

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  3. Eso es lo que se llama tener "ojo clínico" (ojo crítico, en este caso ...). Tus citas dan una pista muy clara de que no siempre hay que fiarse de los críticos, o más bien hay que saber de quién se fía uno. Como dice NIÁGARA, a veces las cotraportadas son otro ejemplo de desacierto monumental.

    xG

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  4. ¡Qué bueno!
    Las obras criticadas son hoy obras maestras y, por otra parte, los nombres de los críticos son perfectamente prescindibles...
    De todos modos, creo que hay una crítica literaria solvente, especializada y muy recomendable: lo que ocurre es que -me temo- se desarrolla en otros ámbitos, no aparece en los periódicos y, por supuesto, tampoco en la blogosfera.

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  5. Dos más:
    «Basura sentimental... Muéstrenme una sola página que contenga una idea» («El Correo de Odessa», 1877, sobre «Anna Karénina»)

    «Disforme relato que rebosa de porquerías, vulgaridades y cinismos. Una premiosidad violenta y cansada, digna de cualquier principiante cerril» (P. Blanco García, «La literatura española en el siglo XIX», 1892, sobre «La regenta»)

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    1. Muchas gracias por estas dos nuevas muestras de malas críticas. Los que las hicieron demuestran, una vez más, haber tenido un impecable criterio literario... XD

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