John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

martes, 5 de marzo de 2013

EL SOMMELIER LITERARIO


Dicen las encuestas que la mayoría de gente sigue decidiendo cuál será su próxima lectura basándose en recomendaciones de amigos o de personas cuyo criterio respeta. La de recomendador literario es una función que, en teoría, debería cumplir la crítica. Pero, dejando de lado la mayor o menor fiabilidad de este respetable gremio -por otra parte, hoy de capa caída debido al menguante espacio y escasa relevancia que se les otorga en los medios impresos-, es preciso admitir que su influencia no es mucha. Además, quien busca una recomendación literaria quiere, cada vez más, una recomendación personalizada. Un traje a medida, que se ajuste a sus gustos e inclinaciones literarias. Los buenos libreros tradicionales -una especie por desgracia  en peligro de extinción- solían cumplir esta función. Igual que se tenía un médico o un farmacéutico "de cabecera" (o "de confianza": ¿recuerdan aquellos anuncios que aconsejaban pedir el producto en cuestión a su "proveedor de confianza"?), solía haber un librero "de toda la vida", que conocía nuestros gustos y que nos podía decir con seguridad cuál de las últimas novedades literarias se ajustaría a ellos. Pero esta época ya pasó.


Espoleada por el ejemplo de los maridajes literarios, se me ocurre que lo que convendría es inventar una nueva figura, la del sommelier literario. Al fin y al cabo, en el mundo del vino el sommelier es un profesional que no sólo posee un gran conocimiento de los diferentes tipos y variedades de vino, sino que es capaz de asesorar al comensal para que éste encuentre el vino que se adecúe mejor a su paladar y a los platos que piensa degustar. Sustituyendo la palabra "vino" por "libro", ¿no sería éste el retrato perfecto del recomendador literario? ¿Que apetece algo ligerito, de fácil digestión, que deje buen sabor de boca? Igual que un sommelier recomendaría un blanco joven y aromático, su contrapartida en el mundo de los libros nos podría aconsejar las memorias familiares de Gerald Durrell, Mi familia y otros animales. Ah, ¿que no le gustan los animales? ¿Es usted más de tramas románticas? Pues sumérjase en la lectura de algún Georgette Heyer, literatura romántica bien escrita que se deja con una sonrisa en los labios. Así, el perfecto sommelier literario tendría un libro para cada persona y para cada ocasión. Admitamos de una vez que no existen los lectores de una pieza, que hasta al lector de ensayo más empedernido le apetece de vez en cuando una novela policiaca o, lo que es peor, que a veces quiere leer "algo distinto" y no sabe muy bien qué. En momentos así es cuando de verdad hace falta un sommelier literario. Uno que no pretenda sólo encasquetarnos la última novedad o la última moda -ya sea ésta zombi, erótico-romántica o de nórdicos  helados matando a mansalva-, sino que sea capaz de sacar del vasto armario del fondo (de las profundidades de su bodega, por así decirlo) el libro perfecto para cada ocasión.
Sommelier literario, un oficio que no existe, pero que alguien debería inventar. Emprendedores del mundo, ¿será ésta la salida laboral del futuro? Por si acaso, voy a ir preparándome...


12 comentarios:

  1. Yo a veces me he sentido asi..cuando recomiendas un libro determinado a alguien concreto que no recomendarías a nadie más. Lo mejor cuando viene y te dice: acertaste plenamente..dame otra botella. XD

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  2. Mi sommelier literario habitual es mi madre. Gracias a ella he descubierto a Erri de Lucca. Mis favoritos: Montedidio, un delicioso vino ligero con matices que te hacen soñar y El peso de la mariposa, un vino ecológico y algo salvaje, que huele a montaña. Ambos dejan un retrogusto inolvidable.
    Un saludo.

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  3. Supongo que los que llevais blogs literarios sois un poco nuestros sumilleres ¿no? :) Sí que es verdad que se echa de menos la figura del librero como tal (no el señor que "vende libros", por no hablar de los "buscadores" de las grandes superficies que sólo se limitan a localizar lo que tú les pides) sino el que recuerda qué libro te llevaste la última vez, el que cuando entra algo nuevo te dice: "Este te lo estaba guardando, sé que te va a gustar" y no se deja influenciar por éxitos de ventas o "mafias editoriales"

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  4. Hace muchos años iba a una librería al lado de la Iglesia del Salvador (Sevilla), donde tenía mi propia Librera que siempre me recomendaba lecturas interesantes y originales. Yo entonces era muy joven y me acercaba a curiosear sin atreverme a preguntarle directamente, pero persona inteligente terminaba sacándome un poco de información y después me recomendaba unos libros estupendos. Por desgracia esa magnífica librería cerró como tantas otras. Ahora leo reseñas en los blogs y escucho las recomendaciones de unas pocas y pocos en cuyo criterio confío y tantas otras me lanzo a la aventura.
    Me gusta la figura del Sommelier tendría que se una opción en la universidad.
    Un saludo.

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    1. Opino como tú, Mariuca, el sommelier literario debería ser un oficio que pudiera estudiarse. En Alemania, por ejemplo, hay escuelas de libreros (creo que son dos o tres años de estudios). A ver quién se anima a hacer algo así, que hace mucha falta...

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  5. Efectivamente, que acertada esta expresión de sommelier literario. Verás, yo funciono mucho con el olfato y, siguiendo tu juego, el olfato me lleva a algunos blogs, meto en ellos mis narices y a veces me llevo aromas maravillosos que, como dice Molinos me hacen pedir más. Gracias a ti también por contarme sobre libros tantas cosas que no sé y me hacen disfrutar.

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    1. ¡Yo encantada si os puedo descubrir algún tesoro literario, Marcela! Gracias por pasarte por aquí. ¡Alabo tu olfato!

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  6. Tengo la suerte de contar con librera de cabezera, que suele acertar con las recomendaciones que me hace. En cuanto al somelier literario, ejerzo de tal con amigos y familiares, aunque por aquello del "pijismo lingüístico" que nos inunda, cabría llamarlo también Personal booker. Reconozco que me llena de satisfacción cuando, tras la lectura del libro recomendado, me dicen que les ha gustado.

    P.D: La trilogía de Corfú son mis libros medicina por excelencia. ¡Siempre me hacen reir!

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  7. Qué buenas recomendaciones: Gerald Durrel es mejor que el hermano. De hecho, lo releemos mucho más que el famoso "Cuarteto" que de adolescente se adora.

    Y Georgette Heyer: otra que releo en verano. Aunque éste se lo voy a dedicar a Proust.

    He visyo también que por este blog hay dickensianos. Qué placer. Vaya una clientela que tienes, Elena. Permitame que te la envidie. Yo sólo tengo un steinbeckiano y ni un sólo kipliniano.

    Por cierto, y dado que coincidimos, dos recomendaciones de libros encantadores, "hijos "míos-me ocupé de que se publicaran:

    "las Praderas del Cielo" de Steinbeck y "Qué tierno era Suleikem", de Sigfried Lenz. La segunda arranca con un capitulito sobre "el demonio de la lectura" que te va a divertir bastante, creo yo. Están en una colección desaparecida de "Ediciones del Viento", pero si los encargas en librería te las facilitan. Y son muy , muy baratos ( 11 0 12 E) y preciosa la edición de papel reciclado, y bolsilleros.

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    1. Un día vamos a tener que poner lecturas en común, Blanca, ¡qué alegría encontrar otra aficionada a Georgette Heyer! Otra de esas autoras que casi da apuro decir que lees, porque te miran como si fuese basura. Muchas gracias por las recomendaciones de Lenz y Steinbeck. De Lenz conozco bastantes cosas, pero no ésta, y si encima trata de la lectura, seguro que me va a encantar.

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  8. En realidad, trata de su pueblo, de las gentes de Suleikem. Cuando lo leí por primera vez, al llegar al final del capítulo de la rana no podía parar de reír.
    Precisamente ahora estoy leyendo otro libro suyo, Objetos Perdidos, que me está gustando. Aunque no se parece a Suleikem, que es al mismo tiempo mucho más infantil y más genial.

    Yo también estoy encantada por lo de Heyer. Y por lo de Harry Potter!

    Eso quiere decir algo, quiere decir que somos Lectoras Sin Fronteras.

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    1. "Lectoras Sin Fronteras"... me gusta. Yo es que leo sin límites y sin más medida que mi curiosidad y mi gusto personal.

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