John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

martes, 28 de mayo de 2013

EL VERDADERO CONDE DE MONTECRISTO

El primer Alexandre Dumas
En cualquier historia de la literatura se puede leer que hay dos Alexandre (o Alejandro, en versión castellana) Dumas; para evitar confusiones, puesto que ambos fueron escritores, se les suele denominar Dumas padre y Dumas hijo. Fin del problema. ¿Fin? No, porque en realidad no hubo dos sino tres Alexandre Dumas. Y el tercero, en realidad primero en orden temporal, tiene la que quizás sea la historia más fascinante de todos (y eso que sus dos descendientes pusieron el listón bastante alto). 
Este primer Alexandre Dumas nació en la isla de Santo Domingo en 1762, hijo de Alexandre Antoine Davy, marqués de la Pailleterie, un noble normando que había ido a parar allí huyendo de su familia y de la ley, y de la esclava negra de éste, Marie Cesette Dumas. Thomas-Alexandre, nacido bajo pobres auspicios en Jérémie -apenas un poblacho en las montañas de la isla azucarera-, tendría sin embargo un destino esplendoroso. Adolescente, sería el único de sus hermanos que acompañaría a su padre a su regreso a Francia (como hombre libre, aunque el padre lo vendió brevemente como esclavo para pagar la travesía). Allí recibiría una esmerada educación y se convertiría en un consumado espadachín y un verdadero dandy hasta que, a los veinticuatro años se alistó en los dragones de la reina, renunciando a su título y a su nombre legal. En adelante, todos sus papeles los firmaría como Alex Dumas. Como tal, llegaría a convertirse en un militar de prestigio, casi una figura legendaria, un valiente general que tomó para el ejército revolucionario francés el puerto crucial de los Alpes y que luchó en la campaña de Egipto... 
Pero me estoy dejando llevar por la historia -es casi irresistible-, cuando lo que quería era explicar por qué este primer Dumas es también, en cierto modo, el verdadero conde de Montecristo. Hace ya cierto tiempo que sigo los pasos de Alex Dumas, aunque hasta ahora no había encontrado gran cosa acerca de él.  Cuál no sería mi alegría, pues, cuando supe que Tom Reiss (que ya demostró sus dotes literarias en El orientalista) había escrito su biografía. Como es natural, me apresuré a hacerme con un ejemplar de su The Black Count, y de ahí he sacado los datos que sustentan esta atrevida afirmación.
 
 
Alex Dumas murió joven, cuando su hijo Alexandre tenía sólo cuatro años. Pero la huella que la figura paterna dejó en él sería inmensa. Y, tal como demuestra esta biografía, se puede rastrear en múltiples indicios. Aunque Alexandre Dumas dijo en un artículo que había sacado el argumento de El conde de Montecristo de una historia que encontró en los archivos policiales de París, el noble y justiciero Edmond Dantès no presenta los rasgos psicológicos de ese criminal -que era casi un asesino en serie-, sino de su padre. De entrada, Monte Cristo era el nombre de un pequeño puerto de Santo Domingo, que le había sido muy útil al padre de Alex para algunos de sus negocios de contrabando (ya hemos dicho que era una buena pieza). Luego está el hecho incontestable de que Alex Dumas sufrió prisión injustamente y de que quienes debieron estarle agradecidos le olvidaron y maltrataron. De hecho, su prematura muerte, que dejó en la miseria a su familia, se debió a los sufrimientos padecidos durante su cautiverio. Su hijo, el novelista, estuvo siempre obsesionado por reivindicar la memoria del padre. No lo consiguió ante la ley, pero tomó su revancha en esa obra inmortal en que Dantès, tal como le ocurriera a su padre, se encuentra atrapado por maquinaciones ajenas, encerrado en una fría fortaleza sin posibilidad de ser juzgado y sin manera de comunicarse con el exterior. Compartió prisión con Alex un sabio, Déodat de Dolomieu,  a partir del cual el novelista crearía el personaje del abate Faria. Durante su cautiverio, éste compuso un tratado de mineralogía en los márgenes y entre las líneas de los pocos libros que le permitían tener, usando como pluma un trozo de madera tiznada. Como él, el abate Faria escribiría sus reflexiones en su camisa. Pero, a diferencia del Alex real, Dantès regresa al mundo del que le habían arrancado tan violentamente para tomar venganza de sus enemigos.
 
 
En la vida, lo sabemos, no suele haber finales felices. Aunque la gloria de Napoleón -rival de Alex y causante en gran medida de su desgracia- también fuese fugaz, del general corso se han escrito miles de libros y su memoria perdura, mientras que del primer Dumas sólo han oído hablar unos pocos eruditos. Pero ahí está la ficción para remediarlo. Gracias a ella, la figura de Alex Dumas -bajo el disfraz de Montecristo- está viva en todas las imaginaciones. ¡Larga vida a Edmond Dantès!
 

13 comentarios:

  1. Realmente es una historia con todos los ingredientes de una novela. ¿Cómo resistirse? Me ha encantado.
    Un abrazo: Sol

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  2. Que interesante! Lo leí hace un par de años. Ahora me gusta todavía más.

    Muchas gracias.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. La historia de este Alexandre Dumas original me recuerda a la del bisabuelo de Pushkin, un príncipe de Abisinia que fue secuestrado por Pedro el Grande, acabó en la corte del zar y nos legó un nieto inmortal.
    Interesantísima la historia, y si está tan bien contada como la de El orientalista, debe de valer mucho la pena. Y cómo admiro a los que han leído Montecristo. Quizá algún día me ponga a ello.
    Un abrazo.

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    1. En efecto, curiosa la coincidencia con Pushkin. Y seguro que la historia del bisabuelo tampoco tiene desperdicio. Por cierto que, además de mi interés por el personaje, otro factor que me hizo arrojarme de cabeza a hacerme con "The Black Count" fue tu extraordinaria crítica de "El orientalista" (verás que la he enlazado en mi post, recomiendo a todos los que pasen por aquí que la lean).

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  5. Es el único libro que Benet obligó a leer a sus hijos, que no eran lectores.

    Y AHORA.....TATACHAN.....

    Como no te lo vas a creer si no aporto prueba pericial, te copio aquí la ficha para que veas quién ese Abate Faria con el que has ilustrado tu entrada. Precisamente estaba pensando ayer en un post-incluso en una pequeña biografía- para contar cosas variopintas, entre ellas, ésta.


    FICHA DEL ACTOR/ACTRIZ ORIGINAL (Con inclusión de capítulos de series de televisión si los hubiera)
    Nombre: MOUSTAKI, GEORGES
    Buscar en imdb.com >>

    FILMOGRAFÍA
    PELÍCULA DOBLADO POR PERSONAJE
    EL CONDE DE MONTECRISTO (1998) [miniserie TV] FERNÁNDEZ SÁNCHEZ, ANTONIO Abate Faria

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  6. Ha quedado un poco revuelto. El doblador es Fernandez SAnchez, Antonio. Y el Abate Faria el mismísimo Moustaki genialmente caracterizado

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    1. ¡¡¡Ja, ja, ja!!! Esto si es una coincidencia. Conste que elegi la foto por pura casualidad, buscaba simplemente una que me sirviera para ilustrar la amistad de Montecristo y el abate. Los hados, o vete saber que, me impulsaron. Y, desde luego, la caraterizacion es increíble.
      (Pido disculpas por la ausencia de acentos, mi teclado se ha vuelto loco y no me los permite.)

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  7. Me ha gustado mucho tu entrada, que incluye datos que desconocía (casi todo, jeje). Por cierto, la novela no me la he leído...
    Besines,

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  8. Elena, qué patinazo...Ya decía yo que esa nariz no me sonaba. Ni ese cráneo. Ni nada. Me parecía que era una caracterización digna de un oscar.¡Como que es Richard Harrys! ( Quien por cierto-lo he visto en youtube-parece el mejor Abate Faria de todos los tiempos )Qué patinazo y planchazo por culpa de la red : El Abate de Moustaki es el de la miniserie de Depardieu. Mucho más dulce.

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    1. Ahora que lo dices, está claro, ese cráneo es Harris puro. Pero mira, precisamente esa mini-serie con Depardieu es la versión cinematográfica que mejor recuerdo de la novela. ¡Así que después de todo sí que tenía a Moustaki en mente al pensar en la ilustración!

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  9. Ahora una nueva novela sobre la vida de Marie Cesette Dumas, la madre del General Thomas Alexander De la Pelleiterie conocido como Alex Dumas y padre de Alejandro Dumas (Padre). La novela entra minuciosamente en el periodo de la prerevolucion de Haiti y la vida de Alex Dumnas durante su infancia en Jeremie-Haiti. Cubre esa epocain increible cuando Haiti era la colonia mas prospera e exitosa del Buevo Mundo. Cuenta coin un anecdotario de la epoca sobre todo de Haiti. La novela bno solo ha sido bien ambientada historicamente sino que basa mucho de su contebido en cartas enocntradas entre la Marquesa de la Pelleiterie y una hermana en Martinica. Cartas que haban elocuentemente de ese periodo y como se vivia enbtonces y muchos ineditos de Marie Cesette.

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    1. Muchas gracias por la información. Seguro que aportará más luz sobre la infancia de Alex Dumas. Sin embargo, me gustaría tener más datos sobre esta novela: ¿Autor/a? ¿Editorial? Estaría bien saberlo.

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