Albert Camus, retratado por Cartier-Bresson |
Será porque acabo de leer un grueso y estremecedor tomo titulado Bloodlands. Europe Between Hitler and Stalin, que pone de manifiesto -entre otros muchos horrores- hasta qué punto la paranoia de Stalin podía conducir a la muerte a miles de personas, pero en estos momentos me hallo especialmente receptiva a una noticia como la publicada por el Corriere della Sera respecto a que la muerte de Camus fue provocada por orden del gobierno soviético. Como todo el mundo sabe, el 4 de enero de 1960, el coche en que viajaba Albert Camus, conducido por el editor Michel Gallimard, sufrió un accidente a las afueras del pueblo de Thoissey, en el centro de Francia. Se dirigían a París desde la Riviera después de hacer noche en Thoissey, donde celebraron el 18 cumpleaños de Anne Gallimard, la hija de Michel, que les acompañaba en este viaje junto a su esposa, Janine. Retomaron la ruta después de desayunar y, en un tramo de carretera rectilíneo, sin tráfico y con buena visibilidad, tras una brusca sacudida Michel perdió el control del vehículo, que se estrelló contra un árbol. Camus murió casi en el acto y Michel fallecería unos días después. Irónicamente, Camus tenía en el bolsillo un billete de tren con destino París, que no llegó a usar porque su editor se ofreció a llevarle en coche. Un desgraciado accidente y un caso de mala suerte. Sin embargo, ahora el crítico italiano Giovanni Catelli propone que no sería tal accidente, sino un "encargo" del KGB, que deseaba castigar a Camus por sus críticas a la invasión de Hungría por los tanques soviéticos y por su público apoyo a Boris Pasternak, cuya obra Doctor Zhivago había sido prohibida por el régimen soviético. Parece que esta teoría se apoya sólo en el testimonio de un traductor checo, Jan Zabrana, quien a su vez lo habría oído de "alguien con acceso a numerosas fuentes secretas". Según ha manifestado Oliver Todd, biógrafo de Camus, nada en su investigación en torno a la muerte de Camus hace pensar en una posible intervención soviética. Así que es posible que sólo sea una teoría de la conspiración como otras tantas. Pero, francamente, después de saber cómo las gastaba Stalin*, yo no lo tengo tan claro...
*Una de mi lectoras, Carmen, apunta con acierto que Stalin murió en 1953, de modo que no pudo estar detrás ni de la prohibición de la obra de Pasternak ni del asesinato de Camus. Pero el Corriere della Sera señala al KGB y al ministro Shepilov como inductores. Aún muerto Stalin, los métodos del KGB no eran precisamente inofensivos.
*Una de mi lectoras, Carmen, apunta con acierto que Stalin murió en 1953, de modo que no pudo estar detrás ni de la prohibición de la obra de Pasternak ni del asesinato de Camus. Pero el Corriere della Sera señala al KGB y al ministro Shepilov como inductores. Aún muerto Stalin, los métodos del KGB no eran precisamente inofensivos.
Ni yo. Stalin era un dictador sanguinario que practicaba la táctica de la "tierra quemada", no sólo en el campo de batalla. ¿Pero qué era lo que podía molestar a Stalin de Camus?
ResponderEliminarDesconozco esta teoría, la verdad.
Un abrazo!!
Cada vez que leo sobre conspiraciones lo que me viene a la cabeza es la divertida película de Julia Roberts y Mel Gibson, buenísima. Pero lo que de verdad debe ser interesante es el libro que citas al principio: qué poco sabemos –yo, desde luego- de las barbaridades de Stalin, que seguro son comparables con las de Hitler! Me suenan varios títulos sobre el asunto, pero nunca he llegado a meterme en serio con esa parte de la historia.
ResponderEliminarxG
Laura, sólo hace unos años que las barbaridades de Stalin y la realidad de su régimen empiezan a poder ser conocidas y estudiadas. El libro que menciono da unas cifras que ponen los pelos de punta y unos cuantos ejemplos de paranoia que hacen plausible incluso una teoría en apariencia tan descabellada como la de la muerte de Camus.
ResponderEliminarxGaztelu, ¡Sí! yo también pensé en esa película (por cierto, no logro recordar el título), que me hizo reír muchísimo. El libro es muy interesante, creo que va a ser publicado en España pronto. Arroja una nueva luz sobre algunos aspectos de la Segunda Guerra Mundial y, desde luego, sobre el régimen estalinista, que no se quedaba precisamente corto al lado del de Hitler.
Ante todo, el accidente en el cual falleció Albert Camus se produjo el 4 de enero de 1960 y no de 1940, como se indica aquí. Albert Camus, que recibió el Premio Nobel de Literatura en 1957, fue quien propuso a Borís Pasternak para el mismo premio del año siguiente. Y, efectivamene, el poeta y escritor ruso soviético lo obtuvo en 1958, desatando una histeria sin parangón en las esferas de poder de la URSS. Pasternak fue amenazado personalmente por el Fiscal General del Estado de procesarlo por traición a la patria. A raíz de una campaña de desprestigio y acoso sin precedentes, Pasternak falleció en mayo de 1960.
ResponderEliminarOtro error suyo cuando escribe "Boris Pasternak, cuya obra Doctor Zhivago había sido prohibida por Stalin." Stalin había muerto el 5 de marzo de 1953. Es difícil que pudiera prohibir una obra publicada en Milán en noviembre de 1957. La prohibió Nikita Jruschov que entonces era el secretario general del PCUS.
ResponderEliminarEl "Papaito Josef" no era un ángel candoroso precisamente. No he leído el libro que comentas, pero si este otro:
ResponderEliminarhttp://www.tusquetseditores.com/titulos/tiempo-de-memoria-dictadores-la-alemania-de-hitler-y-la-union-sovietica-de-stalin
...que es magnífico y que me hizo pensar que en caso de tener que elegir en que lado quedarme, casi me hubiera quedado en la Alemania nazi antes que en la Rusia estalinista. Yo soy muy crédulo y casi siempre tiendo a presuponer que este tipo de conspiraciones sean reales. Y si hablamos de Stalin ( o de sus sucesores, que solo eran algo mas "diplomáticos") me lo creo aun más.
Carmen, gracias por tus puntualizaciones, ya he hecho las correcciones pertinentes. La fecha de la muerte de Camus era, evidentemente un error de transcripción mío. En cuanto a Stalin, es cierto que para entonces ya había muerto, pero sus sucesores seguían una tónica muy parecida respecto a los que percibían como "enemigos de la Unión Soviética".
ResponderEliminarOscar, dífícil elección, desde luego. ¿El fuego o las brasas? El libro de Snyder explica muy bien cómo la gente que habitaba los territorios que fueron anexionados primero por Stalin -en virtud del tratado de amistad germano-soviético-, luego invadidos por Hitler y de nuevo tomados por los soviéticos, lo tuvieron muy difícil para saber de qué lado debían inclinarse. La mayor parte, lo pagaron con sus vidas.