La librería. Grabado perteneciente a Mesonero Romanos, Escenas matritenses por el Curioso Parlante, Madrid, Imprenta y Librería de Gaspar y Roig, 1851. |
No todo el que entra en una librería sabe lo que busca. A veces, ni siquiera parece estar muy seguro de para qué sirven los libros. No sé si algún librero me desmentirá, pero yo diría que sólo una minoría busca un libro muy concreto, del que además sabe autor y título. Importante detalle este último: un porcentaje absurdamente alto de gente que desea comprar un libro determinado tiene sólo una noción muy vaga, o incluso declaradamente errónea de estos datos. Como es lógico, este despiste generalizado da lugar a innumerables anécdotas, a cual más divertida. Seguro que nuestros esforzados libreros pueden contar muchas. Un librero de segunda mano americano, Shaun Tyas, publicó en 1988 un libro titulado Book Worm Droppings, en el que recogía anécdotas de sus experiencias con clientes y con otros libreros, así como otras que le habían enviado libreros de otros lugares. El libro en cuestión se ha convertido ahora en una web que se ve continuamente enriquecida por comentarios de diversos participantes. Un rápido repaso a estas anécdotas demuestra que, aparte de las no por obvias menos habituales preguntas de "¿Es aquí donde venden libros?" o "¿Los ha leído todos?" (pregunta esta última que conocen bien, creo yo, todos los que disponen de una nutrida biblioteca en su casa), uno de los casos más frecuentes es el del cliente que sólo posee una información muy remota sobre el volumen en cuestión y está convencido de que con eso basta para localizarlo:
-No sé de qué va, ni quién lo escribió ni nada, pero lo tuve en segundo de primaria y había un dibujo de un pato en la cubierta, ¿tienen algún ejemplar?
o bien
-¿Tienen las obras completas de Robert Burns? No sé quien es el autor.
También hay los que ni siquiera tienen muy claro a qué género pertenece:
-Busco un libro. Va de un perro que habla y sus aventuras
-¿Sabe qué tipo de libro es?
-No-ficción.
Claro que también existen lib´reros que no se muerden la lengua, y Tyas recoge algunas de sus réplicas. A un cliente que se quejaba de lo caro que era un libro antiguo:
Aunque no faltan clientes que sólo quieren echar un vistazo, exasperados por la inevitable pregunta del librero "¿Busca algo en particular?". Cuentan de uno de ellos que solía salirles con un catálogo de temas raros: "Sí, libros sobre suicidio, escatología, tartamudeo y ropa de golf."
¡Cuánto me suena esa pregunta! ¿Los has leído todos? Y sí, en alguna ocasión cuando estaba comprando algún libro, he tenido ocasión de oír esas preguntas que describes en tu post.
ResponderEliminarMe ha gustado leerlo
Un saludo
Hector Yanover en su libro "Memorias de un librero escritas por él mismo" (Anaya & Mario Muchnik, 1994), cuenta algunas muy graciosas. Por su brevedad, no resisto la tentación de transcribir un par de ellas.
ResponderEliminar-¿Tiene Antología?
-¿Antología de qué?
-¿Cómo?¿Hay muchas?
¿Me da algún libro de Kafka? No importa cual. Solo quiero saber por qué dicen que éste es un país Kafkiano.
Un saludo, Alfonso
He trabajado en un par de librerías y en comparación con algunas preguntas que te hacían allí los "no-iniciados" éstas se quedan cortas. Incluso en facebook se ha creado un grupo sobre libreros que van explicando sus anécdotas, llega a ser muy ilustrativa, aquí te dejo el nombre, Libreros que ocultan preciosa información después de haber sido maltratados.
ResponderEliminarHace unos años, un librero barcelonés recopiló las mejores anécdotas en "Soldados de cerca de un tal Salamina" (Eduardo Fernández. Lo editó Comanegra) y ya el título lo dice todo...yo he trabajado en el gremio del vídeo-DVD y os puedo asegurar que los casos son iguales o mejores: me devolvieron "La lista de Schindler"...¡¡porque se veía en blanco y negro!! Aix, clientes...¿qué haríamos sin ellos?
ResponderEliminarMuy divertida la entrada y las anécdotas, las de los comentarios también. Siempre se agradece poder sonreir un rato. Por cierto, bonitas piedras.
ResponderEliminarElysa, creo que todos los que frecuentamos las librerías hemos tenido ocasión de presenciar el enorme despiste de algunos ¿lectores?
ResponderEliminarAlfonso, gracias por las anécdotas y por la referencia al libro de Yanover, que no conocía.
littleEmily, muy interesante tu información sobre el grupo de libreros en Facebook. Lo buscaré.
Samedimanche, ja, ja, debía ser un DVD defectuoso el de "La lista de Schindler". Gracias también por la referencia al libro de anécdotas. Me suena haber oído hablar de él hace un tiempo.
Urzay, me alegro de que te gusten las piedras. Estaba un poco cansada de tanto libro, a veces hay que variar.
Hay anécdotas de libreros impresionantes. De esta web había oído hablar (aunque no sabía lo del libro). Habrá que explorarla (otra más, se me acumulan).
ResponderEliminarPues yo pondré una pica en Flandes y diré que para desgracia de todos los que amamos los libros, cada vez más se venden estos no por auténticos libreros sino por gente que despacha libros como quien despacha pescado (con todo mi respeto para los pescaderos). Podríamos también escribir un libro con las respuestas que dan los ejecutores de dichas ventas de libros ante las preguntas de lectores que si que saben lo que buscan. Y que conste que esto va como brindis a los buenos libreros, de los que en mi zona quedan pocos por desgracia para mi y muchos otros.
ResponderEliminarLa última por ejemplo, contada hace menos de una semana por un lector:
Librería de mi ciudad. Entra el comprador, buscando una biografía concreta de Yukio Mishima (concretamente buscaba la que escribió hace muchos años Vallejo Nájera).
Comprador: Hola, busco una biografía de Yukio Mishima
Vendedor: Ah, si, Mishima. Pues la biografía no se si la vamos a tener, pero acaba de publicar una novela nueva que se está vendiendo muy bien.
Comprador: Quien la ha publicado?
Vendedor: El Mishima ese.
Comprador: Imposible, mire usted, lleva veinte años muerto y le cortaron la cabeza.
Vendedor: pues le digo que la acaba de publicar, y es algo de la cabeza.
Comprador: Búsquela.
Resultado: Obra de un autor español titulada "La cabeza cortada de Mishima".
Todavía recuerdo con escalofríos cuando pedí un volumen de relatos de Hemingway y no sabían quien era, que se lo deletreara y luego me dieron uno de uan escritora de apellido nada parecido al que había deletreado.
Buenos libreros y buenos lectores deberían estar interconectados de alguna manera.
Estoy de acuerdo con Óscar en que las respuestas, en ocasiones, de algunos libreros son de antología. A mí me ocurrió una anécdota muy buena hace dos años en la Feria del Libro de Madrid. Buscábamos un libro de Gredos, un clásico, y fuimos a la caseta de esta editorial, con el catálogo en mano para pedirlo. El muchacho que había en la caseta nos dijo que habían llevado bastantes ejemplares ala Feria y que se les habían agotado porque estaba siendo uno de los libros más vendidos (en el año de Larsson, nada más y nada menos). Insistimos en que aquello que nos decía era imposible (¡un clásico de Gredos como best seller de la Feria!), pero no hubo manera, él seguía en sus trece. Nos emplazó a volver el siguiente fin de semana a la caseta, porque iban a recibir más ejemplares. Así lo hicimos. Y cuando volvimos, de nuevo nos comentó que ya no le quedaban ejemplares, que se los quitaban de las manos...
ResponderEliminarSaludos.
¡En Gredos! Que bueno.... Y mira que admiro las obras de esa editorial y he tenido que reunir dinero a veces para pagarlo. Me los imagino vendiendo como churros el segundo tomo de las Eneadas de Plotino. Con un poco de suerte igual te dicen que el autor iba a firmar ejemplares el fin de semana siguiente.....
ResponderEliminar:-)
Saludos
Graciosísimo lo de Gredos. Seguro que les sacaban las Cartas de Plinio el Joven de las manos (por cierto, muy recomendables estas últimas).
ResponderEliminarEn cuanto a las anécdotas de libreros de Oscar, yo también he presenciado algunas garrafales meteduras de pata de presuntos libreros. A lo mejor hay que hacer un grupo de Facebook paralelo al de los libreros que sea "Libreros que no tienen ni idea de lo que venden". No son todos, por fortuna.