John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

miércoles, 9 de marzo de 2011

TINTIN VIVE

Experimenté mi primera inmersión en el mundo de Tintín a los 8 años cuando, estando enferma, me regalaron El tesoro de Rackham el Rojo para que me distrajera. Inmersión, nunca mejor dicho, porque aún recuerdo vívidamente su portada, con el pequeño submarino en forma de tiburón. A partir de entonces, me convertí en ferviente seguidora de las aventuras del joven reportero y su inseparable Milú. Estoy segura de que debo haber leído varias veces todos sus álbumes y con mis hermanos habíamos llegado a jugar a hacernos mutuamente preguntas sobre ellos, a ver quién recordaba más detalles. A pesar de su aire un poco repipi, Tintín -con la inestimable ayuda del inefable capitán Haddock y de Tornasol- ha fascinado a millones de lectores de todas las edades en todo el mundo. Como es lógico, ha generado también infinidad de imitaciones, parodias, pastiches... Algunas de ellas burdas copias que desean beneficiarse de la popularidad del personaje, muchas otras homenaje al ingenio de Hergé. También están los que quieren mostrar las facetas ocultas de Tintín, su vida sexual, sus defectos; o los que se apropian del personaje para defender las causas más diversas, a menudo opuestas. Así, a pesar del férreo control que ejercen los propietarios de los derechos de Hergé, el mundo de Tintín se ha hecho omnipresente. Y ahora, en la red, estos derivados de Tintín son aún más fáciles de localizar. De hecho, uno de los principales blancos de críticas y parodias son los propios herederos de Tintín, con su mujer Fanny Rodwell a la cabeza, a los que se acusa de voracidad y de manipular el legado a su antojo. (Por cierto, la sociedad creada para velar por sus intereses se llama, muy adecuadamente, Moulinsart.) Este malestar entre los tintinófilos ha generado algunos panfletos ingeniosos, como el álbum Tintin et les héritiers de Hughes Dayez, y muchos otros francamente insultantes.
Pero es innegable que Tintín se ha convertido en una especie de icono, que a su vez ha tenido eco también en el mundo del arte. Poco después de la muerte de Hergé, en 1984, recaló en la Fundación Miró de Barcelona la exposición "El museo imaginario de Tintín", que daba cuenta de la génesis y el proceso creativo de la serie, a la que se añadió una muestra de obras de diversos artistas inspiradas por este personaje. Algunos, como el artista francés Guiome David, ha llegado a convertir a Tintín en sujeto único de una de sus exposiciones, con un número increíble de variantes sobre él. Por encima de las críticas al mensaje supuestamente racista o derechista de algunos álbumes -que reflejan no sólo la evolución ideológica de Hergé, sino la de la sociedad europea de su época- las aventuras de Tintín han encontrado un profundo eco en el imaginario colectivo. Por mi parte, tengo pendiente desde hace tiempo un viaje a Bruselas, que se ha convertido en inexcusable desde que inauguraron el Museo Hergé. Será la nostalgia, pero el mundo de Tintín me sigue pareciendo un refugio cálido y amable, lleno de personajes tan imposibles como entrañables.
Por cierto, que ahora el mismísimo Steven Spielberg la ha tomado con este reportero y se anuncia para algún momento de 2011 el estreno de la película basada en sus aventuras. Como debe de ser -y esto lo considero un punto a su favor-, ha comenzado por llevar a la pantalla precisamente El secreto del Unicornio. Veremos que tal. Los tintinófilos temblamos pensando lo que pueda haber hecho Hollywood con este personaje tan genuinamente belga. Confiemos en que el resultado esté a la altura de la expectactivas.

3 comentarios:

  1. Adoro a Tintín. "El cetro de Ottokar", "El templo del sol", "El secreto del Unicornio" y "Los cigarros del faraón" eran mis preferidos. Me duele que los chavales de ahora se lo pierdan y, aunque doy clase de lenguas clásicas, hablo mucho más del reportera belga que, por ejemplo, de Astérix y Obélix. ¿Has leído Tintín: el sueño y la realidad, de Michael Farr? No te lo pierdas.
    Muy buen post.
    Saludos

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  2. No he leído a Tintín nunca. Y en casa hay alguna historia, igual me animo después de leerte. No sabía todo ese proceso de imitación y parodia del personaje.

    Un abrazo Elena.

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  3. CEci, no he leído el libro de Farr, pero sí la biografía de Hergé de Pierre Assouline. Desde luego, tanto Tintín como su autor dan para sacarles mucho jugo.

    Laura,aunque Tintín es una lectura que se suele hacer de niño/adolescente, es un error pensar que se trata de algo menor o marginal. Como digo en mi entrada, es un icono cultural que ha tenido gran reprcusión en muchos ámbitos. Si puedes, échale un vistazo, creo que no te decepcionará.

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