John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

miércoles, 15 de agosto de 2012

¿HAY QUE APRENDER IDIOMAS?


Hace unos meses, Lawrence Summers, quien fuera presidente de la Universidad de Harvard, escribió un polémico artículo en el New York Times en el que, entre otras cosas, apuntaba que quizá hoy en día no era necesario plantearse el estudio de idiomas a nivel universitario. Concretamente, decía lo siguiente:
 
La emergencia del inglés como lengua global, junto con el rápido progreso de la traducción automática y la fragmentación de las lenguas habladas alrededor del mundo, hacen dudar de que la sustancial inversión que se precisa para hablar una lengua extranjera sea universalmente rentable. Aunque los beneficios que el dominio de otra lengua reporta son indiscutibles, ese dominio se hará cada vez menos esencial para hacer negocios en Asia, tratar a pacientes en África o resolver conflictos en Oriente Medio.

Una periodista de la revista New Yoker tuvo la idea de preguntarles a tres grandes traductores americanos -David Bellos, Arthur Goldhammer y Lydia Davis- qué opinaban de ello. Como era de esperar, todos ellos estuvieron en desacuerdo con él y rebatieron de forma inteligente sus argumentos. Dejo aquí el enlace para quien quiera informarse debidamente. La visión del señor Summers parece, como mínimo, un tanto limitada: desde su punto de vista, la principal justificación del aprendizaje de una lengua estriba en su utilidad como herramienta para trabajar, hacer negocios o política. Pero una lengua es mucho más que eso. Cada lengua es una forma de ver el mundo, expresión de una cultura, de una historia, de una sensibilidad. Con el aprendizaje de cada nueva lengua, nuestra vida se enriquece de un modo incomparable, resulta más rica, más variada, más profunda. Esto es algo que saben todos los que han hecho el esfuerzo de dominar una lengua distinta de su lengua nativa -y aún más los que ya son bi- o trilingües desde pequeños- y que ignoran en cambio los que se aferran al monolingüismo. Por muy buenas que sean las traducciones (lamentablemente, no siempre lo son), siempre se pierde algo. Cuando nos expresamos en una lengua determinada, recurrimos no sólo a su vocabulario y su gramática, sino a todo un mundo de referencias externas, un entramado complejísimo de significados y significantes que sólo tienen sentido en y para esa lengua, y que es imposible trasladar a otra, por más que se busque la equivalencia más próxima.



Si para la lengua hablada esto puede resultar un cierto obstáculo, esta limitación resulta penosamente evidente en las obras literarias. El que haya leído a Flaubert, a Thomas Mann o a Faulkner en traducción y luego en su versión original entenderá a qué me refiero. Si uno ha pasado por una experiencia así, parece justificado todo el esfuerzo que se emplee en aprender un idioma: la recompensa es enorme. Sin duda no es cuantificable en términos puramente económicos (¿será por eso que nuestros políticos no hablan idiomas?), pues es una satisfacción que -como todas las cosas valiosas- no tiene precio.
Personalmente, me gustaría saber muchos más idiomas de los que ya sé, y dominar los que sé aún mejor. Si ya me gusta la poesía de Wislawa Szymborska en español, sólo puedo imaginar lo maravilloso que debe ser leerla en su lengua original. Para mí, al menos, eso es motivo suficiente para responder que sí, que estudiar idiomas vale la pena.

12 comentarios:

  1. Un anglohablante no se puede plantear la sutileza de saber idiomas. Para ellos todo el mundo debería hablar inglés pero el problema es nuestro seguidismo.

    Criticamos a Rajoy y otros presidentes por no saber hablar correctamente el inglés pero... ¿cuantos idiomas habla Obama que es el dueño del mundo?

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    1. Cierto, Galderich, los angloparlantes suelen esperar que todo hablemos su idioma, pero ellos se preocupan poco de aprender otros. De ahí que se haya impuesto esa especie de "inglés internacional", un idioma neutro y rudimentario que parece que basta para algunas funciones elementales. Pero, como señalan bien en el artículo que enlazo, las sutilezas de la lengua son imprescindibles si uno quiere profundizar en las relaciones.

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  2. Tienes toda la razón, la diferencia entre la traducción y el original suele ser abismal. Austen es mi autora favorita en inglés y soy incapaz de leer sus obras en español, porque pierde todo el encanto. Es difícil hacerse a la idea de la Inglaterra rural y señorial al sacarla de ese modo de contexto. Si el escritor cuida el lenguaje y busca el vocabulario más adecuado en significado y sonoridad, aunque el traductor procure mantener la misma línea, no consigue transmitir íntegramente el estilo original.
    En una conversación no causa la misma impresión hablar correctamente un idioma que defenderse en ella chapurreándola.

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    1. Desde luego, el placer que proporciona el inglés de las novelas de Austen, tan dieciochesco, tan preciso, tan lleno de matices, se pierde en gran parte en sus traducciones.

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  3. Qué fácilmente olvidamos que los idiomas también sirven para pensar y ampliar nuestros horizontes. Cuantos más términos tengo en mi cabeza, más quiero...Me gusta que la gente tenga un "je ne sais quoi" o encontrarme de golpe frente a mi "doppelganger". En un mundo que se expande, nosotros nos reducimos.

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  4. Como tú, yo también aprendería más idiomas si pudiera (aunque en mi caso me tiene que motivar mucho la cultura que lo acompaña para que me sumerja de verdad), me aprece una maravilla.

    Lo que me molesta es que ahora haya que saber inglés para todo (pero otros idiomas no sirvan igual). Perfecto si uno está interesado y/o le encuentra utilidad (aunque sea de forma interna, no quiero decir que lo tenga que usar ni nada, sólo que le saque partido) pero que un trabajador que no lo va a usar para nada en su trabajo y/o que sea negado para eso pero muy válido para lo suyo tenga que poner en su CV su nivel me parece absurdo.

    Dicho lo cual, nos quejamos del bajo nivel general de idiomas en este país, pero si se limitan a las aulas y se ven como una obligación, qué podemos esperar. El día que se extienda lo de ver las cosas en VO y leer en los idiomas originales y demás otro gallo cantará (y será bilingüe) ;)

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  5. Absolutamente de acuerdo contigo, Elena. Lo más maravilloso de aprender un idioma es poder leer la literatura escrita en su lengua original. Esto implica años de estudio que siguen siendo una excelente inversión.

    Un saludo.

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  6. Pocas cosas de las que he aprendido en mi vida a base de estudio (incluyendo el 90% de las asignaturas de la carrera de la que ahora vivo) me ha reportado tantos buenos ratos y mayor amplitud de miras que los que me ha dado el saber inglés suficiente para leer a mis escritores preferidos en su idioma.
    Decir que la gente no tiene que aprender idiomas es tan tonto (en mi opinión) como la opinión del Ministro de nuestro país que hoy he leído de que la gente "debe veranear en España solamente" y salir menos al extranjero.
    Siempre ha existido una "lingua franca" para poder comunicarnos entre diversas nacionalidades (siglos atrás griego o latín, ahora inglés).
    Siento disentir parcialmente de Galderich. Que Obama no sepa otros idiomas (no olvidemos que sus hijas saben español y están estudiando chino mandarín) no justifica la vergüenza que para mi supone que nuestros presidentes (todos) y ministros (prácticamente todos) no solo no sepan inglés, sino que se tiren ocho años en el gobierno y no se preocupen de aprenderlo.
    Una cosa es hablar inglés para pedir comida o bebida o solicitar una dirección, otra entender inglés limitado a nivel profesional y otra muy diferente ser capaz de leer a Faulkner o Auden en su idioma.
    Por mucho que yo defienda a los ingleses y estadounidenses no dejo de reconocer sus defectos. Si ellos no se preocupan de aprender otros idiomas (lo cual tampoco es tan cierto) no tenemos porque imitarles.
    Personalmente me alegro de que las nuevas generaciones tengan otra perspectiva. Si no, acabaremos como aquel cantautor que se jactaba de que "nunca en su vida había hablado ni hablaría una palabra de inglés". Esa incultura voluntaria llevaba a la siguiente frase que dijo: "y además me han detenido más de una vez por apedrear los cristales de McDonalds, que son símbolo del invasor anglosajón".
    Saludos a todos.

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  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  8. Pocas cosas de las que he aprendido en mi vida a base de estudio (incluyendo el 90% de las asignaturas de la carrera de la que ahora vivo) me ha reportado tantos buenos ratos y mayor amplitud de miras que los que me ha dado el saber inglés suficiente para leer a mis escritores preferidos en su idioma.
    Decir que la gente no tiene que aprender idiomas es tan tonto (en mi opinión) como la opinión del Ministro de nuestro país que hoy he leído de que la gente "debe veranear en España solamente" y salir menos al extranjero.
    Siempre ha existido una "lingua franca" para poder comunicarnos entre diversas nacionalidades (siglos atrás griego o latín, ahora inglés).
    Siento disentir parcialmente de Galderich. Que Obama no sepa otros idiomas (no olvidemos que sus hijas saben español y están estudiando chino mandarín) no justifica la vergüenza que para mi supone que nuestros presidentes (todos) y ministros (prácticamente todos) no solo no sepan inglés, sino que se tiren ocho años en el gobierno y no se preocupen de aprenderlo.
    Una cosa es hablar inglés para pedir comida o bebida o solicitar una dirección, otra entender inglés limitado a nivel profesional y otra muy diferente ser capaz de leer a Faulkner o Auden en su idioma.
    Por mucho que yo defienda a los ingleses y estadounidenses no dejo de reconocer sus defectos. Si ellos no se preocupan de aprender otros idiomas (lo cual tampoco es tan cierto) no tenemos porque imitarles.
    Personalmente me alegro de que las nuevas generaciones tengan otra perspectiva. Si no, acabaremos como aquel cantautor que se jactaba de que "nunca en su vida había hablado ni hablaría una palabra de inglés". Esa incultura voluntaria llevaba a la siguiente frase que dijo: "y además me han detenido más de una vez por apedrear los cristales de McDonalds, que son símbolo del invasor anglosajón".
    Saludos a todos.

    Dios mío!!! Vaya parrafada me ha salido. Siento infligiros dicha tortura.

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  9. No siempre los traductores te dan buenos resultados en el idioma que deseas, por eso es muy importante aprendes el idioma para poder contribuir en la traducción.

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    1. Tienes toda la razón. Lamentablemente, no es posible (o no para la mayoría de nosotros) aprender todos los idiomas, de modo que siempre, en algún momento, hay que recurrir a la traducción.

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