John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

miércoles, 10 de agosto de 2011

ERRATAS

Lawrence Durrell
En la divertidísima antología de Lawrence Durrell titulada Antrobus Complete -una colección de relatos y sketches humorísticos en torno al cuerpo diplomático inglés estacionado en un país no determinado de los Balcanes durante los años 30- tiene un relato imprescindible para todos los biblioadictos que somos un tanto maníacos con las erratas, titulado "Frying the Flag", que relata los fallidos y muy graciosos intentos de un par de solteronas para editar un periódico, el Central Balkan Herald, que indefectiblemente -y gracias a la intervención de unos linotipistas que Durrell define como "hirsutos campesinos serbios con grasientos rizos de elfo y manos semejantes a palas" sale siempre lleno de erratas, muchas de las cuales alteran por completo el sentido de las frases.  Así, produce titulares como:

MINISTER FINED FOR KISSING IN PUBIC.
WEDDING BULLS RING OUT FOR PRINCESS.
BRITAINS NEW FLYING-GOAT.

La gracia está en leerlo en su versión original, claro, porque es difícil reflejar su comicidad en otro idioma, aunque la traducción española (lo publicó Tusquets hace años, me temo que debe de estar descatalogado) logra salir bastante airosa del asunto.
Volviendo a las erratas, por irritantes que resulten en los libros publicados, también pueden ser una fuente de divertidas anécdotas. Y, en ocasiones, la rareza de un libro con erratas lo hace incluso más valioso que un ejemplar carente de ellas. En una entrada dedicada a este tema, la web de bibliofilia Bookride cita como ejemplo la  Vulgata de Sixto V de 1590, que apareció tan llena de errores que cuando este papa murió -a los pocos meses- el colegio cardenalicio compró todos los ejemplares que pudo y procedió a destruirlos. Como consecuencia, cualquier ejemplar con errores de esa Biblia saldría hoy al  mercado por sumas astronómicas. Se cuentan otras muchas historias de erratas que han afligido a textos ilustres, como la que sufrió la primera edición de la novela La feria de los discretos, de Pío Baroja, que apareció como La feria de los desiertos. Una Breve historia del ultraísmo argentino salió al mercado como Breve historia del altruismo argentino. Incluso una obra tan conocida como La dama de las camelias, de Dumas, llegó a editarse como La dama de las camellas. O, al menos, eso cuentan por ahí. Para quien quiera más ilustración y ejemplos al respecto, José Esteban recopiló muchos de ellos en su obra Vituperio (y algún elogio) de la errata (2002). Claro que todos sabemos que estas erratas no son obra de los impresores, sino de Titivillus, el demonio que se inventaron los monjes medievales para lograr que los copistas extremasen su atención en el trabajo y evitasen errores. Titivillus recorría los scriptorium buscando errores, pues estaba obligado a encontrar diariamente los suficientes para llenar mil veces su bolsa, una bolsa que luego bajaba al infierno, donde cada pecado era debidamente registrado en un libro con el nombre del monje que lo había cometido, para ser leído el Día del Juicio Final. Aunque es probable que también ese libro contuviese alguna errata.


8 comentarios:

  1. ¡¡¡No es posible que se hayan producido esas erratas!!! ¿¿¿La dama de las camellas??? Bueno , ultraismo convertido en altruismo, no está nada mal... jajaja... parece imposible.

    Un abrazo!!

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  2. No sabes, Elena, la alegría que me da encontrar a alguien que ha leído a Antrobus. Es una de las lecturas con las que mas me he reído en mi vida y tras leerlo hace años en español, estuve buscando en inglés (descatalogado), hasta que encontré de segunda mano "The best of Antrobus" y "antrobus complete". Y no hace mucho que pensaba lo mismo que tu, que siendo una traducción muy dificultosa, la versión en español consigue transmitir el humor de Durrell muy bien. "El Herald mantiene en alto Lavandera de Inglaterra", La abadía de Wetminster y las campaneas del Big Bun". "Inglaterra lanza sobre Berlin la Boba mas grande hasta el presente".
    Tenía pensado hacer una entrada sobre este personaje al que debo tantas carcajadas. Y si, la versión española (única) esta descatalogada.

    Ademas, muy buena entrada y la historia de Titivilus genial.

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  3. Laura, son increíbles, ¿verdad? No puedo dar fe de que sean todas ciertas, pero tienen gracia...

    Oscar, qué bien encontrar a otro fan de Antrobus. Yo también lo considero absolutamente genial. La edición de Faber que yo leí tenía además unas caricaturas graciosísimas. Humor inglés del bueno, yo tengo debilidad por este tipo de cosas, como Wodehouse y tantos otros.

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  4. Bueno, es que las caricaturas son de un dibujante maravilloso, Nicholas Bentley, del que yo colecciono obras de varios escritores ilustradas por él. Antrobus, Obras de Georges Mikes, o el "Diary of a Provincial Lady". También de este ilustrador tengo a medio escribir un post. Se me acumula el trabajo.

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  5. Habiendo leído tu entrada esta misma mañana, con los correspondientes comentarios del gran Oscar, voy a los encantes y me encuentro con "Antrobus" (edición con las caricaturas de Tusquets). Pues nada que por un eurito a divertirse toca.
    El tema de las erratas parece ser toda una especialidad para algunos buscadores, pero mi bibliofilia todavía no ha llegado a ese extremo. Interesantísima como siempre tu entrada. Saludos

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  6. ¡Vivan las erratas! Me han encantado las que pones. Y aunque yo peco de cometer un montón de errores al teclear en los comentarios, debo decir que me lo paso en grande dando con gazapos y demás en la prensa. Ya se sabe, eso de la paja en el ojo ajeno y demás ;)

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  7. Estupendo post, Elena. Leyendoos a ti y a Oscar me pongo ahora mismo a buscar el Antrobus. Viniendo además de un Durrell, aunque sea Lawrence, tiene que ser divertido.

    Un abrazo

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  8. Cristina, cuando además la errata hace que la palabra o frase cambie de sentido, son una fuente inagotable de diversión. Yo les veo una relación con los juegos de ingenio, o de palabras.

    CEci, espero que encuentres el libro, es una lástima que esté descatalogado. A ver si algún editor se anima a recuperarlo.

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