En la vieja discusión entre si es mejor una novela o su adaptación cinematográfica, suele ganar la primera. No siempre, desde luego, y también depende de qué espera cada cual de la adaptación al cine, de hasta qué punto se comprende que el lenguaje literario y el cinematográfico son distintos. Resulta lógico que, puesto que nos llegan por vías diferentes, nuestra percepción de lo que nos cuentan también sea diversa. Sea como fuere -podríamos discutir largamente sobre esto- ahora mismo sólo recuerdo una adaptación reciente que me pareciera igual o mejor que la novela en que se basaba: No es país para viejos, de los hermanos Coen. Quizás es que las obras de Cormac McCarthy se prestan especialmente bien para ser trasladas al lenguaje de la imagen, porque también La carretera y Todos los caballos bellos pasaron a la gran pantalla. Ya en tiempos del cine mudo la literatura se convirtió en una fuente inagotable de temas y argumentos para el cine (hace poco mencionábamos el Hamlet protagonizado por Asta Nielsen en 1920, nada menos). En este primer decenio del siglo XXI, la literatura parece estar más viva que nunca en las pantallas, véase sin ir más lejos el reciente estreno de la Jane Eyre dirigida por Cary Fukunaga, que hace la adaptación número dieciséis de esta novela a la pantalla. Con este motivo, y cediendo a la inevitable atracción por las listas, Cinemanía ha elaborado una de las obras y autores que más adaptaciones cinematográficas han conocido. Si hemos de hacer caso a la base de datos de IMDb, el autor más adaptado sería -adivinen-: William Shakespeare, que figura como guionista en los créditos de nada menos que 862 películas (y sigue, porque de estas hay al menos diez que aún están en posproducción, a saber cuántas más serán de aquí a un par de años). También ocupa un lugar destacado el libro de los libros, la Biblia. Claro que en cierto modo juega con ventaja, porque consta de tantos libros y episodios (y su impronta en la civilización occidental es de tal magnitud, añadiría) que no sorprenderá que, sumando el Antiguo y el Nuevo Testamento, la cifra de películas basadas en ellos se eleve a 161. Pocas, si las comparamos con la infinidad de secuelas y derivados que han generado las diversas aventuras de Sherlock Holmes, 226. Aunque en este caso más que adaptaciones de novelas concretas a menudo se trata simplemente de tomar el personaje de Sherlock y hacerlo intervenir en alguna arriesgada aventura, como ocurría por ejemplo en El secreto de la pirámide. A pesar de no figurar en esta lista, Jane Austen tampoco les va a la zaga: su nombre figura en los créditos de 51 títulos, pero si contamos con que muchos de ellos son series de varios capítulos, en realidad las horas de Jane Austen en pantalla pueden equipararse con cualquiera de los autores antes mencionados. La conclusión casi inevitable de todo esto es que una buena historia y unos buenos personajes son inmortales. Pasen los años que pasen, sea cual sea el medio a través del que se transmitan, son capaces de viajar a través de las generaciones, fascinando de nuevo a su público cada vez que reaparecen. Esa es su verdadera grandeza.
Charlton Heston como Moisés en Los diez mandamientos, ¡qué tiempos aquellos! |
A mi me gustaron mas las peliculas de A Single Man y la de Orlando que las novelas, lo reconozco. Me encanta investigar adaptaciones de novelas así que me parecen muy curiosas las estadísticas que pones (hubo una época en la que me tragaba adaptaciones bíblicas indiscriminadamente, ahora es más novelas XD).
ResponderEliminarComo muy bien señalas, el cine y la literatura son dos lenguajes totalmente diferentes. Por eso, decir "el libro me encantó, en cambio la peli me defraudó" es como decir "me gusta el tenis, en cambio la mortadela no la puedo tragar".
ResponderEliminarNormalmente, lo que la gente quiere decir cuando los compara es que el uno no ha sido fiel al espíritu del otro, o que "se han saltado" muchas cosas. Curiosamente, hace poco he visto dos adaptaciones de grandes novelas, una al cine (The Fixer,o El hombre de Kiev) y otra a la televisión (Daniel Deronda), y ambas me han decepcionado precisamente por su escrupulosa fidelidad al original. Creo que adaptar debería ser algo más que poner en imágenes, aunque, como muy bien dices, a veces las historias son tan buenas (Brontë, Austen...), que no hace falta ser un genio del cine para hacer una película atractiva e interesante.
Un saludo.
Casi siempre vemos las adaptaciones porque hemos leído la obra original, por eso suelen defraudarnos. Es muy difícil que coincidan tus ideas con las de los guionistas. Lo que pasa es que cuando lo hacen el resultado es mágico para ti(en mi caso veáse Jane Eyre 2006). Saludos
ResponderEliminarPrefiero la novela, pero siempre hay buenas adaptaciones.
ResponderEliminarMe gusta por ejemplo la última Jane Eyre (la vi en Sitges), pero hace mucho que la he leído.
Ya sé que si ha pasado poco tiempo de leída la novela, mejor no ir a ver la adaptación cinematográfica.... siempre me decepciona.
Un beso!!
El otro día ví por segunda vez "Lo que queda del día" de James Ivory sobre la novela de Ishiguro. La película está bien así que me imagino que la novela debe ser incluso mejor (la ventaja que tienen las novelas es que se disfrutan de una manera más paulatina).
ResponderEliminarHablabas tú de esta novela en otro post y comentabas la figura de un "narrador poco fiable", como si hubiera una trama oculta de la que el narrador sólo te da indicios, hasta que al final la descubres y ves la historia de otra manera. (ADVERTENCIA: a cualquier lector sobre posible spoiler)-. ¿A qué te referías? ¿A qué en el libro la tensión sexual que existe entre el mayordomo y el ama de llaves no se descubre claramente hasta el final? Y gracias de antemano por la respuesta a mi duda (y es que en el fondo soy muy muy "curioso") ;)
Normalmente se tiende a pensar que el libro es siempre mejor que la película pero no siempre es verdad. Todavía recuerdo el horror que me produjo el libro en que está basada Big Fish, en que el libro no le llega a la suela del zapato al film (y alguna reseña que he visto por ahí comparte esta opinión). Lo cierto es que hay películas y series que llegan a ser tan fieles que cansan y hay otras que introducen nuevas visiones (muy particulares, algunas) pero que a veces te seducen mucho más de lo que haría una versión demasiado fiel.
ResponderEliminarY como dice Laura, si he leído el libro hace muy poco, no puedo ver la película inmediatamente, me transformo en una "purista" de cuidado.
Besos.
Nit, no he visto ninguna de las dos, pero si son mejores que las novelas, seguro que debería verlas.
ResponderEliminarNiño vampiro, exactamente, la gente parece olvidar que se trata de lenguajes distintos, y que la fidelidad estricta al original no es necesariamente un mérito. Una buena adpatación debería hacernos experimentar lo mismo que la novela, pero por otros caminos.
Pilar, es que cada cual se hace una idea personal de como son los personajes y las situaciones de cada novela. Es casi imposible que la visión del guionista coincida con la nuestra.
Laura, también es cierto que cuanto más te alejas de la novela, menos recuerdas los detalles y más te has quedado con la idea general. De ahí que uno acepte mejor las adaptaciones si no tiene la novela tan presente.
littleEmily, quizá lo más interesante son esas adaptaciones que dices, que son capaces de iluminar nuevos aspectos de la novela. Son pocoas, pero más estimulantes que las que se pasan de fieles y caen en la platitud (me temo que esta palabra no existe, pero espero que se entienda el sentido).
Vigo, te contesto aparte porque tu pregunta tiene tela. Y, como es un tema que a mí me gusta mucho, ahí va la explicación: la adaptación al cine de "Lo que queda del día" es una gran película, con unos actores sobresalientes, pero inevitablemente tiene que dejar fuera un aspecto de la novela, el del narrador poco fiable, porque ese es un recurso puramente literario. En novela hablamos de un narrador poco fiable cuando la persona que narra la historia (o el personaje a través del cual el autor nos muestra la historia) sabe menos que el lector. Es decir, cuando es un personaje que -por las limitaciones que sea- no comprende la totalidad de lo que se desarrolla a su alrededor, aunque el lector sí pueda adivinar, a través de esa visión sesgada, cómo son las cosas en realidad. Como comprenderás, este es un tipo de narrador muy difícil de manejar para un escritor, un empeño del que sólo salen airosos algunos, como Ishiguro, Cuando leas la novela te darás cuenta de que vemos todo lo que ocurre a través de los ojos del mayordomo quien, sin embargo, debido a su rigidez mental y sus inhibiciones, no es capaz de comprender cuáles son los sentimientos de los demás. Pero el lector sí lo ve,lo que hace que la historia resulte aún más seductora: ir desentrañando la verdad de ese relato distorsionado.
ResponderEliminarOtro ejemplo de un narrador poco fiable muy bien logrado es el de "El incidente del perro a medianoche", donde el narrador es un autista, que comprende la realidad de una forma muy parcial.
Bueno disculpa el rollo, me sale la vena profesoral. Espero que se haya entendido.
Entendido, gracias por aclararme la duda. A lo que te refieres lo he encontrado varias veces en algunos relatos. Ahora recuerdo uno donde el narrador es un niño que no es consciente de lo que sucede a su alrededor (tendría que buscar el autor y el nombre, pero sería una búsqueda complicada). Donde por ejemplo el niño vive en un ambiente con una violencia familiar delirante a su alrededor, pero que desde su punto de vista es algo común y lo narra como si no tuviera la más mínima importancia.
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