Probablemente dentro de cien años los estudiosos de la literatura se sorprenderán de la repentina afición por los libros de vampiros y de zombis que, al menos durante algunos años -imagino que la moda remitirá, pero a día de hoy veo indicios de ello-, llenaron nuestras estanterías y nuestras pantallas de sangre y casquería. A buen seguro les parecerá casi tan rara como la afición por los espíritus y el más allá que se hizo tan popular durante el XIX, y que movilizó a favor y en contra a la mayoría de personalidades literarias del momento. Conan Doyle fue uno de ellos, y muy activo por cierto. Pero también Dickens -siempre tan interesado por todas las novedades- se vio envuelto en la "ola de mesmerismo" que hacía furor en la sociedad británica del momento y se interesó tanto por el magnetismo animal como por la psicología, una ciencia entonces en su infancia. Estrictamente, Dickens no creía en lo sobrenatural y prefería atribuir las apariciones y otros fenómenos paranormales a causas físicas o psicológicas. En 1858 escribió un artículo satírico en su revista Household Words, titulado "Well Authenticated Rappings" en el que la voz que el narrador oye en su cabeza se debe a un espíritu, pero alcohólico en su caso: una vulgar resaca. Sin embargo, también supo reconocer que la ciencia no estaba en condiciones de dar una explicación a todos los fenómenos de este tipo. Y, con su infalible olfato para lo que interesaba y conmovía a los lectores, supo estimular en sus novelas y cuentos la afición por lo sobrenatural. Lugar destacado ocupan en este capítulo sus Cuentos de Navidad, en los que nunca faltan los fantasmas, que gozaron de una inmensa popularidad en su época y de los que se han hecho incontables ediciones, versiones y adaptaciones al teatro y a la pantalla. De hecho, el gran mérito de Dickens es haber trasladado la historia de fantasmas clásica desde los tétricos castillos de la novela gótica a la sala de estar del hogar victoriano.
En vísperas del Año Dickens (2012), la British Library ha inaugurado hace unos días una exposición que gira en torno a Charles Dickens y lo sobrenatural, donde, además de artículos, cartas y obras de este autor que tienen que ver con el tema se pueden ver ejemplares de The Terrific Register: or, records of crimes, judgements, providences and calamities, una revistilla sensacionalista que Dickens leía con delectación en su juventud y que se ocupaba de temas como asesinatos, fantasmas o canibalismo. Sin duda, un estupendo acicate para la imaginación del futuro escritor.
Pues me pillas leyendo una recopilación de relatos de fantasmas precisamente, así que lo tengo calentito. He de reconocer que el Dickens que a mi me gusta no es el de los cuentos de fantasmas. No por ello dejo de reconocerle el mérito que tu bien expones, de haberles quitado a los fantasmas las sabanas y cadenas con bola y haberlos sacado de tener que seguir ululando por almenas y escaleras de castillos. Pero confieso que de los volúmenes de relatos de fantasmas de Mr Dickens me quedo con el maravilloso Ebenezer Scrooge y poco más. Sus restantes relatos me atraen mucho menos aunque desde luego es una opinión totalmente personal. O quizá sea que los veo pálidos en comparación con la Obra Magna de este gigante. No veo el momento de que llegue el año Dickens.
ResponderEliminarSaludos.
Una tía mía que vivía en Inglaterra también me contaba historias de casas en las que supuestamente había fantasmas. Ella en principio no creía en ello, pero había visto a animales huir de determinadas zonas de las mansiones donde supuestamente habitaba el fantasma. Mystery...
ResponderEliminarLos ingleses son únicos para estos temas. He disfrutado tu entrada. :-)
Qué exposición tan interesante. Dickens era un escritor de su tiempo, eso siempre es positivo aunque luego los gustos de la época se integren mejor o peor en su obra.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Supongo que si uno quiere realmente vivir de la literatura, tiene que estar abierto a intentar dirigir su arte hacia la demanda de la gente. Aunque sin renunciar totalmente al gusto de uno mismo.
ResponderEliminarRespecto al término "mesmerismo" hoy en día está bastante en desuso, pero su idea sigue vigente en la sociedad actual. Sus principios parten de la existencia de una "energía vital" y hoy todavía hay muchísimas pseudociencias o conceptos que recogen estos principios como: acupuntura, el "chi", los "chakras", sanación por manos...
Bueh, es que a veces me muevo por círculos escépticos y eso al final acaba calando. Pero igual este no es el blog adecuado para este debate. ;)
Como Oscar, yo tampoco creo que Dickens se mueva bien con las narraciones fantasmales (excepción de la celebérrima "Cuento de navidad" y de "El guardavías"). Palidece en comparación con los maestros en este campo.
ResponderEliminarSaludos.
Oscar y Carlos, estoy de acuerdo con ambos: los cuentos de fantasmas de Dickens no están en general a la alutra de los de otros de sus contemporáneos. Lo más probable es que se deba a su escasa fe en lo paranormal. Una falta de fe que yo, la verdad, comparto.
ResponderEliminarElvira, hay que ver la afición de los ingleses por los fantasmas. Creo que son los reyes del género.
Laura, desde luego, Dickens era un hombre de su tiempo, y estaba muy atento a todo lo que sucedía a su alrededor. Sabía como nadie conectar con los gustos de su público.
Vigo, estoy de acuerdo con tu comentario sobre el mesmerismo,son "los mismos perros con distintos collares"... Yo también me mato de risa con esas modas entre pseudorientales y pseudocientíficas. Es que soy escéptica hasta la médula, no lo puedo evitar.
Pues yo no soy escéptica, quiero creer al modo Mulder...pero me lo ponen difícil.¡Con las ganas que tengo yo de vivir una experiencia sobrenatural! Pues no hay manera...
ResponderEliminarGracias por esta entrada, de todas formas. Yo que este año no pensaba ir al Londres pre/ post/ olímpico...pues habrá que ir. Empiezo la hucha.
Samedimanche, toda excusa es buena para ir a Londres. Y en el año Dickens, casi obligatorio (por más olimpiadas que nos echen, vaya lata).
ResponderEliminarYo soy muy pro-olimpiadas jajaja pero soy una rendida fan de Dickens. Si ya era seguro que iría, ahora no queda ninguna duda. Tendré que ir mirando ya los billetes.
ResponderEliminarNo sé si conocerás al Doctor Who, hay un episodio que relaciona Dickens con fantasmas galeses. Una maravilla. Y el diálogo entre Dickens y el Doctor es aún mejor.