Comentarios, anécdotas y rarezas varias para todo tipo de bibliófagos y bibliómanos
John F. Peto
jueves, 10 de junio de 2010
DICKENS Y EL FOLLETÍN
Decididamente, en la red hay verdaderos tesoros. Que muchas veces se encuentran por pura casualidad, porque una cosa lleva a la otra, y ésta a una tercera y, así, encadenados como las cerezas, van saliendo a la luz. Una de estas concatenaciones me ha llevado recientemente a descubrir una interesante faceta de las obras de Dickens. Como todos saben, la mayoría de sus obras aparecieron por entregas -como las de tantos de sus ilustres contemporáneos, y también las de otros muchos menos ilustres de los que ya nadie se acuerda-, en revistas por lo general de periodicidad semanal. Descontento con el trato que recibía de sus editores, el éxito de Dickens le permitió dirigir, entre 1850 y 1859, su propia revista, Household Words. Dickens se implicó a fondo en todos los aspectos de esta revista, donde además de sus novelas se publicaban artículos sobre temas diversos de interés general, y es sabido que a menudo cortaba o editaba los textos de sus colaboradores. Cada número, además del "plato fuerte", que era la nueva entrega de la novela dickensiana de turno, contenía una serie de artículos, cuyo contenido como es natural decidía el propio Dickens. Lo que no es tan sabido es que parte de ellos completaban o ampliaban algunos aspectos de la novela que tuviera entre manos que él no podía o no quería tratar en su narración. Puesto que en la actualidad sólo podemos acceder a las novelas de Dickens en forma de libro, esta es una faceta que resulta desconocida excepto para los expertos y aquellos con acceso a bibliotecas especializadas. Sin embargo, he dado con un interesante proyecto, puesto en marcha por una universidad americana, que consiste en digitalizar todos los números de Household Words en que se publicó la novela Tiempos difíciles y ponerlos en la red. El objetivo inicial era dar pie a que los alumnos comentasen la relación entre ambos textos, pero gracias a internet todos podemos gozar de esta revista tal como les llegaba a los primeros lectores de Dickens. Es inevitable preguntarse qué se habrá hecho de las revistas donde Galdós, por ejemplo, publicaba sus novelas, y en qué medida los artículos que acompañaban a cada entrega arrojarían luz sobre las circunstancias de su creación.
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