John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

martes, 2 de noviembre de 2010

AUTOBOMBO

Los textos de contraportada que los editores incluyen en la mayoría de los libros tienen como misión explicarle al futuro lector de qué va la obra y, casi más importante que eso, persuadirle de que debe comprar precisamente ese libro y no otro. Por lo tanto, suelen exagerar las virtudes del escritor y el interés de la obra. Sabedor de ello, el lector avezado ha aprendido a tomarse esas afirmaciones con cierto escepticismo. Para dar mayor credibilidad a sus alabanzas, los editores procuran siempre que es posible complementarlas con algún comentario favorable procedente de fuentes más imparciales (digamos). Así, cuando el libro ha tenido una buena acogida y se hace una reimpresión, se recurre a menudo a las fajas que reproducen el elogio de algún medio de comunicación más o menos prestigioso. Frases que -todo hay que decirlo- a veces están arbitrariamente recortadas y sacadas de contexto, de modo que consigan que una tibia recomendación parezca una alabanza entusiasta. Pero esto no es posible para la primera edición -que es la que más apoyos necesita para abrirse camino entre el alud de novedades-, por lo que se ha ido extendiendo la costumbre de mandarle galeradas a algún escritor ya consagrado y pedirle que facilite alguna frase elogiosa. Esta práctica, que en España no es aún demasiado frecuente, se ha convertido en Estados Unidos en casi imprescindible y, en consecuencia ha degenerado hasta extremos ridículos, ya que los escritores realmente importantes no se prestan a menudo a ello (o sólo para amigos o compromisos muy determinados), de modo que las editoriales han acabado echando mano de casi cualquiera que haya publicado un libro alguna vez. Como este recurso, por repetido y poco creíble, también da síntomas de agotamiento, el siguiente paso ha sido citar ya no a autores, sino a lectores: por ejemplo, frases de algún blog, o incluso de reseñas procedentes de Amazon. Todo vale, supongo, para convencer al lector de que compre tu libro. Últimamente, sin embargo, he visto con estupor que algunos editores han conseguido rizar el rizo: la publicidad de un libro recién publicado de John Katzenbach lleva como reclamo una frase del propio autor que dice "la novela más fantástica que he escrito jamás". ¡Pues claro! ¿Qué otra cosa iba a decir, si es el autor?

6 comentarios:

  1. Oh..me encanta el tema de este post. Yo jamás leo las contraportadas, antes lo hacía pero dejé de hacerlo por dos razones:
    - casi todo lo que dicen es mentira.
    - arruinan el misterio del libro: Pepe conoce a Juan sin saber que esa relación acabar poniendo patas arriba su vida...y sin saber que esa misma revolución le conducirá a encontrar su camino cuando conoce a Mariano.

    Si el libro me "llama"..me fio....y si sale mal siempre me quedará tema para un despelleje literario.

    Por cierto, ¿ por que no justificas los textos? Es porque no te gusta? Según mi hermano ahora " se llevan los textos sin justificar"..pero a mi me parece que queda raro...

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  2. A pesar de los pesares, suelo seguir leyendo las contraportadas... me tientan demasiado aunque sé que todo es pura propaganda.
    Lo de la frase del propio autor es la monda, vaya tela.
    Un abrazo Elena.

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  3. Me estaban dando algún problema los textos justificados, sobre todo cuando inserto fotos en medio del texto. Supongo que será culpa de la plantilla, que como viene preestablecida (sólo la he personalizado un poco), no admite según qué cosas. Pero tienes razón, Moli, a mí también me gustan más justificados.

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  4. Esto del autobombo me recuerda los preliminares de los libros del siglo XVII, cuando existía la costumbre de que otros autores (amigos, claro) aportaran textos y poemas en alabanza del autor y de su obra, que se situaban al comienzo. Se cree que algunos de las que hay en las obras de Lope se los escribió él mismo, y hay unos cuantos casos más bastante graciosos sobre este tema, incluyendo los poemas preliminares de varios personajes de ficción que hizo Cervantes para el Quijote, (si hemos de creer a Lope porque no encontró poeta tan necio que lo alabase).
    Está visto que no hay nada nuevo bajo el sol.

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  5. Muy bien visto, Urzay, no recordaba eso yo cuando hice el post, pero es cierto, no hay nada nuevo. Y me he reído al recordar la tirria que le tenía Lope a Cervantes. Tampoco nada nuevo ahí...

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  6. Yo tampoco me dejo llevar por lo que dicen otros escritores del libro. Si el libro me llama la atención me da igual quién lo recomiende o lo deje de recomendar. Y lo mismo si no me llama la atención.

    Hace unos años leí sobre un autor poco conocido que se había inventado una cita sacada de un supuesto periódico local en la que alababan su libro, la mandó a periódicos (también locales) reales y estos siguieron en esa línea por inercia.

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