"Liseuse dans un salon", de Giovanni Boldini |
Cuando los esfuerzos de educadores e instituciones se centran en conseguir que la población en general, y los jóvenes en particular, lean más, suena raro recordar que hace sólo un par de siglos, hacia finales del XVIII, Europa se vio sacudida por una "furia" o "manía" lectora (Lesewut, en alemán, pues allí se acuñó el término). De repente, todos leían: los tenderos y los aprendices, las criadas y sus señoras, los obreros y los patronos; se leía sobre todo en las ciudades, pero también en las aldeas, gracias a la multiplicación de periódicos y gacetas y a los buhoneros que acercaban los impresos a los lugares más remotos. En un escrito de 1794, el alemán Johann Gottfried Hoche afirmaba que esta "manía lectora" era "tan contagiosa como la fiebre amarilla". Por primera vez -debido a una serie de factores: la mayor alfabetización, la mejora de las técnicas de impresión, los cambios sociales- una gran mayoría de los que saben leer abandonan la lectura repetitiva de un pequeño canon de obras "normativas" (principalmente obras religiosas o instructivas) para entregarse a la lectura "empática", esa pasión individual que aísla del entorno y que se concibe como un placer, que apela al intelecto y también a los sentidos y que hace que los lectores, al tiempo que se encierran en sí mismos, se sientan parte de una comunidad dominada por el mismo talante. No es raro, pues, que esta nueva moda resultase alarmante para los poderes establecidos. Ni siquiera los ilustrados, por principio favorables a la extensión de la cultura, la veían con buenos ojos, objetando que este tipo de lecturas poco reflexivas y triviales no contribuían a la instrucción del pueblo, sino que al contrario, lo distraían de quehaceres más provechosos. Al introducirse en un mundo ficticio y ajeno, estos lectores -entre ellos muchos jóvenes y mujeres, a quienes se suponía de intelecto más débil e influenciable- perdían el sentido de la realidad, que por comparación se les antojaba gris y aburrida. Algo profundamente subversivo, desde luego. Como respuesta a la demanda, empezaron a aparecer novelas que supieron conectar con los gustos de este nuevo y masivo público lector, y que se convirtieron en los primeros "bestsellers globales", como la Pamela de Richardson, la Nueva Eloisa de Rousseau o Las cuitas del joven Werther, de Goethe, que desencadenó un verdadero escándalo mediático. Mientras la Iglesia le echaba en cara una pretendida apología del suicidio y la obra se prohíbía en algunos lugares, entre el público juvenil se desató una auténtica "fiebre Werther", y el personaje se convirtió en figura de culto: se impuso la moda Werther (frac azul con botones de metal, chaleco amarillo, botas marrones y sombrero redondo de fieltro), la "taza Werther" no faltaba en ningún hogar que presumiese de estar a la última y escenas tomadas de la obra adornaban teteras, cafeteras y cajas de bombones. Vaya, un fenómeno de masas. Para la posteridad, hay que añadirle la anécdota del encuentro entre Goethe y Napoleón en Erfurt en 1808, en el que el emperador se reveló buen conocedor de la novela e incluso, dicen, llegó a señalarle un error al autor. Por cierto, Milan Kundera retoma esta escena en tono irónico en su novela La inmortalidad.
Los tiempos cambian y tal vez la lectura no tenga hoy ese aura de novedad transgresora, pero esa "furia lectora" determinó que a partir de entonces los lectores dejasen de leer lo que les recomendaban las autoridades, para leer en cambio lo que satisfacía sus necesidades emocionales e intelectuales, tanto sociales como privadas. En ese sentido, somos resultado de esa fiebre.
Lástima que involucionemos y las generaciones venideras no sean resultado más que de pretendidas Princesas del Pueblo (aka Belén Esteban)...
ResponderEliminarP.D. En mi lista de lecturas tengo el Werther aparcado desde hace tiempo.
Ay, si Goethe hubiera dominado el "merchandising" como George Lucas...
ResponderEliminar;-)
"Lesewut". Me encanta. ¿Como se llamaría lo que tenemos ahora?. Cuando no solo cada vez se lee menos , o al menos los niños y adolescentes leen exclusivamente aquello a que les obliga la "cartilla escolar".
ResponderEliminarNo se, tengo la sensación de que estamos perdiendo algo muy importante poco a poco y que los que nos dirigen supuestamente y tendrían que encargarse entre otras cosas de incentivar dichos hábitos beneficiosos en declive, no se ven muy afectados por este problema.
Me voy a leer un rato. Que bueno es ser noctámbulo.
Saludos a todos
Ja. No se porque me pone en la entrada 19.16 como hora de la misma. Son ahora las 4.17. Si no, entender lo de noctámbulo es más difícil....
ResponderEliminarLástima que la furia del XVIII se difumine...el ímpetu del yo y la furia lectora son una broma en los tiempos que corren, en la que todos los niños quieren ser tertulianos televisivos ( en La Clave los quisiera ver yo...). Suerte que estoy rodeada de románticos de los del Sturm und Drang y no de los de Mujeres y hombres y viceversa.
ResponderEliminarMe ha encantado lo de Lesewut. Y el resto de la entrada.
ResponderEliminarYo creo que el problema actual con la no-lectura es que en los colegios se hace demasiado hincapié en que los niños lean obras que sí, son muy importantes y todo lo que se quiera, pero pretender fomentar la lectura entre los adolescentes obligándoles a leer El cantar de Mío Cid en castellano antiguo no lo veo muy efectivo, la verdad. Precisamente no fue hasta que prácticamente había acabado COU cuando empecé mi Lesewut propia que aún continúa.
Y ya me callo...
Mar, si te decides, creo que el Werther te gustará. Aunque hay que leerlo sabiendo en qué época está escrito.
ResponderEliminarUrzay, pobre Goethe, pensar que podía haberse hecho millonario a costa del merchandising. Nació en el siglo equivocado para eso.
Oscar,esto de las horas que pone Blogger automáticamente es una lata. Sospecho que por defecto pone la hora del lugar de USA donde sea que esté su servidor, o algo así. Pero debería haber una manera de cambiarlo... Por cierto, viendo tus horarios me pregunto si duermes alguna vez. Si yo hago algo así, me muero.
Samedimanche, a pesar de todo, aún queda gente aquejada de furia lectora. Y es que las experiencias que proporciona la lectura no son comparables a ningunas otras.
Cristina, yo tampoco he entendido nunca cómo pretenden aficionar a los jóvenes a la lectura obligándoles a leer La Celestina o el Cantar del Mío Cid. Sería mucho más efectivo prohibirles leer, a lo mejor así les entraba el gusanillo por saber de qué iba eso que no les dejan hacer.
En cuanto a Lesewut, me parece una palabra que es todo un hallazgo. Como Leitmotiv o Weltanschaaung, es de esos términos que sólo adquieren todo su sentido en alemán.
Elena, creo que todos los que recalamos por tu blog sufrimos de furia lectora. Oh, la Pamela de Richardson es excelente (y eso que pide a gritos una nueva edición). (Inciso: y no te digo nada de Clarissa...).
ResponderEliminarCambio de tema y te cuento cómo puedes solucionar la cuestión de la hora. Entras en tu blog y desde la pantalla de escritorio vas a configuración. En la página de configuración, verás varias pestañas arriba, te vas a formato (la tercera) y ahí eliges en zona horaria la ciudad en la que estás, que creo que es Barcelona. Seleccionas y listo, ya está.
Señora bibliotecaria, mil gracias por el consejo, ya he adecuado la hora del blog a la de mi zona horaria. Aunque, un poco mareada por la variedad de opciones, confieso que he dudado unos momentos entre poner la hora de las Montañas Rocosas o la Minsk. Resultaba atractivo :)
ResponderEliminarAcabo de terminarme Werther... ¡es tan hermoso y deprimente! ¡Como odio el siglo XXI! La culpa la tienen las caricaturas norteamericanas que inculcan a los niños que leer es aburrido. Ojalá las mentalidades regresen a esa época de amor por el conocimiento que era la ilustración.
ResponderEliminarMilch-und-Schokolade, yo también soy una gran admiradora de los ilustrados, esos tipos tan lúcidos y llenos de curiosidad, que no tenían empacho en enfrentarse a las ideas recibidas y en buscar nuevos caminos. No sé si has leído mi post sobre John Baskerville (http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com/2010/10/baskerville.html), igual te gusta. Y gracias por leerme y comentar.
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