Mientras los fundamentalistas del libro electrónico van por ahí augurando que lo digital va a barrer al papel en menos que canta un gallo, a mi alrededor parecen multiplicarse los otros, esos que tienen páginas que se pueden doblar, y un olor característico. No sé si soy sólo yo la que lo advierte, pero cada vez abundan más las iniciativas de intercambio de libros. La última y más inesperada, ayer en el "punto verde" de mi barrio, a donde me había acercado para tirar pilas y otros desechos reciclables -un aparte: lo mío es más conciencia cívica que ecológica; escéptica que soy, tengo serias dudas de que realmente hagan algo con todos esos materiales que obedientemente separamos, guardamos y finalmente depositamos en el contenedor adecuado-, junto a los diversos contenedores había una flamante estantería con algunos libros y un simpático cartelito que anunciaba: "Libros que merecen seguir siendo leídos. Sírvase usted mismo". Ignoro si la idea partía de la encargada del local -el cartel estaba hecho a mano, no parecía una cosa muy oficial- pero en cualquier caso, la encontré muy positiva. Pero es que hace muy poco encontré en la red un par de iniciativas parecidas, una en Inglaterra y otra en Alemania. En el primer caso (visto en el blog El niño vampiro lee, gracias) se trataba de esas típicas y añoradas cabinas de teléfono británicas, reconvertidas ahora en mini-librerías para uso público; en el segundo, de estanterías colocadas en un lugar muy céntrico de Colonia, donde se fomenta que la gente tome un libro y deje otro que ya haya leído a cambio. Viendo esto, recordé otro gesto que me llamó la atención durante un viaje a Francia hace algunos meses. En el hotel donde me alojaba -perteneciente a una famosa cadena- había una estantería de "intercambio de libros": se animaba a los huéspedes a dejar allí ese libro que llevaban consigo y ya habían terminado y tomar en su lugar uno de los muchos que huéspedes anteriores habían dejado a su vez. Supongo que si uno es usuario habitual de esa cadena, podría suceder que, al cabo del tiempo, encuentre en un hotel de -pongamos- Nantes ese ejemplar que dejó una vez en Montpellier.
Para mí, pues, que no sólo sigue el libro en papel más vivo que nunca, sino que los lectores tienen cada vez más ganas de compartir con otros sus lecturas. Por cierto, algunos libreros avispados han tomado buena nota: en una librería de Ingolstadt (Alemania) vi este verano una mesa con "libros recomendados por los lectores". El funcionamiento consiste en que, si te gusta un libro que has leído, haces una pequeña nota elogiándolo y el librero la pone, junto con un ejemplar del libro, en esa mesa. Desde luego, un sistema mucho más personal y cercano que las recomendaciones de los editores, a los que inevitablemente guía el interés.
Todavía me decanto por el papel... y todas esas iniciativas me gustan....... aunque me gusta guardar "mis" libros. Si intercambio mucho con amig@s. Lo del hotel es una buenísima idea.
ResponderEliminarUn abrazo!!
Ya sabes Elena que se intentó algo parecido en algunas bibliotecas de Barcelona, pero al menos a las que yo voy acabó por desaparecer el sistema de "llevarse un libro y dejar otro". ¿Por qué? Imagino que en este país existe una necesidad imperiosa por llevarse lo ajeno o regalado aunque no lo quieras o no lo vayas a usar. Hay una falta de cultura del libro a años luz de los países anglosajones, por todo lo que os leo.
ResponderEliminarHe visto también lo del punto verde y no se. Parece darle al libro el status de basura (por otro lado los libros que llegan allí suelen ser muy malos o ilegibles directamente). Yo mismo he bajado algunas veces a los containers algunas pilas de libros (bastante mejores que los que andan por esos sitios), procurándolos dejar en bolsas aparte para que la gente se sirva. Quizás podía dignificar un poco el punto verde. Un saludo.
yo lo de cambiar los libros tampoco veo que esté funcionando y las veces que he visto en bibliotecas públicas, sólo hay cosas francamente malas...
ResponderEliminarLo de UK de las cabinas me parce genial pero ¿Te imaginas aquí? Al menos en mi basrrio volarían todos o el gracioso de turno les prendería fuego.
Las recomendaciones de lectores, no me interesan según de quién vengan porque en Oviedo hay una librería que también hace lo que comentas y hay cada cosa recomendada que vaya por Dios! Como ves, mi pesimismo en cuanto hasta estos temas , se extiende hasta el infinito.
Ah! yo como tú: Soy de libro en papel y no acabo de ver que nada lo pueda substituir. Saludos. Miss Winifred
Pues yo soy usuaria de libro electrónico y tradicional y, por eso, creo que nada acabará con el papel...hay que ver lo fundamentalistas que nos ponemos con el soporte!
ResponderEliminarPor lo que respecta a los Punts Verds, el intercambio de libros empezó hace ya unos años en el de sagrada Família ( yo, al menos, nunca vi otro antes ) y se ha ido extendiendo...con más o menos fortuna. En el más o menos reciente Punt de la Rambla del Carmel, siempre hay algún tesoro, así que dejo mis contribuciones con alegría y confianza. Es más, entre Punts Verd y Centres Cívics, me estoy haciendo una colección de Dickens estupenda...Creo que es cuestión de ir probando, que mucha gente empieza el año o el curso con el buen propósito de leer los clásicos y los acaban "reciclando".
Bueno, lo siento, de verdad, pero se que siempre tengo que ser el aguafiestas de todo esto, pero yo creo que en España es difícil que funcione un sistema en el que tu dejas allí los libros y otro los recoge, dejando otros o el mismo mas tarde para continuar la cadena. En este país nuestro, lo gratis se lo lleva uno, y si no te gusta también, que a mi sobrino Ramón le gustan los libros y me llevo varios para dárselos. Son infinitamente menos abundantes los que harían un uso cívico de este servicio. Y es que nos corre por las venas. Hace un tiempo vi un intento de poner aqui algo que años atrás vi funcionar a la perfección en Alemania (en Munich): dispensadores con bolsas de plástico en las farolas de los parques para que los dueños de perros se sirvieran para recoger los "regalos" de sus canes. Se suspendió a los pocos meses tras reponer infinidad de veces las bolsas y desaparecer estas por paquetes sin que se viera a nadie usarlas. Y eran bolsas tan pequeñas que difícilmente servirían para algo. Pero eran gratis.
ResponderEliminarMuchas veces he hablado con los ingleses dueños de librerías de segunda mano en pueblos de la Costa del Sol. En general el sistema que más les gusta a ellos es vender el libro (por ejemplo por tres euros) y tras haber sido leído, recomprarlo (1 euro y medio) para reinvertir el dinero en más libros. Me decían que los españoles compran los libros y nunca los llevan a revender, ni aunque no les gusten, tenemos un sentido de la propiedad demasiado desarrollado al parecer....
Ojalá dentro de poco tenga que desdecirme de mis palabras. Pero creo que por ahora esas cabinas necesitarían dos vigilantes jurados y que te quitaran puntos del carnet de conducir si no sigues las normas para que pudieran funcionar.
De los libros recomendados en las librerías, me gusta bastante el sistema que usan cadenas como Waterstones de tener una estantería con las recomendaciones del staff. Una tarjeta manuscrita de cad vendedor, recomendando un libro con las razones porque le ha gustado. Suelen ser libros muy predecibles, pero a veces se lleva uno sorpresas.
Saludos.
Bueno, compa Elena, después de ver la "furibunda" acogida que la propuesta ha tenido entre los comentaristas previos (aunque, lamentablemente, he de confesar que lo más probable, más bien segurito, es que estén en lo cierto...), quizá sea mejor no insistir. En todo caso, como idea participativa y de fomento de la lectura como elemento de cohesión socio-cultural, me parece una iniciativa excelente, y que ojalá pudiera cundir, cuajar y triunfar. En cuanto a formatos, yo creo, francamente, que no hay más alternativa, en un futuro próximo, que la de una cohabitación pacífica y tranquila entre soporte convencional en papel y formato electrónico. Y bien está que así sea...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena tarde.
Detecto en vuestros comentarios (salvo excepciones) un gran escepticismo acerca de la posibilidad de que este tipo de intercambios librescos funcionen en nuestro país. Cierto que en general -y sobre todo comparados en otros países europeso- nos falta civismo y suele primar el "esto pa' mí" sobre el pensar en la colectividad. Pero todas estas iniciativas siguen pareciéndome valiosas. Estoy segura de que, aunque sea poco a poco, irán calando. Como dicen los ingleses, "one man's meat is another man's poison", y los libros que a nosotros nos pueden parecer dignos de ir a la basura, a otros pueden gustarles. Ya apunta Samedimanche más arriba que ella se ha hecho de este modo con varios volúmenes de Dickens. Así que, aunque coincido con vosotros en que sobra incivismo, confío en que también en este campo la gente se irá civilizando.
ResponderEliminarPor cierto, Oscar, en Barcelona hay al menos una librería inglesa que pone en práctica eso de recomprarte los libros. Es un sistema que yo utilizo a menudo, porque me permite deshacerme de libros que no me interesa conservar y obtener a cambio otros a un precio ventajoso.
Lamento decir que yo comparto el escepticismo de Óscar y Anónimo sobre el futuro de iniciativas parecidas en nuestro país. Aquí si algo es gratis, te lo llevas aunque no te interese, y cuantos más mejor. Y si no lo haces, es que eres tonto. De hecho, el bookcrossing, (que no sé cómo estará en este momento en otros países) aquí nunca llegó a despegar: si te encuentras un libro, te lo quedas, ¿quién va a ser tan tonto como para "liberarlo" de nuevo? En fin, nunca hay que perder la esperanza, pero, como ha señalado alguien, nos falta mucho para ponernos a la altura de Gran Bretaña o Alemania en este sentido.
ResponderEliminarUn saludo y gracias por enlazarme.
Se que soy escéptico por naturaleza, pero en este tema... creo que soy realista. Me encantaría equivocarme. Querría que fuera diferente. Pero que le vamos a hacer. En este país, en vez del refrán inglés que mencionas "One man´s meat..." tendría más éxito el de "pa que se lo como otro, me lo como yo, y si me sienta mal, me da igual."
ResponderEliminarVale, hoy me estoy pasando de cínico. Insisto. Ojalá me equivocase y triunfase tu idea.
Un saludo.
Yo sinceramente creo que los que auguran el fin del libro de papel son poco lectores, la verdad. Si eres un lector empedernido y te gusta seguir lo que se cuece en el "mundillo" (y tú nos mantienes muy al tanto sobre eso) creo que es imposible pensar que el libro en papel va de capa caída, la verdad.
ResponderEliminarCristina, bienvenida de vuelta. Me alegra ver que te vas reincorporando al mundo bloguero. Pienso como tú, los lectores voraces van a seguir leyendo, tanto en papel como en digital. Los que no... pues dudo de que les dé por leer por el simple hecho de cambiar de soporte. Total, quedaremos los de siempre.
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