John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

sábado, 26 de mayo de 2012

VOYEURISMO LITERARIO


Para un bibliómano, su biblioteca es como una extensión de su personalidad. En ella se reflejan sus gustos y sus manías, su manera de ser e incluso aspectos de su historia personal. La biblioteca de un desconocido dice mucho sobre él, y para cualquier bibliófilo no hay mayor placer que husmear en bibliotecas ajenas. Ver no sólo qué títulos atesora, sino en qué ediciones, cómo los ordena, qué autores están más representados, qué volúmenes parece que han tenido mayor uso... Voyeurismo literario, sin duda. No me avergüenzo. No es posible conocer bien a alguien sin haber visto su biblioteca. Y hay que desconfiar -yo, al menos, lo hago- de aquellas personas que en sus estanterías no lucen más que diez o doce volúmenes con aspecto de no haber sido abiertos hace tiempo. O, aún peor, de aquellas que presumen de ordenadas e impolutas hileras de libros todos del mismo color y tamaño, perfectamente alineados. ¡Urg! La lectura del volumen Donde se guardan los libros, de Jesús Marchamalo,* un interesante  -desde luego, sólo para bibliómanos- recorrido por las bibliotecas de diversos autores españoles contemporáneos, en el que cada uno habla de cómo se relaciona con los libros, de cómo los ordena (o no) en los estantes, o de cómo su biblioteca se ha ido construyendo con el tiempo, me dio la idea. Está muy bien fisgonear en las bibliotecas de algunos grandes nombres, pero sin duda igual de interesantes resultarían las experiencias bibliotecarias de muchos de los blogueros que frecuento (y me frecuentan). Así que les he pedido a media docena de ellos que me hagan el favor de actuar como escritores invitados y redacten algunas líneas, acompañadas de las correspondientes ilustraciones, para introducirnos en su biblioteca, que nos expliquen dónde y cómo guardan ellos los libros, ese pedacito tan importante de su vida. Para mi sorpresa -a ninguno de ellos los conozco personalmente, ni siquiera sé el verdadero nombre de la mayoría-, todos ellos han aceptado generosamente la propuesta. De modo que, a partir de la semana próxima, iniciaré una serie de entradas que, con el título genérico de "Mi biblioteca" recorrerán las bibliotecas de diversos bibliómanos. No me escapo; entre ellas también estará la mía. Espero que a los lectores de este blog les resulte interesante esta serie, que iré intercalando con mis entradas habituales.
[Añadido posteriormente: para quienes deseen acceder a toda la serie, dejo aquí el enlace.]

*Más sobre este autor, que ha dedicado parte de su obra a los libros y las bibliotecas, en su blog El don de la impaciencia.

15 comentarios:

  1. Voyeurismo literario: absolutamente de acuerdo contigo. No es solo una extensión de la personalidad, sino también una ampliación estética de la actitud. No confiaría nunca en nadie que no tuviera las flores del mal en su sección de poesía.

    Si quieres fisgonear, este es el artículo que escribí hace unos meses sobre las bibliotecas privadas.

    http://columnamarcverlen.blogspot.com.es/2012/02/si-mi-biblioteca-ardiera-esta-noche.html

    (Sí, si mi biblioteca ardiera esta noche, parafraseado de un artículo inmenso de Huxley).

    Un saludo.

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    1. Gran ensayo el de Huxley, desde luego, yo también hice una entrada sobre él:
      http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com.es/2010/09/si-mi-biblioteca-ardiera.html

      Lamento algunas de las omisiones que citas en tu "reconstituida" biblioteca, notablemente la de Zola, uno de mis autores favotritos del XIX. Pero para eso están los gustos...

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    2. La sección Literatura de la recopilación de artículos es, sin duda, la más destacabale.

      Zola es un gran prosista. Pero recuerdo que tenía muchas espectativas con Naná y al final resultó ser una composición bastante mediocre. Desde entonces, no ha vuelto a ser lo mismo.

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  2. Buena entrada. ¿Has pensado en lo que puede cambiar esto con el ebook? Sobre ese tema "filosofé" yo en mi blog hace unos meses. Pero por centrarnos en lo que de cada uno dice su biblioteca, echa un vistazo al tercer párrafo:

    http://librosyhumor.blogspot.com.es/2011/10/ebook-vs-papel-1.html

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    1. Totalmente de acuerdo en tu reflexión sobre el cambio que suponen los ebooks. ¡Me ha gustado tu idea del orden cronológico de los libros, esa especie de historia personal a través de los libros que uno adquiere! A estas alturas, sin embargo, me sería imposible reconstruir esa sucesión. Aunque sí recuerdo cuándo compré determinados ejemplares, que están anclados en un momento determinado de mi vida.

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  3. Mi padre tuvo un amigo que compró una enciclopedia por metros, para adornar. Y como le faltaba algo para rellenar el estante, pidió varios tomos repetidos.
    En fin...

    Un saludo

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    1. Tomos repetidos, esto sí que es bueno... Al menos podría haber tenido la originalidad de encargar algunos falsos libros, como los que comenté aquí:
      http://notasparalectorescuriosos.blogspot.com.es/2010/08/falsos-libros.html

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  4. Supongo que al voyeurismo literario le corresponde el exhibicionismo literario. Por eso he aceptado con tanto gusto tu petición (y, como ya te dije, me siento muy halagado). El exhibicionismo es también el responsable de esas bibliotecas con impolutas hileras de libros relucientes todos del mismo color, o el caso que menciona Eva. Yo también tengo un conocido que compró una librería de diseño, que caracoleaba por la pared, y la ocupó con una colección de clásicos de la literatura española, o los premios Nobel, o algo así. Estuve tentado de preguntarle cuál le había gustado más, pero como invitado, preferí no ser tan cruel.
    Una casa donde no hay un solo libro, y donde la televisión es más grande que la pared me merece más respeto que ese afán de aparentar lo que no se es. Pero en fin, me estoy enrollando.
    Un saludo.

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  5. Tú lo has dicho, al voyeurismo le corresponde el exhbicionismo. ¡Espero tu texto!

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  6. Todos los lectores somos un poco voyeur cuando visitamos casa ajenas.Por no decir el ojo avizor en los transportes públicos Muy cierto lo del exhibicionismo literario. Espero esas colaboraciones. Saludos

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  7. Qué buena pinta :D Y sí, no hay quien se resista al voyeurismo ni al exhibicionismo literarios.

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  8. Pero, ¿no es, al fin y al cabo, lo que hacemos muchos cuando entramos en casa de alguién por primera vez? O al lector que se sienta al lado o delante en el metro...
    Qué interesante!

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  9. Fantástica idea!!! Siempre he pensado que los libros cuentan al menos dos historias: la que está impresa en sus páginas, y la que revela cómo esas mismas páginas llegaron a las manos del lector. Un regalo para los que seguimos tu blog, gracias!

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  10. Me parece genial tu idea. No puedo evitar cotillear los libros de la gente a cuya casa voy. Dependiendo de la confianza lo hago con el rabillo del ojo o con todo el descaro; en el segundo caso, es fácil que me lleve algún libro -préestado, eso sí.

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  11. leo con agrado la idea, y espero poder visitar, aunque sea virtualmente, las bibliotecas de tus invitados.

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