Los escolares están de vacaciones -dichosos ellos que pueden-, armados sin duda de sus cuadernos de vacaciones de toda la vida, que siguen existiendo, aunque supongo que pronto se harán digitales, como el resto de libros de texto. Por cierto que menudo lío se llevan en las escuelas con esto del ordenador para cada niño. Ante de que sea demasiado tarde, quiero tener un recuerdo para los cuadernos de vacaciones de mi infancia, que me hacía tanta ilusión comprar y hojear. Llenos de dibujitos y colores, siempre parecían muchos más divertidos que los deberes del cole.Confieso que, aunque los empezaba llena de decisión, nunca llegué a terminar ninguno, porque mi interés decrecía a medida que los baños, las excursiones y los paseos en bici ocupaban más y más mi tiempo y el colegio se convertía en un pálido recuerdo. Pero no debo ser la única que los añora, porque en Francia han puesto de moda los cuadernos de vacaciones para adultos, incluso con el mismo aspecto que los escolares (véase la foto adjunta). Son uno de los grandes éxitos editoriales del momento -atención editores, a ver quién se anima a copiarlo-, e incluso ha salido una versión para Nintendo. Si es que son como niños...
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