Habrá sido la Semana Santa, la primavera o un simple despiste, pero sólo ahora me he dado cuenta de que hace unos días -el pasado 20 de abril- este blog cumplió un año. Ha sido una experiencia de lo más estimulante y quiero agradecer sinceramente a todos mis visitantes, lectores, y seguidores su atención y su compañía. Vuestra presencia y vuestros amables comentarios me animan a encontrar cada día nuevos temas y nuevas curiosidades lectoras.
Hoy, ya que estamos en ambiente distendido y celebratorio, vamos a hablar de libros, claro, pero de los libros como objeto. Porque, aparte de ser leído, coleccionado o atesorado, aparte del valor que le da su condición de icono cultural, que hace que incluso los falsos libros sean exhibidos como señal de prestigio, el objeto-libro puede tener -y de hecho tiene- otros usos. Empecemos por los más prosaicos, como servir de falca para la pata de una mesa, de cojín para elevar la altura de un asiento (para esto último son idóneos los volúmenes de esas enciclopedias que Internet ha dejado obsoletas) o, en el peor de los casos, de combustible para la chimenea en los fríos días de invierno. También los hemos visto, en forma de pila, servir como pie de una mesita, o como apoyo ocasional para vasos de vino y tazas de café. Pero su utilidad no acaba aquí. En las manos adecuadas, el objeto-libro puede convertirse en arte. Veamos algunos ejemplos: por muy aburrido que sea lo que nos cuenten las páginas impresas, en las manos de una artista como Su Blackwell, de ellas pueden salir esculturas llenas de magia y encanto.
Menos mágico, el escultor Brian Dettmer utiliza enciclopedias y diccionarios médicos para construir unas obras artísticas muy complejas que son una metáfora del libro del que proceden:
O bien, en un ejercicio metalibresco, los propios libros pueden componer una tipografía, como esta creada por los diseñadores suecos de Bygg Studio:
Aunque, en cuanto a esculturas, algunos lo hacen todo a lo grande, como Tom Bendtsen, que para sus instalaciones debe haber saqueado varias bibliotecas:
También es posible encontrar otros compromisos entre la utilidad y lo artístico, como demuestran estas lámparas hechas a partir de libros:
En fin, como se ve, el día en que todos seamos definitivamente digitales y hayamos dejado de leer libros en papel -un día que confiamos no llegará-, estos aún pueden servir para muchas cosas. Mientras, seguiremos comprándolos, leyéndolos y acumulándolos en nuestras siempre atestadas bibliotecas.
¡¡FELICIDADES, ELENA!! Tu blog fue un gran descubrimiento para mi por el amor que tengo por los libros..., así que ojalá cumplas muchos años por este mundo virtual.
ResponderEliminarMe gustan las esculturas con libros, aunque yo no dejaría los míos para hacerlas... jajaja
Un abrazo grande.
¡Muchas felicidades por ese año de vida, al blog y a tí!
ResponderEliminarCreo que si siguen entrando libros nuevos en mi casa, me plantearé seriamente hacer esculturas con ellos... al menos será una forma artística de colocarlos.
Besos
¡¡Muchas felicidades!!
ResponderEliminarHace unos días me quedé de piedra al ver el uso que alguien estaba haciendo de un libro de Marvin Harris, el antropólogo, más concretamente de Vacas, cerdos, guerras y brujas, que no era otro que el de servir de tope para que una persiana roñosa, de las metal, que debía estar estropeada, se mantuviese un palmo abierta y permitir de este modo que se ventilase el local donde viven alojados un par de indigentes.
ResponderEliminarFelicidades por este estupendo blog.
Felicidades por el primer año del blog. Y por muchos más, claro.
ResponderEliminarDesde luego la entrada de celebración me ha encantado.
Su Blackwell hace poco expuso/hizo un montaje en la casa-museo de las Brontë, pero cuando nosotros fuimos en marzo ya se había terminado. Una pena, porque tuvo que ser una maravilla.
Laura, gracias a ti por tus presencia y tus comentarios.
ResponderEliminarlittleEmily, buena idea eso de las esculturas. Hay algunas que se pueden hacer muy fácilmente y son resultonas. Por ejemplo: http://www.pauloctavious.com/bookcollection/
Moli, gracias, yo no llevo tanto como tú con esto del blog, pero me doy cuenta de que crea adicción :)
Juan Manuel, estupenda anécdota. ¡Qué adecuado además el libro en cuestión!
Cristina, lástima que os perdieseis esa exposición. Las cosas que yo he visto de ella me han encantado.
Elena, felicidades por este primer año, al que seguirán muchos más, espero :-)
ResponderEliminarAbrazos.
Felicidades, a ver si puedo vivir el segundo entero que al primero no he llegado a tiempo. Y nunca, nunca, dejarán de existir los libros en papel (crucemos los dedos).
ResponderEliminar¡Saludos!
Bibliotecaria, gracias por tu felicitación, yo también espero estar por aquí mucho tiempo :)
ResponderEliminarMar, estamos de acuerdo: ¡larga vida a los libros en papel!
Pues es un auténtico placer ir leyendo las estupendas historias que nos vas trayendo tan a menudo y por eso te felicito por tu año.
ResponderEliminarEs evidente que los que amamos los libros nos gusta verlos de cualquier forma y si es con el arte con que nos lo presentan estas esculturas y diseños, pues eso, otra forma más de apreciarlos. Un saludo.
Felicidades Elena. Disculpa que no te escriba todo lo que debería, (el tiempo, ese maldito tirano), pero te sigo y disfruto mucho con tus notas.
ResponderEliminarSaludos y que cumplas muchos más.
Gracias, Golem, yo tampoco consigo comentar todo lo que quisiera, pero agradezco mucho vuestra presencia.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu primer, espero de muchos, año.
ResponderEliminarNo dejes de hacernos llegar todos tus amenos e interesantes artículos. Por cierto en algún sitio vi una foto de un árbol de navidad hecho con libros, ¡me encantó! y me parece una idea fabulosa, estoy de acuerdo con Carlos: de cualquier forma me gustan los libros.
Gracias Alicia, y perdona el retraso: Blogger ha estado unos días sin dejarme poner comentarios. Desde luego que pienso seguir adelante con el blog. Respecto al árbol de Navidad hecho de libros, yo puse uno en mi blog estas Navidades.
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