John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

jueves, 16 de diciembre de 2010

LA BIBLIOTECA DE LOS ESCRITORES

La biblioteca del escritor es su oficina y, casi siempre, en ella encuentra parte de su material de trabajo. Esto la saben bien los estudiosos de la literatura que, cuando es posible, se dedican a hurgar en las bibliotecas de los escritores, para examinar con atención desde las obras que las forman hasta el más minimo subrayado o anotación al margen, incluyendo desde luego cualquier papel -ya sea una lista de la compra  o el recorte de algún artículo de diario- guardado entre sus páginas. Muchos darían cualquier cosa por poder reconstruir, y no digamos ya hojear, la biblioteca de Shakespeare o de Cervantes, pero eso ¡ay! no es posible. Está bien pues celebrar aquellos pocos casos en que no sólo se tiene acceso a la biblioteca de un escritor importante, sino que hay alguien que se ha tomado la molestia de revisarla y de sacar conclusiones. Es lo que han hecho dos estudiosos argentinos, Laura Rosato y Germán Álvarez, con los 500 volúmenes que pertenecieron a Borges y que están depositados en la Biblioteca Nacional argentina, una serie de libros que éste usó mientras fue director de dicha biblioteca, entre 1955 y 1973. Estos dos investigadores no sólo revisaron uno por uno los libros, sino que cruzaron las referencias de subrayados y citas con los escritos y conferencias del escritor, de modo que es posible conocer cómo y dónde empleó cada una de las notas y citas que sacó de ellos. Todo esto lo han plasmado en el estudio Borges, libros y lecturas, de cuya reseña en La Nación me he permitido extraer algunos datos curiosos. Así, por ejemplo, casi todos los libros registrados están en alemán o en inglés (Borges llega a firmar un ejemplar de E.T.A. Hoffmann como "Georg Ludwig Borges") y sus anotaciones son especialmente abundantes en La Divina Comedia y en los escritos de Schopenhauer. También se encuentran numerosos volúmenes sobre el budismo, pero eso se explica porque por aquella época escribió, junto con Alicia Jurado, un ensayo titulado "¿Qué es el budismo?". Por cierto, los autores sospechan que pudiera haber tomado el apellido del protagonista del cuento "El Sur" del estudioso del budismo Joseph Dahlmann. Además, queda claro que Borges amaba los libros, pero carecía del impulso bibliófilo por las primeras ediciones o las ediciones limitadas.
Pero, en cuanto a bibliotecas de escritores, más original aún es la iniciativa que ha tenido el Kunstmuseum de Solingen (en Renania-Westfalia, Alemania) de reconstruir en una exposición la biblioteca de Walter Benjamin. Naturalmente, la auténtica  biblioteca de este escritor se perdió en los avatares de la guerra, pero aunque los ejemplares que se muestran no son los que pertenecieron al escritor, sí son de la misma época y lo más parecidos posible a los que él pudo haber manejado. Esta hazaña ha sido posible gracias al infatigable trabajo de el librero de viejo Herbert Blank , que consiguió reconstruirla a través del estudio de su obra, sus notas, su correspondencia y de los los documentos reunidos en el Walter-Benjamin-Archiv en Berlín. Este archivo guarda más de 12.000 documentos que han llegado hasta allí siguiendo caminos casi tan complicados como los que llevaron a Benjamin a acabar con su vida en Portbou en 1940: una parte proviene de la Bibliothèque Nationale de París, donde Georges Bataille los había escondido, otra viene de los papeles que el escritor legó a Theodor W. Adorno, mientras que una tercera fue requisada por la Gestapo del piso donde Benjamin vivía en París y llevada a Berlín; luego, los soviéticos trasladaron esos documentos a Moscú, para más tarde cedérselos a la Biblioteca Nacional de la RDA. Tras tanto ir y venir, es un alivio saber que por fin todo el legado de Benjamin está junto y accesible a los investigadores.
Monumento a Walter Benjamin en Portbou (foto cortesía del blog de Tiermes)

7 comentarios:

  1. Sorprendentemente, la reconstrucción de una biblioteca puede ser posible también, -aunque mucho más compleja-, en los casos de escritores más remotos. Por ejemplo, hay en marcha un estudio sobre la biblioteca de Quevedo que lleva identificados ya bastantes ejemplares que fueron de él y se conservan actualmente en bibliotecas institucionales. Algunos se pueden ver en este enlace:

    http://hanganadolosmalos.blogspot.com/2010/09/la-biblioteca-de-quevedo.html

    Es un tema fascinante éste de hoy.

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  2. Qué curioso lo de Borges. Ya me imaginaba que su biblioteca tenía que ser enorme y con poca cosa en español (¿no fue Borges quien dijo que el Quijote era mejor en inglés?). De su prosa no he leído nada pero su poesía la adoro y en ella queda patente su pasión por los libros, desde luego.

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  3. La compra más satisfactoria que hice alrededor de los 16 años cuando mi dinero para compras de libros estaba extremadamente limitado fue la edición en tres volúmenes de Emecé de las Obras Completas de Jorge Luis Borges (o así llamadas, porque luego le he tenido que añadir unos pocos volúmenes más). No se cuantas veces las leería completas. Es, para mi, uno de los mayores maestros hispanoamericanos (me tendría que poner a pensar mucho rato antes de atreverme a escribir "el mayor").

    De hecho hubo una colección en los quioscos (solo tengo volúmenes sueltos, ya digo que los recursos...) que se llamaba "Jorge Luis Borges: Biblioteca personal" que incluía 50 o 100 volúmenes fundamentales seleccionados y prologados por JLB. Son sensacionales: "Los tres impostores" de Arthur Machen, "Un barabaro en asi" de Henri Michaux, "Bartleby" de Melville, "El corazón de las tinieblas" de Conrad.... inconmensurable colección a los 16 años y mucho después. Dan buena idea de las preferencias de la biblioteca de JBL.

    Además la dedicatoria de la colección se cierra con una frase memorable "Ojalá seas el lector que este libro aguardaba".

    Y se abre asi:
    "A lo largo del tiempo nuestra memoria va formando una biblioteca dispar, hecha de libros o de páginas, cuya lectura fue una dicha para nosotros y que nos gustaría compartir. Los textos de esa famosa biblioteca no son forzosamente famosos"

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  4. Elena, una fantástica entrada, mi enhorabuena. Tomo nota en mi lista de libros deseados, página 27.
    En estos momentos solo tengo El Aleph en mi biblioteca. Me gustó mucho y tengo intención de incoporar la obra completa este año que nos llega.
    Felices Fiestas.

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  5. Muy interesante esta aportación Elena pues un escritor como Borges es, como le gustaba recordar a él, un lector por encima de todo y saber de sus lecturas es abrir nuevos caminos.
    Oscar, uno de los volúmenes de las obras completas de Borges a los que más recurro es el IV de Emecé (los otros pertenecen a la edición de Círculo)donde aparecen todos esos textos referentes a otros libros. Es maravilloso y como sabrás se incluyen allí los prólogos de esa colección tan fundamental que citas.
    Sobre Borges, por cierto, os recomiendo ese documental-ficción que citaba en una entrada titulado "Los libros y la noche" de Tristan Bauer. Un saludo a todos.

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  6. Urzay, muy interesante el enlace que sugieres. ¡Qué emoción encontrarse con un libro autografiado por Quevedo! Lo de reconstruir su biblioteca me parece una tarea hercúlea y, desde luego, digna de encomio.

    Crsitina, yo también adoro la poesía de Quvedo. El verso final del famoso soneto "Mientras por competir con tu cabelloa": "En tierra, en polvo, sombra, en nada" me sigue poniendo la piel de gallina cada vez que lo leo.

    Oscar, me parece mu acertada la frase sobre la biblioteca de la memoria. Desde luego, Borges es un escritor de escritores.

    Carlos Pino, ojalá que te animes a leer más Borges. Seguro que lo disfrutarás. Y, ya puestos (ya que otros comentaristas lo mencionan), también a Quevedo. Tengo que dedicarle una entrada a él también, es uno de mis autores favoritos.

    Carlos, gracias por tu aportación, siempre interesante. Voy a ver el documental que citas.

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  7. Si, Carlos, los tres primeros de Emece (que en España publicó también círculo), se siguieron del IV que tu refieres y del V (el muy interesante volumen de obras en colaboración). También recopilaciones de conferencias, muchas sobre escritores (Recomiendo mucho uno llamado Arte Poética). También los tres volúmenes "prohibidos" que Borges nunca quiso que se publicaran, pero que, claro está, fueron publicados, haciendo caso omiso (El tamaño de mi esperanza, El idioma de los argentinos e Inquisiciones). Las obras completas más incompletas del mundo, vamos.
    Muy interesante lo del documental fición

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