Es ciertamente paradójico que un blog dedicado a los lectores voraces, a aquellas personas que aman los libros, las bibliotecas, la letra impresa y el papel solo exista en un soporte digital, virtual, o sea, que carezca precisamente de esa materialidad que tanto apreciamos en los libros. Luego está el asunto de que, después de seis años y más de cuatrocientas entradas, pocos de los nuevos lectores tendrán la paciencia de volver atrás para leerlas todas. Y los comprendo muy bien, ¿quién tiene tiempo para eso? Claro que no todos merecen ser recordadas, pero hojeando (debiera decir clicando, más bien, puesto que no hay hojas físicas) entradas antiguas a veces me asaltaba el sentimiento de que algunas seguían teniendo interés. Con esa intención, la de salvaguardar del olvido digital unos cuantos artículos, contados, empecé hace un tiempo a recopilarlos. Al principio, mi intención no iba más allá de hacer con ellos un PDF y colgarlo en el blog, para quien quisiera un compendio rápido de su contenido. Sin embargo, algunos amigos a quienes les hablé de este proyecto me insistieron en que era una lástima que este destilado del blog no tuviera existencia en papel y me animaron a que lo publicase. Gracias a ellos, pues, emprendí, en principio con poco convencimiento, la búsqueda de editor. Comencé -por aquello de que siempre conviene poner las miras bien altas, que para bajarlas siempre hay tiempo- por el sello que más admiro entre los que se ocupan del peculiar género de los "libros sobre libros": Trama Editorial. Un catálogo en el que figuran editores como Diane Athill, Giulio Einaudi y Jean-Jacques Pauvert o autores/lectores como Robert Darnton y Bernard Pivot es, para un bibliómano, algo así como la tierra prometida. Para mi monumental sorpresa -y grandísimo deleite- no solo aceptaron mi propuesta de inmediato, sin que ¡resultó que hasta conocían mi blog! El resto, lector, es historia.
Una pequeña muestra del catálogo de Trama Editorial |
Es así como hemos llegado hasta aquí y hoy nos encontramos en vísperas de que El síndrome del lector se distribuya en librerías. ¿Por qué no haber conservado el título del blog?, se preguntarán tal vez. Es que este Síndrome no es simplemente una recopilación de entradas blogueras. Los artículos, además de rigurosamente seleccionados (apenas cincuenta), han sido revisados -a veces casi rescritos- y ordenados en varias categorías temáticas. Creo que, de este modo, conforman un libro que podrán leer también los que no sepan nada del blog y se acerquen a él movidos únicamente por un interés de lector letraherido. Pero, en fin, hay que dejar que las obras hablen por sí mismas.
Como les digo, me siento afortunada de haber encontrado un excelente editor para mi pequeño libro, y aún más de tener un prologuista de lujo como Lorenzo Silva, que con una enorme generosidad no dudó un instante en aceptar la petición de presentarlo en sociedad. Mi gratitud a todos ellos, así como a todos los lectores que a lo largo de estos años han pasado por aquí, han leído y han comentado. Son ustedes, cómplices en la lectura, los que han mantenido vivo este blog.
¡Espero que se reconozcan, al menos un poco, en este Síndrome del lector!
¡Espero que se reconozcan, al menos un poco, en este Síndrome del lector!