Con el final de cada año, revistas y suplementos literarios -y, cómo no, blogueros- se lanzan a hacer su lista de "los mejores libros" que, lógica e inevitablemente, suelen estar compuestas en su mayoría por novedades publicadas en ese período. Ya sabemos que el mercado editorial, como de hecho todos los mercados dentro de la lógica capitalista, se mueve al compás de "lo nuevo", "lo último", "el descubrimiento". (Personalmente, nunca he entendido demasiado este concepto de que algo, por el solo hecho de ser nuevo, tenga que ser mejor que lo anterior; en todo caso, habría que comprobarlo primero: ¿alguien ha averiguado si muerde?) Pero si nos tomamos la molestia de repasar la lista de "lo mejor de" de unos cuantos años atrás, veremos que sólo una pequeña parte de esas supuestas rutilantes estrellas siguen en el firmamento. Al mismo tiempo, el alud de novedades sepulta otros muchos libros que, aunque escritos tiempo atrás, siguen valiendo la pena. Por eso, quiero dedicar mi particular lista de final de año a algunos rescates de obras y autores que, a mi entender, era una lástima que hubiesen caído en el olvido. En este caso, pueden hacerse con ellos sin miedo: estas obras sí han resistido la prueba del tiempo y no muerden. Al contrario, les garantizan unas horas de excelente lectura. Es de esperar que, hora que han emergido de nuevo de la oscuridad, su brillo ya no se apague.
Editorial Minúscula, que tan buen ojo tienes para los rescates literarios, nos ofrece este año una de las obras más importantes de Shirley Jackson, sus Cuentos escogidos, entre los que está el que le diera fama (y controversia, a partes iguales), "La lotería". La misma editorial recuperó hace un tiempo su deliciosa novela Siempre hemos vivido en el castillo. Señores de Minúscula: los lectores les estaríamos eternamente agradecidos si completaran esta labor de rescate con las divertidas memorias de la señora Jackson, Life among the Savages. Así nuestra felicidad será completa.
Y seguimos con cuentos, esta vez con una figura indiscutible de las letras americanas, la escritora más mordaz y cáustica que vieron los siglos: Dorothy Parker. No sé si esto cuenta como rescate, porque de hecho Lumen publicó hace tiempo su Narrativa completa, pero ahora se marca una más que apetecible antología ilustrada de sus cuentos, Colgando de un hilo, un formato muy adecuado para que uno se lo pida como regalo y se pase las vacaciones admirando la afilada lengua de la señora Parker.
Y de rescates americanos, a rescates británicos: Errata Naturae recupera este clásico de la literatura británica de entreguerras, Invitación al baile, de Rosamond Lehmann -para que se sitúen, era amiga de los Woolf, de Dora Carrington y de Lytton Strachey- con todo el encanto y sabor de los años treinta. Sólo me sorprende que no hayan empezado esta meritoria labor por la que se considera su mejor novela, Dusty Answer. (Que yo sepa, no existe edición española, me gustaría estar equivocada.)
Ya que estamos, quisiera recomendar un par de obras que merecen ser rescatadas del olvido, a ver si para el año que viene algún editor se anima a ello:
Testament of Youth, de Vera Brittain, unas inolvidables memorias que plasman lo que fue ser una joven en la Inglaterra de la Primera Guerra Mundial y cómo la huella de esa cruel guerra se manifestó en la vida de muchas mujeres como ella.
The Raj Quartet (sí, son cuatro novelas), de Paul C. Scott. Un maravilloso recorrido por los últimos años de la India colonial (la acción empieza en 1942). Hubo incluso una serie de televisión basada en esta obra, que se publicó en España hace bastantes años, pero que ha sido lamentablemente engullida por las mareas de novedades.
¡Que tengan unas felices y literarias fiestas!