John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

miércoles, 23 de diciembre de 2015

RESCATES 2015

Con el final de cada año, revistas y suplementos literarios -y, cómo no, blogueros- se lanzan a hacer su lista de "los mejores libros" que, lógica e inevitablemente, suelen estar compuestas en su mayoría por novedades publicadas en ese período. Ya sabemos que el mercado editorial, como de hecho todos los mercados dentro de la lógica capitalista, se mueve al compás de "lo nuevo", "lo último", "el descubrimiento". (Personalmente, nunca he entendido demasiado este concepto de que algo, por el solo hecho de ser nuevo, tenga que ser mejor que lo anterior; en todo caso, habría que comprobarlo primero: ¿alguien ha averiguado si muerde?) Pero si nos tomamos la molestia de repasar la lista de "lo mejor de" de unos cuantos años atrás, veremos que sólo una pequeña parte de esas supuestas rutilantes estrellas siguen en el firmamento. Al mismo tiempo, el alud de novedades sepulta otros muchos libros que, aunque escritos tiempo atrás, siguen valiendo la pena. Por eso, quiero dedicar mi particular lista de final de año a algunos rescates de obras y autores que, a mi entender, era una lástima que hubiesen caído en el olvido. En este caso, pueden hacerse con ellos sin miedo: estas obras sí han resistido la prueba del tiempo y no muerden. Al contrario, les garantizan unas horas de excelente lectura. Es de esperar que, hora que han emergido de nuevo de la oscuridad, su brillo ya no se apague.
 
 
 
 
Editorial Minúscula, que tan buen ojo tienes para los rescates literarios, nos ofrece este año una de las obras más importantes de Shirley Jackson, sus Cuentos escogidos, entre los que está el que le diera fama (y controversia, a partes iguales), "La lotería". La misma editorial recuperó hace un tiempo su deliciosa novela Siempre hemos vivido en el castillo. Señores de Minúscula: los lectores les estaríamos eternamente agradecidos si completaran esta labor de rescate con las divertidas memorias de la señora Jackson, Life among the Savages. Así nuestra felicidad será completa.
 
 
 
 
 
 
Y seguimos con cuentos, esta vez con una figura indiscutible de las letras americanas, la escritora más mordaz y cáustica que vieron los siglos: Dorothy Parker. No sé si esto cuenta como rescate, porque de hecho Lumen publicó hace tiempo su Narrativa completa, pero ahora se marca una más que apetecible antología ilustrada de sus cuentos, Colgando de un hilo, un formato muy adecuado para que uno se lo pida como regalo y se pase las vacaciones admirando la afilada lengua de la señora Parker.
 
 
 

Y de rescates americanos, a rescates británicos: Errata Naturae recupera este clásico de la literatura británica de entreguerras, Invitación al baile, de Rosamond Lehmann -para que se sitúen, era amiga de los Woolf, de Dora Carrington y de Lytton Strachey- con todo el encanto y sabor de los años treinta. Sólo me sorprende que no hayan empezado esta meritoria labor por la que se considera su mejor novela, Dusty Answer. (Que yo sepa, no existe edición española, me gustaría estar equivocada.)
 
Ya que estamos, quisiera recomendar un par de obras que merecen ser rescatadas del olvido, a ver si para el año que viene algún editor se anima a ello:




Testament of Youth, de Vera Brittain, unas inolvidables memorias que plasman lo que fue ser una  joven en la Inglaterra de la Primera Guerra Mundial y cómo la huella de esa cruel guerra se manifestó en la vida de muchas mujeres como ella.



The Raj Quartet (sí, son cuatro novelas), de Paul C. Scott. Un maravilloso recorrido por los últimos años de la India colonial (la acción empieza en 1942). Hubo incluso una serie de televisión basada en esta obra, que  se publicó en España hace bastantes años, pero que ha sido lamentablemente engullida por las mareas de novedades.

¡Que tengan unas felices y literarias fiestas!


 

jueves, 17 de diciembre de 2015

MI BIBLIOTECA (3.6): BIBLIOTECA DOBLE

La última biblioteca de esta tercera serie es la de Enrique y Ángeles, del blog Milerenda: si otros blogs nos invitan a recorrer mundos librescos, ellos dos nos sirven de guía incomparable para pasear por rincones de su ciudad y de muchos otros lugares, así como para aprender sobre arte, ciencia y muchas cosas más. Y todo acompañado de espléndidas fotografías. Su biblioteca, como es lógico, refleja esta variada gama de intereses.


No hay nada que nos guste más que chafardear bibliotecas ajenas, algo que imagino también les pasa a todos los que, como nosotros, tenemos fijación por la lectura. La sección de Elena nos da la excusa perfecta para mirar esas baldas que dicen tanto de uno mismo. Gracias, Elena, por pensar en nosotros.
Al principio de nuestra convivencia Ángeles trajo a casa lo que llamó su ajuar: una cantidad ingente de libros que multiplicaba por varios factores los que ya tenía Enrique. Los libros fueron a parar a casi todas las habitaciones de la casa. Pero hace casi tres años nos mudamos y, aunque no fuera un traslado traumático, ya que nos quedamos en el mismo edificio, en nuestro nuevo piso perdimos algo de espacio, por lo que tuvimos que desprendernos de algunos libros.
 
 
Billy sirve para todo
 

La mayoría de los que quedaron fueron a parar al despacho y se acomodaron en las archifamosas estanterías Billy.
Desde el principio, una o dos veces por año, se nos ocurre una nueva y presuntamente definitiva forma de ordenar los libros y es entonces cuando Ángeles imagina a Enrique en el papel de "ordenator", un superhéroe que lucha contra el caos.
 
 
Esperando a "ordenator"
 

Tras haberlos tenido ordenados alfabéticamente, por editoriales...finalmente hemos decidido distribuirlos por temática: los de ciencia ficción, los de viajes, los de Barcelona, las novelas históricas, los de ciencia, los de cine y los cómics e ilustrados y luego, por supuesto, el gran grueso de libros de narrativa, los cuales no hemos podido evitar colocarlos en doble fila.
 
 
Narrativa en doble fila: abran paso
 
 
Los que no cupieron en el despacho fueron a parar a la sala de estar, donde un enorme mueble de teka alberga la colección de libros de cocina, mientras que en una librería colonial fueron a parar los de arte, de historia y otros de gran formato. Finalmente las revistas quedaron ordenadas en múltiples revisteros de madera y cartón sobre un mueble que estuvo a punto de perderse en el traslado.
 
 
Colonial hasta en el té
 

La incursión de los libros digitales detuvo momentáneamente el aumento incesante de nuestra biblioteca, pero siempre se cuela algún imprescindible.
 
 
Libros con mucho arte
 
Esperemos que os gusten nuestros estantes.

viernes, 11 de diciembre de 2015

ESOS ASTUTOS INVASORES



Los lectores que hayan seguido la serie de colaboraciones que he agrupado bajo el título de "Mi biblioteca", gracias a las que nos hemos podido pasear por las de  -si contamos las tres temporadas- casi una veintena de blogueros, habrán sacado tal vez la misma conclusión que yo: no es tanto que todos ellos sean obsesivos acumuladores de libros, es que los libros se han adueñado de ellos. Por eso, me parece que viene muy a cuento reproducir lo que dice al respecto -y con mucho ingenio- otro grandísimo lector, Bernard Pivot, en su libro Le métier de lire. (Por cierto, me han llegado noticias de que en breve saldrá a la venta la versión española, publicada por Trama Editorial.)
 
"Los libros son unos invasores implacables. Como quien no quiere la cosa, con una paciencia infinita y cada día más numerosos, se apoderan del lugar. Pronto desbordan las estanterías que les han sido asignadas. Al igual que las multitudes de caracoles en las novelas de Patricia Highsmith, escalan las paredes, suben hasta el techo, se instalan sobre las chimeneas, las mesas, los aparadores, se aferran a los rincones, penetran en los armarios, las cómodas y los baúles y, cuando permanecen en el suelo, proliferan sobre la moqueta o sobre las baldosas en pilas inestables y arrogantes.
A los libros no les está vedada ninguna habitación. Ninguna les repugna. Los que no han podido acceder al salón, al despacho o al dormitorio se conforman con los lavabos, la antecocina, los pasillos, o incluso con un cubículo sombrío por el que transitan las patatas, los botes de mermelada, las botellas de vino de marca, el aspirador y los ovillos de cordel. Cohabitan con las arañas. No son alérgicos al polvo. Agrupados, apretados unos contra otros, poseen la estabilidad y la perseverancia de los menhires. Antes, los ratones los mordisqueaban. Pero, ante la proliferación de las cubiertas, casi todos han renunciado a ello. [...] La verdadera ambición de los libros es expulsar a los hombres de las bibliotecas y de sus hogares para ocupar todo su territorio para poder disfrutar de ellos en soledad y a lo grande."
 
 
 
 
A veces -por ejemplo, cuando hemos de pensar en una mudanza- los bibliómanos nos sentimos no sólo invadidos, sino derrotados de antemano. Pivot mismo confiesa que, a lo largo de los años, los libros se han adueñado de su apartamento de París y de su casa de campo. "Con la sorda paciencia de los deslizamientos geológicos, los libros avanzaban, se instalaban, se acumulaban, conquistaban nuevos territorios e imponían incluso la sensación de que los espacios tomados les estaban destinados ya para toda la eternidad." Como los personajes del cuento de Cortázar Casa tomada, sin saber cómo, una habitación tras otra han dejado de ser nuestras y hemos tenido que concederles la victoria.
Por desgracia, sabemos que si, por  alguna catástrofe natural o un giro perverso del destino, nos viésemos obligados a abandonar nuestros hogares tomados por los libros y comenzar desde cero en algún otro lugar, ellos sabrían encontrar de nuevo el camino hasta nuestro hogar.
Invasores que aceptamos de buen grado, pero invasores al fin.
 

martes, 1 de diciembre de 2015

MI BIBLIOTECA (3.5): DEL SALÓN A LA LEONERA

En esta ocasión, nos trasladamos a la biblioteca de Miss W, del bibliómano y anglófilo blog At Winnifred's, que además de libros de vez en cuando también nos ofrece sabrosos comentarios de películas. Una biblioteca que muestra especial querencia por los cuentos, los clásicos y los autores anglosajones, sin renunciar a la variedad.
 
 
¡Hola! Dejadme que en primer lugar agradezca a Elena Rius el hecho de haber sido invitada a colaborar en su blog, espacio que sigo desde hace tiempo y que por supuesto tengo enlazado en el mío.

Mi biblioteca es extensa, ocupa prácticamente todo el salón de casa, al que más que salón deberíamos llamar “biblioteca con sofás” y buena parte de la habitación-leonera donde además de los ordenadores tenemos el rincón de la plancha. En el salón tengo todo ordenado en primer lugar por géneros: Narrativa, poesía, teatro y ensayo (también hay baldas para la literatura de viajes, la mitología, el cine, gran formato y parte de nuestros vinilos) y en segundo lugar de la A a la Z por autor. Lo que más abunda es la narrativa, tanto que los cuentos ya se han “independizado” de la biblioteca compacta y han exigido su propio mueble, ese mueble oscuro que aparece en la foto y en el que yo  suelo colocar las nuevas adquisiciones para fotografiarlas y enseñarlas en mi blog.
 
Cuentos y más cuentos
 
Los libros me gustan todos: los de bolsillo, los de tapa dura, los ilustrados, y los que no lo están. Todos son hijos, los quiero por igual y conviven en el mismo espacio. Compro la mayoría en rastros, mercadillos, librerías anticuarias y de ocasión y una minoría en librerías convencionales (de libros nuevos, para entendernos). Lo que sí miro es que sea, si puede ser, una buena edición y a ello me refiero a que si tiene un buen prólogo y está anotada, mejor que mejor y, por último, ya genial si tiene buena letra porque últimamente estoy perdiendo vista por esas cosas de la edad...

Un defecto: la mayoría de los libros están en doble fila, se nos han ido de la mano porque aunque de vez en cuando practicamos un expurgo, luego resulta que no nos cortamos a la hora de comprar más: incorregibles, tanto mi X como yo.
 
 
¡Socorro, nos desbordan!


En las fotos no se aprecia pero los Dickens  y Dumas esconden  a los Delibes, Defoe, Duras , etc. que no podréis ver...
 

Y no podía faltar Queen Elizabeth presidiéndolo todo...
 
En la habitación de usos múltiples o leonera tengo toda la literatura en inglés y ahí no tengo ningún orden aunque sí que tengo un archivo de ellos y ya suman 470 volúmenes entre todos los géneros. Solamente tengo separados todos los clásicos ( Hardy, Austen, Trollope, etc) de los modernos pero  ya va llegando la hora de que al menos separe la novela del resto de géneros. Aquí sí que el 99 por ciento son  de segunda mano. Siempre  que salgo fuera vengo cargada de libros de mercadillos, charities y demás y también los compro por internet, claro. Os dejo en foto una pequeña muestra en representación de mi literatura inglesa. Entre mis autores favoritos están Janet Frame, Julian Barnes y  Margaret Atwood, por citar solo algunos.
 
 
 
 
 
 

También tenemos libros relacionados con nuestras profesiones, algo de literatura en francés, libros de cocina , los tebeos y la novela gráfica.

Nada más. Espero que  este breve recorrido os haya gustado y gracias por leerme.

Un saludo desde  tierras del Norte. Miss W.