John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

sábado, 29 de enero de 2011

LIBRO 2.0

Estamos inmersos en un tiempo de grandes cambios para el libro. Tal como apuntaba recientemente en un artículo el editor Alejandro Katz, en los últimos treinta años las tecnologías del libro y las rutinas profesionales de todos los vinculados al mundo de la edición han sufrido una profunda transformación. Con el paso de lo que él denomina "tecnologías calientes" (la linotipia, la prensas, la encuadernación) a las "tecnologías frías" (el ordenador, los archivos digitales, el libro electrónico), por primera vez en muchos siglos se ha roto el vínculo entre contenido y continente. Hasta ahora, un libro era su contenido -la obra literaria-, pero al mismo tiempo era su soporte físico -el conjunto de hojas impresas y encuadernadas que reproducen la obra-. Estamos ahora efectuando la transición entre un proceso que entregaba al usuario final, el lector, un objeto cerrado e inmodificable y  otro que tiene como resultado una serie de posibilidades abiertas. No quiere decir esto que el libro en papel vaya a desaparecer, como opinan algunos. Igual que el cine no acabó con el teatro y la televisión no significó la muerte de la radio, yo creo -espero no equivocarme- que el libro electrónico coexistirá perfectamente con el libro en papel. Sin embargo, lo que resulta indudable es que su advenimiento y, sobre todo, su uso generalizado (que aún no ha llegado a nuestro país, pero llegará, llegará), va a transformar no sólo la manera de comercializar las obras literarias, sino también el propio concepto de obra, las prácticas de los autores, de los lectores y, sobre todo, de los editores. Sin embargo, hasta el momento el discurso que predomina es el que gira en torno al precio de los ebooks, el porcentaje que deben llevarse unos y otros, la piratería... Aspectos todos ellos importantes pero que, a mi modo de ver, pasan por alto lo realmente fundamental: que el cambio en la manera de leer y en el soporte de lectura va a cambiar la relación del lector con la obra literaria. Por dónde irá este cambio es la gran incógnita, pero quizá uno de los primeros indicios podría ser una inicitiva como la que acaba de lanzar Amazon con sus Kindle Singles, que ofrecen la posibilidad de publicar (y descargarse) ensayos, pensamientos o relatos de una extensión breve (entre 10.000 y 30.000 palabras; para entendernos, el equivalente a entre 20 y 60 páginas estándar de libro en papel). La tecnología de la edición tradicional casi obligaba a que el libro tuviese una extensión mínima determinada, por lo que obras más breves o bien se recopilaban junto con otras para llegar a la extensión deseada, o quedaban fuera de circulación. Esta es  una de las barreras que el libro digital va a permitir saltarse, y bienvenido sea. Los autores y los editores harán bien en empezar a pensar en serio en el libro 2.0 y adoptar una mentalidad realmente digital, si quieren que los nuevos tiempos no les dejen de lado.

9 comentarios:

  1. La verdad es que he de reconocer que con lo muchísimo que me gusta e interesa la tecnología en casi todas sus variantes el libro electrónico es un concepto que me genera bastante desconfianza. No obstante, estoy seguro como tú, de que tendrá su hueco. Muchas cosas se me hacen raras. Con el Nook de Amazon (que por cierto me parece bastante más atractivo que el Kindle de Amazon, descubrí en octubre pasado un concepto nuevo ya la vez "raro". De manera completamente legal, cuando pagas y descargas via wifi un libro tienes un boton en la pantalla que te permite "prestarle" el libro a un amigo. Por via inalámbrica pasa a su Nook el libro y puede leerlo como si comprado fuese, con un límite temporal de quince días. La verdad es que me parece "raro" eso de decir "te voy a prestar un libro" y ahcerlo así. Finalmente nos acostumbraremos, claro. Pero hay ciertas cosas a las que no me acostumbro, como la agenda. Llevo el iPhone y al lado, una agenda Moleskine, cosa que nadie entiende cuando lo ve. Bueno, a ver hacia donde deriva este barco.

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  2. Disculpadme, acabo de releerme y quería decir el Nook de Barnes and Noble vs el Kindle de Amazon. Me equivoqué al escribir el primero.

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  3. Elena, me gusta el papel, pero todo lo que sea potenciar la lectura y la posibilidad de publicar, me parece perfecto. Así que no me cierro a nada.

    Un abrazo.

    (espero no aparezca el comentario repetido... algo ha pasado......)

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  4. Soy lectora desde casi antes de saber hablar, tengo libros que siempre me acompañan, y hace un tiempo pensaba que el libro electrónico no era para mí. Ahora no lo descarto, sobre todo cuando veo gente joven que no lee libros de papel pero pasa horas leyendo en la pantalla de un ordenador.
    Pienso ambos formatos llegaran a una coexistencia.

    Saludos

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  5. Yo leo muchísimo, compro libros que me encanta tener y saco de la biblioteca. Desde estas navidades tengo un tablet donde también leo libros..creo que son dos formatos perfectamente compatibles.

    Elena, hoy he leído este artículo y me he acordado de ti..por si acaso no lo has visto.

    http://www.elpais.com/articulo/opinion/biblioteca/escapo/fuego/elpepiopi/20110129elpepiopi_5/Teshttp://www.elpais.com/articulo/opinion/biblioteca/escapo/fuego/elpepiopi/20110129elpepiopi_5/Tes

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  6. Yo estoy convencida de que los formatos convivirán en paz (cuando la gente que no tiene ni idea deje de enfrentarlos).

    Curiosamente la foto del lector que has puesto es la de mi "Rufinito", con el que estoy encantada. Lo combino perfectamente con los libros de papel y, que yo sepa, cuando los he dejado solos ninguno se ha peleado con el otro.

    Mi madre, que maneja la tecnología con interés pero con cierta precariedad, recibió un Rufinito táctil por Reyes y está encantadísima de la vida. Una mujer que ha leído muchísimo en papel y a la que una casa grande empieza a quedársele pequeña en cuanto a espacio para libros recibe este pequeño librito donde caben miles y miles de libros sin ocupar espacio con mucha alegría.

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  7. Oscar, no sé si sabes que ya se han creado en Internet grupos de préstamo de libros, es decir, webs donde la gente pone a disposición de otros -desconocidos- la capacidad de préstamo que le permite su ebook. Iba yo por ahí cuando apuntaba que no sabemos a dónde nos conducirá este libro 2.0, pero seguro que hay posibilidades que ni imaginamos todavía.

    Cristina, creo que estaba pensando en tu Rufinito cuando busqué la foto...

    Elysa, coincido en que los dos formatos están llamados a coexistir. Sólo que nuestra manera de leer y de comrpar libros se va a ver afectada, seguro.

    Laura, estoy de acuerdo en que todo lo que potencia la lectura es bueno. Y creo que el libro electrónico lo es. A mí al menos me va a permitir irme de vacaciones sin necesidad de acarrear una maleta de libros.

    Moli, gracias, sí había leído ese fascinante artículo sobre la biblioteca de Aby Warburg, un personaje al que le sigo la pista hace tiempo. Había pensado hacer un post sobre él, pero creo que este artículo me lo ha chafado. O no, a lo mejor encuentro otro ángulo para enfocarlo. Veremos.

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  8. Pues claro que existen ventajas con la tecnología, especialmente en el tema de espacio físico y de la indefinida posibilidad de tener casi todo lo publicado apretando unos botones (y pagando claro). De hecho, para mí, la mayor utilidad del aparatito sería el poder obtener obras descatalogadas o casi inencontrables.
    De momento me lo miro con distancia porque aprecio demasiado el papel (no descubriré aquí los placeres de tocar y ojear un libro en condiciones). A la hora de comprar libros, necesito abrirlos, consultarlos, sentirlos un poquito y el libro electrónico no permite nada de eso, lo único que te garantiza es que puedes leer todo lo que esté en el catálogo. Yo en casa me levanto, cojo un libro y lo ojeo, busco las ilustraciones, lo huelo y que quereis que haga con una tableta de plástico o lo que sea. Pues que no me apetece.
    Naturalmente que convivirán, pues no queda otra, pero con mis años y mis ritmos de lectura, en mi biblioteca (sin contar los que me quedan por adquirir)ya hay libros suficientes para leer en dos vidas.
    No quiero ser negativo pero es que como toda la tecnología se trata de ir almacenando cada vez más y ¿para qué?. Los libros electrónicos están hechos sobre todo para la gente que no lee y que le atraen los cacharritos, para aquellos que necesitan descargarse todos los premios planeta y los best-seller de turno.
    En fin, probablemente esté equivocado y toda esta perorata me haya salido un poco desde el corazón de un lector de libros.
    Un abrazo y bravo por tu escrito que abre debate.

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  9. Carlos, aunque es pronto para decir por dónde va a ir el futuro del libro, estoy absolutamente de acuerdo en que una biblioteca digital, incorpórea e invisible a menos que le des al botoncito de turno, tiene escasísimo atractivo si la comparamos con una biblioteca "física". Por no hablar de que los soportes digitales envejecen mal y se deterioran a una velocidad mucho mayor que el papel. Veremos.

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