John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

viernes, 4 de febrero de 2011

BIBLIOTECAS RECORTADAS

Los drásticos recortes que los gobiernos europeos están aplicando como consecuencia de la crisis económica están afectando de modo preocupante al sector de la cultura. Diversos medios (incluyendo algunos blogs amigos) se han hecho eco del peligro que corre la red de bibliotecas públicas en Gran Bretaña, con muchas de ellas amenazadas ahora de cierre. (Por cierto, mañana 5 de febrero está convocado el Save Our Libraries Day, en un intento por minimizar esos recortes lo que se pueda). No se trata sólo de pequeñas bibliotecas locales, sino también de algunas instituciones de gran solera e importancia. Entre ellas, una de las que ve amenazada su continuidad es la biblioteca del Warburg Institute, cuya curiosa historia y características vale la pena recordar aquí. Aby Warburg (1866-1929), hijo de una acaudalada familia de banqueros alemanes, dedicó toda su vida y su fortuna a estudiar las formas de comunicación a través de las épocas de los contenidos culturales, la transformación de las imágenes en símbolos y la compleja red de relaciones que rige la transmisión de la cultura clásica.Uno de los instrumentos que ideó para ello fue su biblioteca, situada inicialmente en Hamburgo, en la que se formaron algunos de las grandes figuras intelectuales del siglo XX como Erwin Panofsky. Una de sus principales características, que la hace distinta de cualquier otra biblioteca al uso, es la peculiar ordenación de sus materiales. Ante todo, se trata de una biblioteca dispuesta toda ella en estanterías abiertas, donde el lector puede no sólo encontrar libremente lo que busca, sino efectuar hallazgos inesperados, pues su otra característica distintiva es que los libros se ordenan siguiendo un sistema ideado por el propio Warburg que pretende poner de relieve las conexiones y oposiones entre los distintos temas. Así, por ejemplo, si uno busca algo sobre la historia de la astronomía encontrará fuentes primarias y secundarias, tratados eruditos y obras populares, tablas e imágenes que van desde los inicios de esta disciplina en Oriente Medio hasta los descubrimientos más recientes, sin olvidar a su hermana menor, la astrología.
Las biblioteca fue rescatada de Hamburgo tras la ascensión del nazismo al poder en 1933 gracias en parte a la ayuda de benefactores británicos. Después de diversas peripecias -relatadas recientemente por Rafael Argullol en un entretenido artículo- el Warburg Institute, y con él su biblioteca, pasó a integrarse en la Universidad de Londres, donde durante décadas ha sido una de sus joyas más preciadas. Los fondos de la biblioteca no son enormes (unos 350.000 volúmenes), pero su calidad es extraordinaria. Se calcula que un 40 por ciento de sus libros no figuran en la British Library, lo que los hace únicos. Sin embargo ahora, argumentando escasez presupuestaria, la Universidad exige que el Instituto pague enormes cantidades por el espacio que ocupa, o bien que lo reduzca drásticamente, lo que supondría poner fin a las estanterías abiertas y a la ordenación de materiales actual. Así, los tiempos de austeridad económica están amenazando con lograr lo que no logró Hitler ni la Segunda Guerra Mundial: acabar con esta institución especialísima en su género. 

6 comentarios:

  1. Me subleva pensar que lo que destrozó el nazismo, lo destruya la crisis. Hay por ahí personas a las que la cultura molesta, no vaya a ser que empecemos a hacer demasiadas preguntas

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  2. Elena, ¡gracias por poner el enlace a mi Biblioteca! Por cierto, nos cruzamos los comentarios, acabo de ver el tuyo en mi blog ;-)
    Me encanta la iniciativa de Save Our Libraries Day, mañana lo pondré en mi noticiero (agradeciéndote haberme enterado de ella gracias a ti).
    Abrazos.

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  3. El sistema de clasificación actual de los libros en las bibliotecas a veces impone demasiadas subdivisiones que hace que investigar un determinado tema (en especial científico) suponga una pesadilla y un trabajo que uno tiene la impresión que es quince veces mayor de lo que debería ser. Ordenaciones como la de Warburg pueden a veces ser mas caoticas, pero indudablemente son más instructivas y más divertidas. No se si ambas se podrían, de alguna manera simultanear.

    Salvando las distancias, me ha recordado lo que encontré en la librería Strand de Nueva York, donde al ir a buscar los libros de un autor, estaban colocados juntos, en la misma estantería, los nuevos y los usados, encontrabas un libro recién publicado y otro de hace treinta años. Era un gustazo. Y una fuente inagotable de sorpresas.

    Cualquier cosa vale para salvar las bibliotecas.

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  4. Es lamantable Elena, que acaben reduciendo inversiones en cultura y educación, además de otras cuestiones sociales y todo lo que afecta al mundo laboral.
    Me ha parecido muy interesante lo que explicas de la biblioteca Warburg Institute y de cómo puede acabar después de sortear el nazismo.

    Un abrazo y esperemos que no sigan por este camino los poderes políticos que deberían proteger este patrimonio cultural, aunque lo dudo mucho :(.

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  5. Increíble pero cierto, en mi barrio han inaugurado un “centro cívico” , si se puede llamar así , un barrio mas bien de clase media baja, paso por allí y pregunto , a la persona encargada ,y la biblioteca? Y me responde que no hay, y que tampoco se tiene previsto un punto de lectura en el futuro....... asombrado, digo y salas de estudio? Pues tampoco tienen, pensando yo si no tenia sala con una mesa ,una silla y una ventana........., la siguiente pregunta es lógica entonces aquí que se hace?'??????
    reuniones de las agrupaciones?(que en este barrio o hay) ,y lo único abierto son los CEAS centros de acción social,,,,, dejándome perplejo

    No quieren que estudien , que lean, pero no sera mejor dar educación que no tendrán que recurrir a los CEAS... digo yo esto pasa en Valladolid a día de hoy

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  6. enfermerolibrero, es realmente increíble lo que cuentas. Alguien debería decirles a los políticos (ya que es el único argumento que escuchan) que las bibliotecas dan votos. Allí donde se abre una buena biblioteca, se convierte rápidamente en uno de los equipamientos más valorados, y eso es un capital político que no deberían dejar perder. ¡Tendríamos que organizar una campaña para concienciarlos de esto! :))

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