John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

lunes, 25 de octubre de 2010

BASKERVILLE

Siguiendo con mi proyectada serie sobre tipografía, hoy le toca el turno a John Baskerville (1706-1775). Nada que ver con el perro del famoso relato de Arthur Conan Doyle, ni tampoco con Guillermo de Baskerville, el personaje de El nombre de la rosa. Aunque quizás Eco pensó también en este tipógrafo -o, al menos, en el tipo de letra que él diseñó- cuando dio con ese nombre.
John Baskerville fue el protipo de ilustrado. Contemporáneo de Voltaire y de Franklin (este último le conoció y se hizo gran admirador de su obra), su interés por las formas escritas proviene de sus inicios como grabador en piedra. Luego, el éxito de un negocio de lacado de muebles -por aquella época hacían furor las "chinoiseries"- le permitió construirse una hermosa mansión en Birmingham, donde residía, y dedicarse a su afición por todo lo relacionado con la tipografía y la imprenta. Su campo de experimentación abarcaba todo el proceso de impresión, hasta el punto de que llegó a fabricar su propio papel y su propia tinta. Entre 1757 y 1774 imprimió 53 obras (la mayoría clásicos, entre ellos autores como Virgilio y Milton), que llamaron la atención por lo armonioso de su composición, por su novedoso tipo de letra y por la nitidez de la impresión. Una de las características distintivas de sus portadas eran los títulos en caja alta, con letras ampliamente espaciadas. En 1763, la Universidad de Cambridge le encargó la que sería su obra más importante, una Biblia en folio. Sin embargo, los desvelos de Baskerville no encontraron mucho eco entre sus contemporáneos y, a su muerte en 1775, su viuda tuvo que poner a la venta todo el material dejado por su marido, que fue adquirido por Pierre Beaumarchais para imprimir las obras completas de Voltaire. Esto último hubiera llenado de orgullo a Baskerville, quien como buen ilustrado era un ateo militante, hasta el punto de que a su muerte encargó que le enterrasen en el jardín de su casa, de pie en una urna, y redactó el siguiente epitafio para su tumba:

Stranger,
Beneath this cone, in unconsecrated ground,
A friend to the liberties of mankind directed his body to be inurned.
May the example contribute to emancipate thy mind
From the idle fears of Superstition,
And the wicked Act of Priesthood!

[Forastero,
Bajo este cono, en tierra no consagrada,
Dictó que se enterrase en una urna su cuerpo un amigo de las libertades del hombre.
¡Quiera este ejemplo contribuir a emancipar tu mente
De los miedos ociosos de la Superstición.
Y de los viles Actos del Clero!]

Durante muchos años, los tipos de Baskerville quedaron olvidados, hasta que en 1917 el diseñador americano Bruce Rogers los recuperó y adaptó en Estados Unidos; poco después Stanley Morison haría lo mismo en Inglaterra. Hoy en día, la Baskerville es una fuente ampliamente utilizada, con numerosos derivados y variantes.

4 comentarios:

  1. ¿Es norteamericano pues?
    Vamos que persona tan interesante. El epitafio es genial, un librepensador de los radicales.
    Me ha encantado la entrada.
    Un abrazo, Elena.

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  2. No, es inglés de pura cepa. Pero, gracias a Franklin, que admiraba tanto la Baskerville, esta tipografía se utilizó ampliamente en América (entonces aún no eran los Estados Unidos) e incluso en Canadá. De ahí, imagino, que la redescubrieran antes allí que en la Inglaterra natal de Baskerville.

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  3. hola que tal? me interesaria saber de que año es el ejemplo que pusiste?

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  4. Abus, si te refieres al epitafio, no sé en qué año lo redactó, seguramente poco antes de su muerte, en 1775. En cuanto a la portada de Addison que he puesto como ilustración, es de 1761.

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