Los primeros versos de la Ilíada, ¿verdad que son bonitos? |
Uno de los principales atractivos de estudiar una lengua "exótica" -como el ruso, el árabe o el japonés- estriba en esa especie de magia que permite, en relativamente poco tiempo, leer textos escritos en caracteres que anteriormente resultaban indescifrables. Si siempre adentrarse en un idioma desconocido abre puertas a un mundo nuevo de significados, relaciones entre las palabras y maneras de configurar el mundo, cuando esa lengua tiene además un alfabeto diverso de la nuestra, la impresión de descubrimiento es aún mayor. Pocas cosas resultan más desconcertantes que encontrarse en un país cuyo sistema de escritura desconoces, donde ni siquiera por aproximación -lo que a veces es posible si se trata del alfabeto latino, aun no conociendo el idioma- es posible deducir cuál es el rótulo de "salida" ni cómo se llama la estación de metro en la que estamos. En casos así, por un momento puede uno comprender cómo se sienten las personas analfabetas, rodeadas en el día a día por un sistema de códigos que desconocen. De repente, todo lo no-escrito incrementa su valor y su significado. Tanta es la fascinación que producen esas distintas maneras de plasmar el idioma, que algunos autores no han podido resistir la tentación de inventar literalmente un alfabeto imaginario. Ahí tienen algunos, con su correspondiente equivalencia en el alfabeto latino. Así, si por casualidad se topan alguna vez con un texto escrito en uno de ellos, podrán al menos descifrarlo. Que no es lo mismo que entender lo que dice, por supuesto:
Alfabeto élfico, creado por J.R.R. Tolkien para El señor de los anillos. De hecho, para Tolkien, con su formación de lingüista, parece que fueron antes los lenguajes imaginarios que los mitos e historias que los acompañaron. Ideó una serie de lenguas de gran complejidad, a las que dotó de vocabulario, fonología y gramática. Todo un logro. Los dos lenguas más evolucionadas que inventó fueron el quenya y el sindarin. Para escribirlas, ideó la escritura tengwar.
Alfabeto nictográfico, ideado por Lewis Carroll. Tiene la particularidad de que permite escribir a oscuras. A Carroll se le ocurrió porque a menudo se despertaba por las noches con una idea que quería apuntar de inmediato y no podía perder tiempo en encender una lámpara (eran los tiempos antes de la luz eléctrica, recordemos). Para escribirlo, se necesita un artilugio también de su invención, el nictógrafo, una especie de plantilla con dieciséis agujeros, en la que se inscriben una combinación de líneas y puntos. Sospecho que sólo alguien cómo él era capaz de escribirlo y entenderlo. ¡Además, a oscuras!
Alfabeto gnómico. Aparece en los libros de Artemis Fowl de Eoin Colfer. Se supone que es el lenguaje de las hadas, aunque por lo visto las hadas son todas inglesas, porque los símbolos del gnómico reproducen palabras de ese idioma. Normalmente se escribe de izquierda a derecha, pero algunas veces toma forma de círculo, con la primera letra de una palabra en el centro.
Alfabeto klingon. Es el que corresponde a la lengua que emplean los klingon de la saga Star Trek. Fue diseñado con un orden de palabras tipo Objeto Verbo Sujeto para hacerlo menos intuitivo y darle un aspecto más alienígena. Los hombres de las estrellas, por supuesto, habían de tener su propio alfabeto, que diseñó algún cerebrito no identificado de la Paramount y que lleva el nombre de pIqaD.
Esto de una lengua inventada por un estudio de cine puede parecer poco serio, pero si Sheldon Cooper y su grupo de amigos frikis de The Big Bang Theory son capaces de hablar en klingon, ¿quién le va a negar el estatus de lengua? Aunque una preferiría que todos estos esfuerzos los dedicasen a desentrañar de una vez alguna de las escrituras del mundo antiguo que aún no comprendemos, como el protoíndico, el protoelamita o el Lineal A. Que parecen fascinantes. ¡Si fuésemos capaces de entenderlos!
Una muestra de protoíndico |
Interesantísima entrada. Todavía recuerdo cuando empecé a estudiar ruso, el placer que me daba dejar mensajes escritos "en clave" en los pupitres de la uni. También, cuando estuve en la India aprendí lo más rudimentario del alfabeto hindi para, por lo menos, saber a dónde iba el tren en el que me subía.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que es verdaderamente impresionante el esfuerzo que algunos dedican a inventar lenguas, aunque también me parece un poco inane. En fin, cada loco con su tema.
El poco ruso que sé me da para descifrar los letreros que se ven en la tele o las películas, lo que me produce una gran satisfacción. Aunque de ahí a entenderlo...
EliminarA mi siempre me ha parecido muy interesante la capacidad para crear una lengua imaginaria, no importa la dificultad que conlleve. ¿Quién de pequeña no creo una lengua propia para el reducido grupo de amigas? Era la sensación de comunicarse de forma especial solo con unos pocos elegidos.
ResponderEliminarUna entrada muy interesante. No sabía nada del alfabeto nictográfico de Carroll.
Un saludo.
Carroll era especial para todo. Un verdadero genio. Lo de inventarse un alfabeto para escribir a oscuras me parece sensacional. ¡Anda que no debía de ser difícil!
EliminarUno de los momentos que más emoción me dan es descifrar la primera palabra en un idioma que estoy aprendiendo, sobretodo, si tiene un alfabeto diferente. Me pasó con las pocas palabras que soy capaz de descifrar en japonés pero también con el griego antiguo en el instituto o con el alemán...
ResponderEliminarMe encantan las lenguas inventadas, a otros les parecerá una pérdida de tiempo o dirán que se aburren mucho pero ser capaz de crear una lengua desde cero, con su alfabeto, su gramática... tiene muchísimo mérito. A ver cuántos son capaces de hacer lo mismo. Y estoy contigo en lo del Lineal A: sería feliz solo de aprenderlos y poder leer documentos minoicos...
littleEmily, ¿el alemán?... A no ser que te refieras al antiguo, con la escritura Fraktur, que es cierto que cuesta un montón descifrarlo.
EliminarMe encantaría que lograsen descifrar el Lineal A, aunque igual nos encontrábamos con que todo lo que queda son unas cuantas listas de venta de ganado o algo así.
Interesantísimo, Elena. Una recopilación muy interesante. Durante un tiempo albergué la idea de aprender Sindarin. Locuras de juventud.
ResponderEliminar¿Sindarin?... ja, ja. Te veo como a Sheldon y los suyos. ¿También te disfrazabas? XD
EliminarYo no he inventado un idioma, pero si un alfabeto al que llamo hidgra. Tomé algunas letras de varios alfabetos modernos y antiguos y otras las inventé. Al escribir nadie sabe lo que dice. Para entender hay que transliterar. Aunque tiene ciertas complicaciones y reglas se puede aprender en una dos días.
ResponderEliminarMe recuerda cuando empecé con la criptografía y logré inventar un alfabeto de 135 letras (en realidad fácil de traducir, simplemente cada letra del español tenía 5 formas distintas de escribirse) si que estaba fascinado. Hasta ahora inventé 3 alfabetos para cifrar español
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