John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

jueves, 28 de julio de 2016

UN PASEO POR LAS LIBRERÍAS DE PARÍS

La librería La Hune (ahora dedicada a fotografía) a veces desparrama sus fotos por
la plaza de Saint-Germain-des-Près

Esta afortunada lectora ha tenido el placer de pasearse unos días por París. Una ciudad que seguía afectada por la masacre de Niza (y por otros tantos crueles sucesos de no hace tanto: la gente aún te habla de qué hizo el día del tiroteo en Bataclan), pero la vida no se detiene. En las terrazas de los cafés sigue apiñándose la gente, los turistas invaden en manada el Louvre, móviles en ristre (se diría que ninguno es capaz de mirar lo que tiene delante, si no es a través de una pantalla), los parisinos alivian el calor en las playas que surgen cada verano en las orillas del Sena, la torre Eiffel hace guiños con sus luces por la noche... el alma de la ciudad vibra y zumba como un inmenso panal rodeado de belleza. Y no olvidemos las librerías... ¡ah, las librerías! De eso les quería hablar.
Una visita de pocos días no basta para hacer ese recorrido exclusivamente libresco que uno desearía, pero, lo quiera o no, en París cualquier bibliómano se ve asaltado a cada paso por tentaciones. Les contaré unas cuantas:
 
Los autógrafos de Saint-Germain
Callejeando por este barrio chic y encantador, me topé con una sorpresa: las librerías (hay varias) especializadas en venta de autógrafos de autores y personajes famosos. Huelga decir que quedé enganchada a sus tentadores escaparates cual niño en tienda de dulces. Stefan Zweig se sentía muy orgulloso de su colección de manuscritos (cuenta en El mundo de ayer lo mucho que le dolió tener que separarse de ella cuando hubo de emigrar); leyéndolo, me dije que tal vez no era para tanto. Pero cuando uno contempla, al alcance de la mano, la posibilidad (si tuviese el dinero, claro) de hacerse con una carta de Dumas, de Flaubert o de García Lorca, ¿a qué lector no se le hace la boca agua? Pues sí, de estos tres autores (y de varios más, igualmente apetecibles) había cartas a la venta. Para que luego digan que el dinero no da la felicidad...
 
 
 

 
 
 
Los bouquinistes del Sena
Ningún paseo a orillas del Sena está completo si no se echa al menos un vistazo a los puestos de estos libreros. Muchos parecían estar de vacaciones (o simplemente habían dejado de funcionar, el óxido de las cajas que encerraban su paradita así parecía indicarlo); otros, se han pasado a la "facción souvenir" y venden cualquier cosa susceptible de atraer al turista: chapas, posavasos, reproducciones de la torre Eiffel, carteles tópicos y típicos... Aún así, siguen quedando libreros tradicionales, que exhiben fondos de lo más interesantes. Tal vez no es el lugar para encontrar una ganga, ni para buscar libros raros y valiosos, pero yo me quedé con las ganas de tener más tiempo para husmear y más espacio en la maleta. Y sí, lector, I married him. O, lo que es lo mismo: me hice con un ejemplar de la edición de la NRF del primer tomo de A la recherche du temps perdu. (La amable librera me ofrecía la obra completa, en una edición de 1922, por el módico precio de 1.800 euros; una oferta que sintiéndolo mucho tuve que declinar).


Mi edición no es de 1922, sino de 1992,
pero ¿qué más da eso?
 
 
 
Las librerías de la Rive gauche
A pesar de que ha habido algunas bajas lamentables, las librerías tradicionales siguen gozando de una salud envidiable, a juzgar por su oferta y por el abundante público que las visita. Son además las de este barrio de estudiantes e intelectuales unas librerías con personalidad, cosa que se nota en sus escaparates y en sus mesas de novedades: se diría que se esfuerzan por tentar al lector con discernimiento y descubrirle tesoros que ignoraba. Frente al imperio de la novedad en las librerías comerciales, estas juegan a sacar todo el partido de su riqueza bibliográfica. De las que he podido visitar (siempre, ¡ay!, demasiado pocas), recomiendo L'écume des pages (por cierto, noctámbulos: abierta hasta medianoche) y la Compagnie. Esta última me dejó arrebatada con la inventiva de sus prodigiosos escaparates temáticos. Recomiendo encarecidamente a mis lectores francófonos que les echen un vistazo (muchos se pueden consultar en su web).
 
 
¿Harto de ruido? Aquí tienes un montón de libros para rodearte de silencio



Uno de mis favoritos: el escaparate dedicado a los robots.
De la ciencia a la ciencia-ficción, pasando por la filosofía



Y para entretener las tardes veraniegas, policiacos ambientados en Alemania 


Shakespeare and Company
Esta diminuta librería inglesa ubicada junto a Nôtre Dame y con una historia fascinante a sus espaldas, se ha convertido casi en una atracción turística por derecho propio (el día que yo estuve, había que hacer cola para entrar: cabe poquita gente y era necesario regular la afluencia de público). A pesar de la masificación, sigue conservando su encanto y sus estantes exhiben un excelente surtido de obras en lengua inglesa. Fuera, en la acera, los libros de segunda mano para revolver sin agobios.  Todo está pensado para que recuerdes tu visita allí: sus bolsas llevan frases literarias, te estampillan cada libro comprado con su sello, y han aprovechado para poner un café al lado mismo (que sospecho les debe dar más rendimientos que la venta de libros). Da cierto miedo que todo acabe sucumbiendo ante el turismo depredador, así que mi consejo es que la visiten cuanto antes. Mañana puede ser tarde.

 

 
Además del sello, puedes optar por que incluyan un poema
mecanografiado en tu libro (por 1 euro más)

 Una rica cosecha, que me supo a poco. París, ya saben, no se acaba nunca. Y sus librerías tampoco. 


 

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Ui, he eliminado mi comentario sin querer. Te lo escribo de nuevo.
    París nunca decepciona. Ya tengo un par de sitios más a los que ir para cuando tenga la suerte de visitarla. No quiero parecer cargante, pero mi segunda entrada trata justamente de viajes y viajantes. Besos!

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  3. Shakespeare and Company, la historia me resultó familiar, tu enlace me llevó a tu otra entrada de la librería en exclusiva et voilà! recordé esta (que creí más ficción que realidad) obra autobiográfica:

    "La librería más famosa del mundo" de Jeremy Mercer.

    Los hechos suceden en la 2ª etapa de la librería que comentas en tu otra entrada sobre la misma.

    Un par de comentarios sobre el libro:
    "Jeremy Mercer captura el universo de Shakespeare & Co. y su pintoresco dueño con notable agudeza. La librería más famosa del mundo es una deliciosa crónica sobre la vida allí y sobre los curiosos, abatidos, desconcertados y a veces brillantes excéntricos que residen en ese hotel de los disparates".

    "Algunas librerías están colmadas de historias tanto dentro como fuera de sus tapas. Son las moradas de la santidad e incluso de la redención, y Jeremy Mercer ha hallado ambas rarezas en los estantes de Shakespeare & Co."

    Y una nota del autor:
    "Lo que sigue es el relato de como hallé refugio en una vieja librería de París y de los pintorescos sucesos que tuvieron lugar durante mi estancia en ella.
    Al escribir memorias como ésta la verdad se vuelve líquida. La dimensión real de lo que me llevó a Francia y me sucedió en aquella librería requerirían un espacio muchísimo mayor del que contienen estas páginas. De modo que he destilado y condensado los hechos para volverlos a destilar después. Me he tomado pequeñas libertades con la cronología, he omitido o modificado ciertos incidentes y he cambiado el nombre de una persona a petición suya. Por lo demás, la historia es tan auténtica como puede serlo en este momento."

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    1. Gracias, PECE, por la información, había oído hablar de ese libro. Estoy segura de que en Shakespeare & Co. también lo venden

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  4. Hola

    Parte de mi familia conoce París que siempre deja con ganas de volver.

    A mí también me gustaría ir y hacer una visita libresco-artística.


    Le deseo felicidades en su matrimonio.



    Saludos

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    1. Era un viaje en familia, sí, aunque no una luna de miel. ¡Gracias en cualquier caso por tus buenos deseos!

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