John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

jueves, 25 de agosto de 2016

¿DAN LOS LIBROS LA FELICIDAD?

 
(Ilustración de Eva Vázquez)
 
Ya he criticado alguna vez la ola de buenismo lector que parece estar invadiéndonos, esa desaforada manía de exaltar la lectura, hablando de sus bondades y efectos terapéuticos en unos términos que unas veces calificaría de cursis y otras de simplemente implausibles. Como si leer un libro, cualquier libro, fuese realmente la cosa más sublime que uno puede hacer, remedio para todos los males -mentales y a veces incluso físicos (llegados aquí no puedo evitar que acudan a mí ecos de las medallitas de santos patronos o los viajes a Lourdes: remedios todos tan efectivos, o tan poco, como la lectura)-, fuente de sabiduría y mucho más... Siento llevar la contraria a esta corriente de opinión cada vez más extendida, pero no, leer no es sinónimo de felicidad. (Ahora viene cuando esto se llena de comentaristas que insisten en que ellos nunca son tan felices como cuando están leyendo: calma, señores, no hemos terminado con nuestra argumentación.) Ni todas las lecturas son placenteras, ni todos los libros son buenos. Creo que cualquier lector asiduo estará en disposición de citar al menos un par de libros -y posiblemente muchos más- que le han parecido horrorosos y le han aburrido hasta el tuétano. Si, encima, uno tiene la desgracia de leer por imperativo profesional -editores, periodistas, profesores y muchos otros oficios se encuentran en esta situación-, las posibilidades de sufrir leyendo se multiplican considerablemente. Agravadas, claro, por el hecho de que como su trabajo les obliga a ello, no tienen la escapatoria del lector común, al que le basta con abandonar el libro cuando este comienza a hacérsele cuesta arriba. Sí, sufrientes lectores, yo también he pasado por ahí. Y, por mucho que la lectura sea para mí tan indispensable como el comer, he de confesar que algunos libros han sido una verdadera tortura. Por eso, me pongo en guardia cada vez que topo con uno de esos desaforados elogios de la lectura. ¿Leer es bueno? Pues, oiga, depende de lo que lea uno. ¿Leer nos procura felicidad? También depende de qué, cómo y cuándo. Puedo imaginar bien que, si uno no es lector asiduo y se le ocurre dar fin a su sequía lectora con determinados libros, salga corriendo despavorido, o simplemente los cierre con un bostezo y la idea de que hay cosas más divertidas que hacer en la vida.
 
 
(Willie Gills in College, ilustración
de Norman Rockwell)
 
Incluso los grandes lectores, los que leemos llueva o haga sol, de día o de noche, en la salud o en la enfermedad, pasamos por momentos en que se diría que la lectura ha perdido el encanto. No es que dejes de leer, claro, pero cuando por algún azar encadenas varios libros seguidos que rivalizan en aridez -si el libro es malo malísimo, al menos uno se siente vibrar de indignación-, empiezas a preguntarte si es cosa de los autores o si no estarás perdiendo el gusto por la lectura. (Influencia de Oliver Sacks, sin duda: sospechas de alguna rara enfermedad neuronal que impide disfrutar de la lectura y que sólo afectaría -por supuesto- a los lectores acérrimos.)  Por fortuna, siempre acaba por aparecer algún libro salvador: ese que nos hace creer de nuevo que la lectura puede ser un auténtico placer, que nos arrebata y hace que olvidemos todo lo que nos rodea, que nos obliga a sumarnos, querámoslo o no, al grupo de los ensalzadores de la lectura y admitir que sí, los libros dan la felicidad. Aunque sea sólo por una horas. ¿Acaso la felicidad se puede degustar de otro modo?
 
 
Winslow Homer, Girl in a Hammock (1873)
 

18 comentarios:

  1. Acabas de animarme el día, llevo unos días que no encuentro nada decente que leer, he empezado varios, malos malísimos y alguno incluso peor, ya casi he cubierto el cupo de devoluciones de la e biblio, menos mal que estamos a finales de agosto.

    Se puede leer mucha basura y ni te hace más culto, ni más féliz; por mucho que leas.

    Un saludo,

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    1. Ay sí, que desoladoras son esas épocas en que toda la lectura que cae en tus manos es una bazofia... Pero estas rachas no duran, ya aparecerá algún libro maravilloso que te animará. A mí hay dos que me han alegrado el verano: "Un dios en ruinas", de Kate Atkinso y "Manual para mujeres de la limpieza" de Lucia Berlin. Si alguno te sirve de recomendación, estupendo.

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  2. Borges decía que el objetivo de la literatura, como el objetivo de cualquier otro arte, es el placer. ¿Pero es lo mismo placer que felicidad? Pues no estoy seguro, pero se parecen muchísimo. Quizá el placer sea más variado (hay muchas formas de placeres, desde leer un buen libro hasta que te hagan cosquillitas en la cabeza), mientras que la felicidad siempre es igual (me refiero a la sensación, no a sus causas). Si fuéramos honestos, cuando alguien nos preguntase "¿Por qué lees tanto?", deberíamos responder: "Porque me da gustirrinin".

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    1. Hay, muchas formas de placer, como dices, César, pero lo que tengo claro es que a mí una lectura placentera me proporciona verdadera felicidad, aunque sea por un ratito.

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    2. A mí también y, como has dicho en la entrada, también lo contrario. Y puedes ser infeliz a pesar de disfrutar leyendo, sólo que ese momento de lectura te alivia las heridas de la realidad.
      Un abrazo.

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  3. La respuesta es sí, claro que sí, por supuesto que sí, sí, sí, sí. Todos los lectores hemos pasado por desiertos, encadenando un horror tras otro, a veces cansados, a veces insatisfechos, hasta que llega el LIBRO, ese que nos salva, que nos da de beber en el desierto. Siempre llega, siempre llegan. Para hacernos felices, en el momento preciso.

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    1. Sí, siempre acaba por llegar el libro que nos salva, aunque a veces una casi desespera. A mí estos desiertos lectores me afectan incluso en mi humor diario, lo veo todo negro, mientras que cuando encuentro el libro adecuado, me siento como si volase.

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    2. Tengo una receta para recuperar el buen humor: "Una temporada para silbar". de Ivan Doig ;-)

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  4. Para mi no se termina cuando término el libro, dependiendo de si me ha gustado empiezo a imaginarme como sigue.un escritor muy bueno es Archibald J. Cronin.no de este siglo, fue médico y en sus libros hay mucho del conocimiento sobre personas.el Castillo del odio es un excelente libro( si hallan algún ejemplar). Otro es atrapado en el tiempo de Daphne su Maurier.un final interesante.hay un cuento de una chica lectora que termina muerta y se dice que tiene todo el tiempo del mundo para leer pero debía depender de los vivos para leer.otro es de la tv la dimensión desconocida en que un hombre encuentra que todo el mundo pereció y se da cuenta que nadie lo molestara para leer pero ahí es cuando se le rompen los anteojos

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    1. Gracias por compartir tus experiencias lectoras, Griselda!

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  6. En línea con lo que dices, hay quien afirma que hay que empezar leyendo cualquier cosa, que el caso es leer, lo que sea. Algunos de estos están seguros de que las malas lecturas llevaran a otras mejores, otros ni eso: se encastillan en "el caso es leer" puro y duro.
    Pero un libro sin buena prosa, buen contenido, un vocabulario variado, un bagaje cultural y de pensamiento detrás etc. etc. no enriquece a nadie, por supuesto, y lo más probable es que embrutezca.

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    1. Imagino que ahí todo depende del listón de cada cual. Dejando aparte el fecundo debate acerca de los buenos y los malos libros, supongo que si a alguien le gusta cierto tipo de literatura, será esa la que le haga sentirse feliz. A otros, como a mí, leer ciertas cosas no sólo no nos da felicidad, sino que nos sume en la desesperación.

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  7. ...por lo que hace mucho tiempo decidí dar carpetazo a los libros aburridos y/o malos que comenzase a leer. Si lees por placer hay que optimizar, precisamente, el placer.

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    1. Bien hecho. ¿Para qué sufrir, habiendo tantos libros con los que disfrutar?

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Desde luego, depende del libro que leas y lo que éste te pueda hacer sentir. Leer por obligación, nunca ha proporcionado ningún placer, (a no ser que el libro te sorprenda). Hay muchas formas de leer, y muchos tipos de lectores. Yo soy de las "cursis" que disfrutan mucho de la lectura y que en algunos casos, determinados libros, si se han convertido en salvavidas y en verdaderas amistades de por vida.

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    1. Si los libros te apasionan, ¡bien por ti! Pero seguro que son pocos los que te llenan por completo: es que es imposible, siempre hay libros que nos decepcionan o que encontramos horribles.

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