El desaparecido bar Crystal City, en la calle Balmes de Barcelona |
Hace años había en Barcelona un bar que se hizo célebre por poseer una rara peculiaridad: era un bar-librería. El sitio en cuestión se llamaba Crystal City y era frecuentado, como es natural, por intelectuales, editores, estudiantes y gentes de ese pelaje. Por aquel entonces -según mis fuentes, el bar inició su andadura a finales de los cincuenta, pero al parecer su tuvo su apogeo entre finales de los sesenta y los setenta- los bares eran bares y las librerías, librerías. A nadie se le pasaba por la cabeza ir a comprar un libro a los primeros ni pedir un cortado en las segundas. De ahí la rareza, que hacía de Crystal City algo único en su especie. Hoy, en cambio, muchas librerías se han reconvertido en híbridos de cafetería-restaurante-vinería o qué sé yo qué otra exótica combinación más. Es una transformación que sin duda ha venido propiciada por el descenso de ventas de libros; los libreros se han visto empujados a buscar actividades complementarias que, al tiempo que generan ingresos, atraen a los clientes a su local. No tengo nada que objetar, más bien al contrario, resulta ciertamente agradable quedar con un amigo para tomar un café o una copa en una librería y, de paso, echarles un ojo a las últimas novedades editoriales. Lo que me inquieta, sin embargo, es la creciente presencia de libros en todo tipo de establecimientos. Y lo más preocupante es que, en su mayor parte, no se trata de libros para su venta, ni siquiera para ser leídos. Proliferan los libros como telón de fondo o elemento decorativo: los hoteles con pretensiones incorporan salones-biblioteca, los restaurantes se decoran como salones particulares, incluyendo estanterías con libros, incluso se pueden encontrar remedos de biblioteca en lugares donde, a priori, estos no vienen a cuento.
Un lujoso hotel en Zúrich donde libros y vino se mezclan sin complejos |
El muy chic hotel Montalembert, en París, junto a la editorial
Gallimard, presume de libros de la NRF en sus estanterías
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Mi último hallazgo ha sido una panadería revestida de libros. ¿Acaso los clientes se pondrán a hojear alguno mientras esperan a que les corten el pan de molde?
De repente, los libros, históricamente relegados a las bibliotecas o las librerías privadas, salen a la luz. Todo lo que tiene forma o apariencia de libro adquiere una pátina de prestigio. Los lugares públicos presumen de esculturas no ya de próceres, como antaño, sino de lectores, o de libros.
Hasta hay a quien se le ha ocurrido hacer bancos para sentarse en forma de libro (con pinta de no ser muy cómodos, todo hay que decirlo).
Cuanto más se extiende esta moda, más me inquieto. Es sabido que, cuando a un personaje del mundo de la cultura empiezan a lloverle los premios y los homenajes, es que suele estar en las últimas. Vean si no cuántos de ellos fallecieron al poco de lograr esos galardones que en sus tiempos de madurez creativa les resultaron esquivos. No puedo evitar sentir algo parecido con respecto al libro. Esta ubicuidad libresca, este reivindicar a troche y moche el libro -me disculparán, pero los lectores de raza siempre hemos sido más bien discretos, nos gusta escondernos en lugares recónditos para darnos a la lectura- me suena peligrosamente al fin de una era. No creo en absoluto que el libro en papel vaya a desaparecer de la noche a la mañana, como auguraban hace pocos años algunos cenizos, pero percibo en la sensibilidad pública señales de cambio. Hacia dónde, lo ignoro.
Sólo sé que se acerca peligrosamente el momento en que hasta la pollería de la esquina estará decorada con libros. Cuando lleguemos a este punto, sabré que estamos perdidos.
Forn La llibreria, en Barcelona |
Read reader, escultura de Terry Allen en el campus
de la Texas Tech
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Cuanto más se extiende esta moda, más me inquieto. Es sabido que, cuando a un personaje del mundo de la cultura empiezan a lloverle los premios y los homenajes, es que suele estar en las últimas. Vean si no cuántos de ellos fallecieron al poco de lograr esos galardones que en sus tiempos de madurez creativa les resultaron esquivos. No puedo evitar sentir algo parecido con respecto al libro. Esta ubicuidad libresca, este reivindicar a troche y moche el libro -me disculparán, pero los lectores de raza siempre hemos sido más bien discretos, nos gusta escondernos en lugares recónditos para darnos a la lectura- me suena peligrosamente al fin de una era. No creo en absoluto que el libro en papel vaya a desaparecer de la noche a la mañana, como auguraban hace pocos años algunos cenizos, pero percibo en la sensibilidad pública señales de cambio. Hacia dónde, lo ignoro.
Sólo sé que se acerca peligrosamente el momento en que hasta la pollería de la esquina estará decorada con libros. Cuando lleguemos a este punto, sabré que estamos perdidos.
No me había parado a pensar en lo que comentas, pero ahora que me los has puesto delante, sí que puede ser un poco preocupante. En cualquier caso lo que me disgusta es la utilización del libro como objeto decorativo de prestigio.
ResponderEliminarPues sí. Sabemos que los libros son bonitos, y que una pared forrada de libros resulta acogedora. Pero los libros son para leer, no para decorar. Habría que repetirlo bien alto, a ver si se enteran.
Eliminar"Cada cosa, con su quisicosa"
ResponderEliminarFrase que tiene su gracia pero que no casa el meollo con su consecuencia.
En cualquier caso, los libros son para leer (olvidémoslos utilizarlos para nivelar el sofá, etc.), y ¿Dónde leer?, desde luego, en el lugar apropiado, que se adecue a lo que se tiene que hacer.
El mezclar libros con vino (que por cierto, no es mala mezcla si se hace con prudencia [digo lo de prudencia por el vino, no por los libros]), libros con tiro al plato, o libros con dolor de muelas (pongo por caso), deben ser perversiones propias de los humanos.
Cada cosa con su quisicosa.
Para leer, buena vista, buena iluminación, buena atención, y "meterse" en lo que se lee.
Todo lo demás son variaciones más o menos afortunadas, pero no es lo suyo.
Gracias mil.
Exacto, los libros, para leer, como le digo a la comentarista anterior. Todo lo demás sobra.
EliminarLos libros tienen una larga historia como "atrezzo", como elemento decorativo que otorga distinción a un espacio. Sí es cierto que es ahora cuando pueden exhibirse en los espacios más inesperados (lo de la panadería es sorprendente). Quizá lo que más me inquieta es que tales situaciones despiertan en mí un sentimiento de ligera repulsa, como cuando veo un frutero rebosante de orondas piezas de cera brillante. Naturaleza muerta. ¿Queremos que nuestros libros sean "naturaleza muerta"?
ResponderEliminarUn post curioso e interesante, Elena.
Lo has definido muy bien, Beatriz: lo molesto es ver que los libros se convierten en "naturaleza muerta". Además, es preciso decir que enseguida se nota cuando los libros están ahí como decoración y cuándo forman parte de una verdadera biblioteca de lectura.
EliminarEs curioso cómo los libros crean una pátina de elegancia allá donde se pongan...pero, si los leyésemos, ¿no nos harían a todos más elegantes?. ¿Porqué quedarnos con ellos como signo de distinción externa cuando es por dentro que mejor florecen? Es ser humano es tonto de capirote. Cada día lo tengo más claro.
ResponderEliminarEs que mucha gente aún no ha entendido que los libros son más útiles por su interior que por su exterior...
EliminarPerfecto, Beatriz Garza y Samedimanche.
ResponderEliminarVéase, si no, el cuadro de John elegido por Elena Rius para abrir su (nuestro) blog.
Pueden resultar un tanto rechazables esos libros raidos, viejos, quizá maltratados, pero para nosotros, los que sabemos el valor que poseen, nos resultan hasta atractivos.
Insisto como en mi comentario anterior que sólo nos tiene que importar (porque así lo valoramos), su interior, no su envoltura exterior por muy agradable o repulsiva que sean.
Gracias mil.
Antonio Mesa.
Perdón, perdón.
ResponderEliminarSe me olvidó decir en mi comentario anterior que los libros a los que me refiero, que están presidiendo el blog, ¡hasta huelen bien!
Es que los libros de la cabecera son libros usados y leídos, no estan ahí sólo para decorar. Me ha gustado que pienses que hasta huelen bien.
Eliminarhola elena! aqui nos tienes dos buhas muy curiosas que quedaron encantadas con tu blog, con tu permiso me llevo esta y otras entradas al muro, que rico pan y libros!!!! que placer leerte, saludosbuhos, desde argentina, feliz martes!!!!!
ResponderEliminar¡Bienvenidas! Me alegro de que os guste el blog, espero veros por aquí a menudo.
EliminarEs una cuestión de medida. Todos los que amamos los libros nos gusta rodearnos de ellos. Resulta deliciosamente hogareño y confortable. Los hoteles, cafés, y otros establecimientos lo saben y aprovechan esta capacidad de crear ambiente y los utilizan, pero claro, como tú dices, una cosa es un salón de té y otra una pollería. Pues eso, cuestión de medida. La diferencia entre valorar y cosificar.
ResponderEliminarSí, de acuerdo: los libros dan sensación de confort. Pero si están ahí sólo para hacer bonito, faltan a su verdadera función, que es ser leídos. Y se nota mucho cuando están ahí puestos estratégicamente sólo por su valor decorativo.
Eliminar¡Gracias por comentar!
Soy partidario de la naturaleza asesinada, no muerta. Es decir que atravesemos el libro de cabo a rabo y, si puede ser, reinventemos el siguiente. Aunque creo que todos están ya sobradamente inventados, esto es, escritos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarLa misma inquietud sentí yo en un hostal de Madrid, El Persal, cuando vi al fondo de su comedor unas estanterías con libros que nadie tocaba. De hecho, era imposible sacarlos de las estanterías : habían echado sobre los libros una capa de algo que parecía yeso. Indudablemente este uso se ha convertido en una moda que revela que para algunos el libro tiene una lado decorativo "vintage" al modo que lo tienen otros objetos como los teléfonos de los años 30 o las fotografías en blanco y negro de los abuelos.
ResponderEliminarO sea, que no solo no eran libros para leer, sino que se habían asegurado de que nadie los leyera "por error". Me parece perverso, francamente.
EliminarMe pasó en Valencia hace unos años mientras paseaba sin prisas.
ResponderEliminarDesde la acera opuesta alcancé a divisar estanterías con libros en un Café-Bar-Restaurante.
Crucé inmediatamente y literalmente me zambullí en las estanterías, además en su mayoría, libros usados...que gustito..!!, no pasaron dos minutos cuando se acerca la chica del lugar y me dice que para estar allí hay que consumir, pedí un café y seguí en lo que me apasiona, cuando traen mi pedido, me dirijo hacia una mesa cercana con libro en una mano y café en la otra, ya instalado se acerca nuevamente la chica y me dice...los libros en las mesas no.
No suelo pedir explicaciones cuando se dan estas situaciones un tanto absurdas, por lo tanto, devolví el libro a su anaquel, pagué el café (que no llegué a tocar) y me fuí andando muy despacio, mientras garabateaba en mi libreta de notas, la dirección y el nombre del establecimiento.
Un saludo
Situación absurda donde las haya, ciertamente. Ponen libros como reclamo para el público y luego no te dejan que los leas allí (ni en ningún otro lugar porque imagino que no era cosa de llevárselos).
EliminarSin duda tomaste buena nota del nombre del establecimiento para no volver a pisarlo.
Una vez, estando en la Feria del Libro de Ocasión de Madrid, una mujer de mediana edad se acercó a la caseta donde yo estaba y le dijo al encargado: "Quiero metro y medio de libros verdes"...
ResponderEliminarLibros a metros. Un clásico. Para eso, mejor haber recurrido a aquella otra solución tan práctica: falsos lomos de libro que esconden detrás un armarito para licores. Juro que lo he visto.
Eliminar¡Buenas noches Elena!
ResponderEliminarPuedo decir que estoy anonadada con tu blog, tienes unos escritos muy interesantes, que hasta jóvenes de mi edad les gustaría leer. Soy de Colombia, este escrito me llamo mucho la atención por todo lo que he venido leyendo y viendo en diferentes redes. Sabemos que los hoteles, cafés, restaurantes y otros tipos de negocios saben el gran aprecio que las personas les tienen a los libros y que en verdad les gustaría vivir con ellos todo el tiempo, que de igual manera son muy llamativos y acogedores. Pero de un tiempo para acá, es muy evidente al ojo del ser humano ver cuando simplemente los utilizan para decoración, y en otras ocasiones en verdad como biblioteca para el cliente que va llegando puede disfrutar de él. Es preocupante hasta qué punto vamos a llegar solo por tener un negocio prospero, este escrito debería ser entendido por cada uno de los propietarios de establecimientos. Que tiene libros simplemente para llamar la atención de las personas, no por su verdadero valor.
Un saludo, estaré visitando tu Blog más a menudo.
Gracias por visitarme, Vanessa. Me alegro de que te guste el blog. Tenes razón, es lamentable la utilización que a veces se hace de los libros como simple señuelo comercial. Pero creo que los lectores de verdad saben diferenciar estas cosas. O eso espero...
Eliminar¡Confío en verte a menudo por aquí!
Es muy cierto,ahora en la mayoría de lugares solo utilizan los libros como una manera decorativa para el lugar, ya nadie realmente se interesa por leer y cuando leen lo hacen pocas veces, la misma sociedad se ha encargado de provocar todo esto ya que el Internet a aportado bastante en ello ya nadie busca tareas o trabajos o cualquier otra cosa que necesiten en un libro, ahora todo es por Internet, ya nadie va a una biblioteca para leer donde realmente hay tranquilidad,paz y armonía para poder leer tranquilamente, muchos menos lo harán en bares,hoteles,restaurantes,hospitales y demás lugares donde no habrá un silencio absoluto y respeto por el que esta leyendo,es muy importante que todos se motiven desde ya ha leer y busquen los sitios adecuados para hacerlo, que no mal gasten los libros y los utilicen de una manera adecuada para lo que están hechos. NO PARA DECORAR LOS LUGARES
ResponderEliminarbuenas tarde elena:
ResponderEliminarme interese mucho en este parrafo: Hoy, en cambio, muchas librerías se han reconvertido en híbridos de cafetería-restaurante-vinería o qué sé yo qué otra exótica combinación más. Es una transformación que sin duda ha venido propiciada por el descenso de ventas de libros; los libreros se han visto empujados a buscar actividades complementarias que, al tiempo que generan ingresos, atraen a los clientes a su local.
ya que ciertamente ay mucha gente que le encanta leer libros pero por ciertas circunstancias, como tu dices las personas que venden libros buscan actividades para que las personas que entren a comer u otra cosa en algún sitio no solo es intriguen por la comida. sino también porque allí habitan libros, pues de mi parte me parecería muy emocionante ver eso y ojear un rato para ver de que tipo de libros venden.
y también pienso que varia gente se intrigaría por leerlos y saber su contenido.
me parece mal que ahora estas bibliotecas sean utilizadas para la decoración y no para leer, cada vez es peor ya a nadie le gusta leer.
ResponderEliminarTal vez leer nos lleve a conocer nuevas cosas y a experimentar nuevos mundos, y conocer mas cosas diferentes a la realidad y a llevarnos a espacios ni imaginables.
La lectura es una forma de expresar todo lo que sentimos y lo que vemos al entorno, pienso que poco a poco se extinguirán los libros ya que son muy pocos los jóvenes que les gusta la lectura
Buenas Noches.
ResponderEliminarConcuerdo contigo Elena, las librerías ahora están perdiendo prestigio ya que ahora las están utilizando para cafés, restaurantes y no para lo que verdaderamente es que es leerlos. Es sin duda que las personas ahora no se interesan por leer si no lo ven como una decoración para muchos lugares como dices tu. A las personas que les gusta leer les encantaría poder hacerlo tranquilamente, y pienso que en un restaurante no lo podrían hacer aunque seria muy interesante.
Los libros son oportunidades que nos dan cabida a un mundo mágico y de fantasía.
Me gusto mucho tu blog Elena gracias por compartirlo.
¡Hola Elena, buenas noches!
ResponderEliminarEste articulo me pareció muy interesante puesto que, me gusta la introducción un poco sarcástica al contexto, pero es muy cierto los libros cada vez pierden más su valor. Ahora con la revolución tecnológica del siglo XXI, hasta los mismos libros se han afectado. Actualmente la mayoría de personas leen virtualmente denominado ´´libros virtuales´´ otros son publicados en PDF.
Hemos perdido algo tan maravillosos y es el sentir un libro en nuestras manos, acompañados de una rica taza de café, ese rico olor al abrir un libro nuevo y sentir sus sensibles páginas. Todo eso se ha perdido con el pasar del tiempo.
Me gusta mucho el tema expuesto, simples decoraciones con libros, es casi como oprimir el conocimiento, ser tan egoístas con los demás. Cada uno tiene la oportunidad enriquecer su conocimiento y porque no hacerlo por medio de la lectura. Actualmente como lo cita la autora, los libros son utilizados para decoraciones y que se haga creer que los dueños de aquel lugar los utilizan, pero tan solo son simples apariencias.
Me gustaron mucho tus artículos, en especial este.
La verdad es que no es mala la idea de que hayan libros por todas partes eso es algo que llama mucho la atención a la gente , y se hace ciertamente "publicidad " al sitio en el que se entra . pero realmente los libros no fueron hechos para estar de exhibición en exhibición; los libros fueron hechos para leer sen con calma, claridad, sentados en un lugar cómodo y meterse en el cuento de lo que se esta leyendo. nunca un escritor dice " listo bueno y ¿ahora que sera mi libro? un cojín , o donde lo pondrán para decorar". NO , siempre se piensa es espero sea un buen tema de interés para todos mis lectores, por eso es mejor decir: " un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar " .
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Elena, me llamo Lucy Daza quiero decirte que es lo mejor que he leído el día de hoy porque me recuerda que hace poco mi madrastra mando a hacer una biblioteca en la sala de la casa... dice ella para que se vea linda la casa, Yo la mire a los ojos y le dije ¿te has leído los libros que vas a acomodar hay? ella no me respondió. Es cuando nos damos cuenta la ignorancia de las personas... Están ciegas no saben el tesoro que tienen frente a ellos. Pero realmente no culpo a estas personas, las modas humanas conllevan a eso. El ser humano actual ya no sabe lo que es perderse en la maravilla de su imaginación, no conocen el mundo al que nos transportan los libros. Es triste saber que a futuro se extingan los libros y se dediquen a leer solo por medios de pantallas u otras tecnologías. La verdad pienso que ese futuro no esta muy lejos por eso creo que son muy buenas las estrategias usadas actualmente como las combinaciones con las cafeterías y las librerías creo que son ideas muy buenas para las personas que no conocen mucho el mundo de la literatura, para aquellas personas que se sienten incapaces de leer un libro e imaginar. Por eso creo que no es mala la idea de leer en restaurantes o en vineria creo que son buenos métodos para leer también. Y respecto a las decoraciones con libros me daría angustia ver miles de libros empolvados en un mismo lugar sin uso y mucha tristeza porque son libros sin uso, libros con mucho contenido pero a la vez vacíos porque no tienen mentes que alimentar, mientas los usan con decoro miles de personas desearían esa cantidad de libros para poder leer y volar. Respecto a las esculturas o bancos en forma de libros para mi son buenos homenajes hacia los libros crean mas curiosidad en las personas no le veo nada malo.
ResponderEliminarElena me gustan mucho tus artículos publicados, aquí una pequeña opinión sobre el tema. :)
¡Gracias a todos por vuestros comentarios! Me alegro de que os guste el blog y confío en que seguiréis visitándolo.
ResponderEliminarSaludos,
Elena
me parece una falta de respeto utilizar los libros de forma publicitaria y decorativa, ya que fueron creados para leer, lo que significa para aumentar nuestro conocimiento intelectual. si seguimos con esa forma de aplicación, llegara el momento en que los libros no sean mas que hojas de un periódico de ayer
ResponderEliminarme parece una falta de respeto utilizar los libros de forma publicitaria y decorativa, ya que fueron creados para leer, lo que significa para aumentar nuestro conocimiento intelectual. si seguimos con esa forma de aplicación, llegara el momento en que los libros no sean mas que hojas de un periódico de ayer
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