John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

domingo, 21 de febrero de 2021

HARTA DE PSICÓPATAS


Triste época esta en que todos empezamos a estar hartos de muchas cosas. Entendemos la necesidad de reducir nuestras interacciones sociales, de no viajar, de no tener siquiera un día de campo desde hace muchas semanas (el sino de los que vivimos en la ciudad y estamos confinados perimetralmente). Pero casi un año de vida-no-normal produce cansancio. Mucho cansancio: De la exasperante lentitud en la vacunación, nuestra única luz al final del túnel; de que haya tanta gente a la que le importen un comino todas las restricciones, que en apariencia no van con ellos; de que la política sea un guirigay donde solo se busca aplastar al contrario; de que los asuntos realmente esenciales (sanidad, educación) sigan siendo los últimos de la fila, cuando todos los esfuerzos deberían estar centrados en ellos; de andar siempre enmascarillados (gracias al cielo, sin embargo, por los líquidos anti-vaho, que nos permiten a los usuarios de gafas ver por dónde pisamos y no rompernos la crisma); de... Y, cuando frente a estas ingratas realidades busco refugio en la lectura, me encuentro con que las novelas se han llenado de psicópatas. De esos que son muy, muy retorcidos, frente a los cuales el asesino de Psicosis es casi un corderito. 


Por lo general, la novela negra es uno de mis recursos preferidos cuando el ánimo flojea. Nada como una buena novela repleta de tensión y misterio para hacerte olvidar la ingrata realidad y despejar la mente. Pero este año... Tal vez he sido yo la equivocada en mis elecciones y he hecho mal en dejarme arrastrar por lo que sale en los medios. Evidentemente, el género abarca muchos registros, desde las plácidas novelas detectivescas británicas que transcurren en mansiones regidas por imperturbables mayordomos hasta las más nerviosas y trepidantes historias de detectives californianos que deben enfrentarse a la corrupción y al crimen organizado (pienso, por supuesto, en mi admirado Michael Connelly, que nunca defrauda), pasando por la novela negra escandinava, donde todo -policías y asesinos- parece envuelto en un bloque de hielo. Desde hace un tiempo, sin embargo, vengo advirtiendo en las novelas negras una deriva hacia lo morboso y lo psicológicamente enfermizo. Los crímenes son cada vez más retorcidos y desagradables (no se le ahorran detalles al lector) y los investigadores están cada vez más traumatizados emocionalmente. Si antes nos conformábamos con un detective de vida sentimental calamitosa, ahora parece inevitable que haya sufrido algún terrible trauma o que esté marcado por algún suceso luctuoso. Si antes los asesinos mataban a veces con saña -pudiendo incluso mostrarse inquietantemente creativos-, ahora  su crueldad  alcanza unos grados casi inimaginables de refinamiento. Jack el Destripador no les llega a la suela del zapato. 

Descubrimiento de una de las víctimas de Jack el Destripador

Así sucede por ejemplo con Antonia Scott, la investigadora que protagoniza la trilogía de Gómez-Jurado (Reina roja, Loba negra y Rey blanco) o con el perjudicadísimo inspector francés Sharko, de Franck Thilliez, ambos verdaderos desastres emocionales. Cuesta creer que gente con esos historiales pueda seguir trabajando. Los asesinos también parecen rivalizar en retorcimiento, dispuestos a no ahorrarles ningún tipo de sufrimiento a sus víctimas. Véase por ejemplo el que protagoniza La novia gitana, de Carmen Mola, que de tan rebuscado frisa el absurdo (¿matar con gusanos que se comen a las víctimas por dentro?). Por si no fuera bastante, hay que incluir algún niño secuestrado o torturado, para que la angustia del lector alcance niveles aún más altos, como ocurre en No está solo, de Sandro Dazieri. Cito aquí solo algunos de los últimos que han pasado por mis manos, pero hay muchos más. Y yo me pregunto, ¿es todo esto necesario? Sin duda soy yo la equivocada, porque todos estos autores son superventas. ¿Acaso el visionado de incontables episodios de series tipo CSI o Mentes criminales ha encallecido tanto a los lectores que -cual drogadictos- piden cada vez una dosis mayor para satisfacer su ansia de emociones fuertes? (Y los autores, solícitos, les sirven raciones abundantes.) Seré rara, pero estoy harta de psicópatas. Para angustias y emociones fuertes, las que hemos vivido durante estos meses, o las que los barceloneses estamos sufriendo estos días de barricadas, contenedores ardiendo y violencia callejera. No necesito más. A partir de ahora, buscaré mi solaz en novelas donde lo que cuente sea el ingenio del investigador, no la crueldad del asesino ni la inestabilidad emocional del investigador. Pienso recurrir a lecturas plácidas como el Club del crimen de los jueves, con sus sagaces ancianos, o a novelas donde el misterio a resolver se encuentra confortablemente instalado en el pasado, como sucede en La hija del tiempo de Josephine Tey, una verdadera delicia donde además se aprende historia de Inglaterra en lugar de las diferentes maneras de destripar, despellejar o torturar. 

18 comentarios:

  1. Hola ELENA,

    Siento esta racha, no puedo comentar nada pq ya sabes q solo leo actualidad q me habéis filtrado gente q me fío, afortunadamente no he leído nada de lo q dices. Ya sabes q a mí me interesa mucho la psicopatía como desorden pero claro, el describir escenas gore y cuanto más gore mejor no es lo interesante de describir la psicopatología de un psicópata. Supongo q leerías "El adversario" de E. Carrére q describe a uno bastante bien (aunque a mí formalmente no me llamó, me parecía más género periodístico). Otro aburridísimo de es "American psycho" q leí por lo de "cult classic" pero no me gusta nada tampoco. Deberíamos hacer una lista de psicópatas bien descritos en la literatura? Julian Sorel de "Rojo y Negro", Grenouille de "El perfume" o la maravillosa Becky Sharp?

    Hablando de psicopatía, te quería contar q llevo casi 200 páginas de "The house of God" (recuerda q me lo sugeriste para leer "medical writing") y estoy en ese momento oscuro en el q me planteo si dejarlo. Entiendo q es una sátira, pero me está pareciendo a ratos cruel,una sátira debe apuntar para arriba, y este apunta en la otra dirección-a los débiles-lo de las mujeres lo esperaba (1978), era otra época, pero hay algunos temas con pacientes q son heavies y me pregunto si el prota (trasunto del autor) no tiene él mismo rasgos sicopáticos. No es un libro q no me llegara desde el principio, me pareció entonces ingenioso y bien escrito desde el humor, pero ahora me pregunto si va a seguir así hasta 400 páginas. Ya te contaré.

    Acabo de terminar una novedad maravillosa-recomendación, si no, no me lanzo, ji-, q no sé si habrás leído, "The falconer" de Dana Czapnic (2019). Escribiré sobre ella...

    HUgs

    di

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    1. Tú sabes mucho más que yo de esto, Di, pero desde mi ignorancia siempre he sospechado que el exceso de gore es innecesario. Como bien dices, hay en la literatura psicopátas mucho más interesantes sin que haya que llegar a esos extremos. Por supuesto, he leído "El adversario", que me pareció estremecedor (y sí, hay bastante de periodismo ahí, pero también de literatura). No había pensado nunca en Julien Sorel y en Becky Sharp (personaje que me encanta, por cierto) como psicópatas, pero seguramente tienes razón.
      En cuanto "The House of God", entiendo tus reticencias, es una sátira bastante cruel por momentos e imagino que si te toca de cerca, deja de ser tan divertida.

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    2. DE hecho, creo q tengo q releer a Sorel pq lo leí cuando no estaba yo "en esto" y mi análisis es desde el recuerdo: será interesante verlo ahora con otras gafas.

      La descripción de Becky es genial pq además es tan detallada q puedes diseccionarla (aunque tb tiene pasado chungo y tal). Así q sin duda, los mejores sicópatas son los q no matan... bueno, aparte del Dr Lecter, q ahora cumple 30 años :) Por cierto qué poco gore aparece en "El silencio de los corderos" una de mis pelis favoritas y q más miedo me ha dado o, por ejemplo, en "Tesis" de Amenábar, otra con psicópata y muuucho miedo. Este último me gusta pq es un niño bien sin traumas ni cosas solo crueldad :)

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  2. ps> Perdón, es q es "mi tema". Sobre lo q dices de la vida atormentada de los detectives, a mí me pone mala el pasado traumatizado de los presuntos psicópatas... ¿para explicar sus acciones? Me cabrea mucho, pq esa causa-efecto es impresentable y además, cómo tiene q sentirse tanta gente traumatizada q siguen viviendo con su dolor como pueden? SI los autores/directores se documentasen sobre el origen de la psicopatía y ellos mismos mostrasen más empatía, ayudaría.

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    1. Totalmente de acuerdo, yo también estoy hasta el gorro de justificar a todos los criminales por su pasado traumático. Pues anda que no hay gente que lo pasado muy mal y no va por ahí haciendo sufrir a los demás...

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  3. Comparto tu opinión Elena.
    Será que los tiempos están cambiando, y los psicópatas con ellos. O será que cada vez hay más psicópatas entre la gente normal.
    El caso es que empieza a haber un placer preocupante en hacer sufrir a los demás.

    Besos.

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    1. Me alegro de que coincidamos, Devoradora. No sé si es que hay más psicópatas o sencillamente que los escritores han descubierto ahí un filón y lo explotan a conciencia.

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  4. BUenas, yo no leo nada de esas novelas negras nuevas. Me sorprende que hayas leido a Juan Gomez Jurado. Yo vengo a recomendarte una novelita la mar de entretenida, con una trama interesante pero sin psicópatas, que se llama Muerte con pinguino de Kurkov. Editada por Blackie Books, me lo he pasado muy bien leyéndola.

    La del club de los jueves se la regalé a mi madre por los Reyes magos, a ver si se la mango.

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    1. Está claro que tanto encierro reblandece el cerebro, Moli. Suelo resistirme a leer lo que anda en boca de todos, porque suele ser malo, pero ya ves... Anoto la recomendación, a ver si consigo salir de este bache de novelas negras decepcionantes. Sobre el Club del crimen, es una novela muy ligera, pero amena y simpática. Está escrita por un productor de TV y eso se nota: casi puedes ver la serie, escena a escena.

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  5. Pues tenéis razón. Están proliferando novelas con asesinos psicópatas traumatizados en su infancia por razones varias y que suelen ser descubiertos por detectives o policías también con severos traumas, generalmente mujeres, por aquello de la cuota. Y se pasan en la descripción de escenas sanguinolentas y crueles a tope. Pero parece que eso gusta a cierto tipo de lector que se olvida de otros ingredientes básicos de una buena novela. Pienso en un autor como Pérez Gellida. Ya solo leer los títulos de sus novelas te imaginas por dónde va ( las he leído, no solo,el título)
    Por eso, y en la línea de lo reconfortante, me gustan autoras como Rosa Ribas o Alicia Giménez-Bartlett, por poner un ejemplo que me viene rápido a la mente, o Eugenio Fuentes y Domingo Villar. Escriben bien, consiguen interesarte y no acabas con la sensación de haber visitado una carnicería, sección chasquearía fina.
    Un saludo. Como siempre, tomo nota de las sugerencias tuyas y de tus lectores.

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    1. Coincido plenamente, Marisa, estos autores parecen olvidarse de que las buenas novelas necesitan también personajes creíbles y tramas verosímiles. A mí me gusta mucho Rosa Ribas (recomiendo sobre todo su trilogía de Los años oscuros). Disfruté también con la última de Domingo Villar. Recomendable también Terra alta, de Javier Cercas. Novelas policíacas que no olvidan que son, ante todo, novelas.

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  6. Ciertamente todo lo que has escrito... los personajes de Poe, Simenon o Agatha Christie son unos sosos a la par de todos estos seres salvajes y perturbados de la actualidad, que pululan en libros, filmes y series policiacas...

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    1. Sí, y ¡qué alivio encontrarte con un detective de costumbres sobrias e intelecto aguzado como Poirot, o con criminales que lo más que hacen es envenenar a la tía o al marido! Muestra de que se pueden hacer novelas de éxito sin necesidad de tanto psicópata ni tanta víscera derramada.

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  7. Tienes toda la razón...y mira que yo soy fan del psycokiller! Pero por favor, vale ya de rocambolescos crímenes encriptados y de investigadores que deberían estar en el suelo, llorando en posición fetal. Suerte que, en este caso, la realidad no puede superar a la ficción ya sea por falta de tiempo, de estímulo o de conocimiento. Contando con que semejante despliegue sería inmediatamente colgado en redes sociales por el propio asesino a cara descubierta y la ubicación activada.

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  8. Cuando leí tu entrada pensé lo mismo ¡que yo también estoy harta de asesinos psicópatas y de libros cada vez más truculentos. Lo de los traumas del pasado es requisito imprescindibel también por parte de las investigadoras (que últimamente son siempre ellas.
    Para combatir tanta "casquería" de vez en cuando me sumerjo en alguna novela de la época clásica, más british, como Villanos Victorianos. Una antología, editada por Siruela, que acabo de terminar.

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  9. Coincido contigo en apreciar a Rosa Ribas, Domingo Villar o Javier Cercas con Terra Alta. No se si has leído a Marco Vichi y su serie del comisario Bordelli, que además nos permite viajar por la Florencia de los años 60 :)

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    1. Tomo nota de estos villanos victorianos, suena estupendo. También, de Marco Vichi, al que no conozco. La Florencia de los 60 es muy apetecible. ¡Gracias por estas recomendaciones!

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