John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

domingo, 18 de enero de 2015

ESCRITORES, EDITORES Y HUMOR


Como sin duda saben mis lectores, la prestigiosa revista The New Yorker publica, además de interesantes reportajes, críticas, ensayos y alguna de la mejor ficción americana, unas cuantas viñetas humorísticas en cada número. Igual que sus artículos, su humor tiene un sello especial, característico, que se ha hecho justamente famoso. Digamos que, aunque sus dibujantes son muy diversos, el humor que destilan estas viñetas se ajusta siempre a un mismo modelo. Bob Mankoff es el encargado de elegir las viñetas que se publicarán entre las más de mil que reciben cada semana (un verdadero trabajo de analista de humor, tal como él se autodefine en este divertido -cómo no- vídeo en el que explica cómo realiza esta labor).  El criterio de selección no consiste en determinar si una viñeta es o no graciosa -algunas incluso lo son demasiado-, sino si son adecuadas para el contexto y si responden al tipo de humor de la revista. ¿Y en qué consiste el humor de The New Yorker? Como dice Mankoff, en el humor siempre ha de haber algo de incongruencia, de contraste: unir dos cosas que normalmente no van juntas. Los chistes, además, se ríen siempre de algo o de alguien. Pero en The New Yorker el objetivo no es el otro, el diferente, sino los propios lectores. Es decir, las viñetas de The New Yorker deben ser autorreflexivas, reflejar en clave humorística alguna de las características de los lectores de la revista: sus obsesiones, su narcisismo, sus fobias, sus filias...
 
Dado el perfil de su público -que se supone compuesto por gente culta y leída-, no es extraño que muchas de estas viñetas se dirijan a las personas que están en contacto con el mundo de los libros: escritores, editores, libreros, lectores. Para los que habitamos ese mismo universo, las viñetas que tratan de ellos -ahora recogidas en un volumen por Libros del Asteroide- son especialmente graciosas.

Los escritores

 
 "¿Si ya lo he terminado? ¿Para qué querría terminarlo?"
 
[Eso, ¿para qué? A veces, casi es mejor...]

Los editores


"Algo de texto, Ted, danos solo algo de texto y nuestra gente
 de marketing se encargará del resto."
 
[La verdad, más que un chiste, juraría que esto procede de un micrófono oculto en alguna oficina editorial.]

Los lectores (en los tiempos del Kindle)

 
"Me cansé de tener a Moby Dick burlándose de mí desde la estantería,
así que lo metí en mi Kindle y no he vuelto a pensar en él." 
 
[Quitándole la parte irónica, lo cierto es que los libros que van al Kindle se olvidan mucho más fácilmente que los que tienen una presencia física. A veces, hasta temo que un día adquiriré dos veces el mismo libro electrónico. "Out of sight, out of mind", ya lo dicen los ingleses.]
 

Y hasta los libreros


"Tenemos el calendario del libro, libretas del libro, el audiolibro, el DVD de la película basada en el libro, pero no tenemos el libro."
 
[Cierto, quizás es que tal libro en realidad nunca existió. Se me ocurren algunas obras candidatas a ello...]

 
No son viñetas que te hagan reír a carcajadas, pero si que provocan una sonrisa de reconocimiento y un cosquilleo interior en cualquiera que sea la zona del cerebro que rige nuestra apreciación del humor. Nada más sano que reírse de uno mismo o ver caricaturizadas algunas de las manías que nos afligen, ya sea a nosotros o a algunos de los tipos humanos que tenemos cerca.

[Por cierto, la misma editorial ha publicado otras recopilaciones de viñetas: La oficina en The New Yorker y El dinero en The New Yorker.]
 
 
 

3 comentarios:

  1. Me lo apunto para próximos viajes.

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  2. Lo he visto...y tomo nota de él...a ver si me río tanto como con los chistes que has puesto.

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    1. Seguro que te ríes mucho, yo sólo presento una mínima selección...

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