John F. Peto

John F. Peto
Cuadro de John F. Peto (detalle)

miércoles, 16 de enero de 2013

ENORMES CAMBIOS EN EL ÚLTIMO MINUTO

Disculpen el título algo equívoco de esta entrada. En efecto, he tomado prestado este título, que siempre me ha gustado mucho, de un excepcional libro de relatos de la escritora neoyorquina Grace Paley. Pero no pretendo hablar de él, ni de la autora (les remito a este otro blog si quieren saber más de ella, vale la pena). Yo pretendo hablarles de una curiosidad literaria que quizás les resulte una absoluta novedad: ¿sabían que a algunas obras consideradas clásicas de la literatura les falta un capítulo, o que su  final fue del todo reescrito por su autor? No nos referimos a alteraciones menores -una coma por aquí, un adjetivo por allá- sino a enormes cambios que alteran el significado de la obra. ¿Por qué esas modificaciones? Pues los motivos son diversos. Veamos algunos:


Dracula, de Bram Stoker
De acuerdo con el manuscrito original (ahora en manos de un coleccionista privado), el final previsto inicialmente por Stoker no era el que ahora conocemos. Según reza ese manuscrito, el castillo de Drácula se derrumbaba en el mismo momento en que él moría, borrando así efectivamente toda huella de la existencia de vampiros. No se sabe si el cambio obedeció a que Stoker quería dejar abierta la posibilidad de una continuación o si encontró que se parecía en exceso a La caída de la casa de Usher, de Edgar Allan Poe.

Un fotograma de la versión cinematográfica
dirigida por David Lean.
Grandes esperanzas, de Charles Dickens
Todo el que ha leído Grandes esperanzas sabe que tiene un final un tanto ambiguo, pero más bien feliz: después de que Pip ve cómo naufragan esas grandes esperanzas que tenía para su vida, se encuentra con su antiguo amor, Estella, en las ruinas de Satis House. Ella se había casado con otro, pero ahora ha enviudado. Quizás, después de todo, haya un futuro para ambos. Sin embargo, ese no es el final que Dickens había proyectado. El final de Dickens, más acorde con el tono de la historia, preveía en efecto el reencuentro de Pip con Estella. Sin embargo, ella se ha vuelto a casar con otro y Pip sólo le dice que se alegra de que ahora sea  mejor persona de lo que era antes, para despedirse luego, sin duda definitivamente. Dickens le dio a leer la novela a su amigo Edward Bulwer-Lytton (seguro que les suena, es el autor de Los últimos días de Pompeya), quien opinó que era un final demasiado triste, por lo que Dickens -siempre pendiente de su público- lo reescribió. Como algunos otros críticos, no puedo evitar pensar que a una novela como ésta que habla de decepciones le hubiera correspondido el final original.

En un episodio de The Big Bang Theory, los protagonistas
adquieren una máquina del tiempo como la que describe Wells
La máquina del tiempo, de H.G. Wells
En la novela de Wells -que inspiraría tantas otras obras, en la pantalla y en papel-, el protagonista, ayudado por su máquina del tiempo, visita un futuro muy lejano en el que descubre dos nuevas razas, los Eloi y los Morelocks. Parece que su editor quería subrayar la degeneración del género humano e hizo que Wells escribiese un capítulo adicional en el que el viajero visita a continuación un futuro aún más distante y allí se encuentra con una forma evolucionada de los Eloi, a la que mata porque no sabe reconocer de qué se trata, antes de regresar corriendo a su presente, perseguido por un animal monstruoso.  La obra se publicó así en su versión por entregas en la New Review. Sin embargo, insatisfecho con el resultado, Wells logró que el fragmento en cuestión se suprimiese cuando la novela se editó en forma de libro. Para quien sienta curiosidad por ese final alternativo, se publicó más adelante como texto aparte con el título de The Grey Man.
  
Picnic en Hanging Rock, de Joan Lindsey
¿Quién no recuerda el escalofrío que producía el final de este libro/película? El grupo de chicas que ha ido a pasar un día de campo desaparece misteriosamente, sin dejar rastro. De ellas nunca más se supo. Esa intriga, con todos los interrogantes que abre, es parte esencial del atractivo de la obra. Pero lo cierto es que Joan Lindsay había previsto otra cosa: las chicas descubren un agujero en el tiempo, tres de ellas desaparecen en él y son convertidas en cangrejos (sí, como suena), mientras que la cuarta puede milagrosamente regresar. La intervención providencial del editor, que convenció a la autora para que prescindiese de ese absurdo final, consiguió que hoy aún nos acordemos de ella. ¿Una película con cangrejos? No, sinceramente, me temo que Hollywood no hubiese estado por la labor.

11 comentarios:

  1. Resulta bastante interesante que en este caso la buena labor de algunos editores hicieron mejores finales de los que se imaginaban sus escritores, aunque no habría estado mal leer como los terminaban ellos.
    Unos datos muy curiosos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La mano oculta del editor (o del amigo escritor, en el caso de Dickens). No siempre aciertan, tal vez, pero su función es ayudar a mejorar el libro.

      Eliminar
  2. Cuando leo o veo una buena peli siempre me pregunto si habrá algo más, algún detalle en alguna parte que se me escapa... me ha encantado conocer las cavilaciones secretas de estos autores que mira por dónde les llevaron a buen puerto. Para que triunfe una trama, el final lo es todo y creo que acertaron con los cambios, actuaron con buen criterio. Gracias, Elena, tu blog ha sido un magnífico hallazgo y si me lo permites, vendré siempre que pueda. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Bienvenida al blog, Mere! Espero verte por aquí a menudo.

      Eliminar
  3. ¿¿¡¡CANGREJOS!!?? Te juro que me has alegrado el día. Lei "Picnic en Hanging Rock" el año pasado y en la vida se me hubiera podido ocurrir que una narración tan elegante, atmosférica y elegante como la de esta obra... estuvo a punto de a acabar con una explicación tan sumamente "pulp" y de serie B!!! Me encanta.

    A pesar de mi fanatismo por estas bizarradas, tengo que admitir que el editor tenía razón. Aparte de que ese final no encaja, creo que parte de la efectividad de la novela es la falta de seguridad sobre qué ocurrió exactamente ese día a las chicas.

    Un saludo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde luego que los cangrejos le hubiesen quitado toda la magia y el misterio a la novela. ¿Pero a que una vez sabes que existió este capítulo te quedas con ganas de leerlo? Aunque sea sólo por morbo...

      Eliminar
    2. Me da escalofríos pensar en los cagrejos, pero es verdad, que morbo poder leer ese capítulo!

      Eliminar
  4. Muy interesante artículo, creo que podría dar para una serie entera Elena. La de "Picnic" no tiene desperdicio y seguramente hubiera acabado con el prestigio de la novela y la película ya no pertenecería al discurso narrativo fantástico que tan bien dominaba Peter Weir en sus inicios.
    Para quien esté interesado en dos de los finales traducidos al castellano, las ediciones de Drácula de Akal y Valdemar contienen ese fragmento como anexo y el relato de Wells se tradujo en un libro colectivo titulado "Cronopaisajes" de ediciones B.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si tengo material suficiente como para una serie, Carlos. Pero ten por seguro que si descubro alguna otra curiosidad parecida, me haré eco de ella. Gracias por las precisiones sobre dónde encontrar los finales alternativos. Tengo unos lectores que son un pozo de ciencia :)

      Eliminar
  5. ¡Hala que interesante! No sabía nada de esto, pero ahora quiero leer los finales alternativos... haha
    Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Curiosísimo. No conocía ninguno de los finales alternativos. Si que hace tiempo leí (y quiero releer) la versión original de Frankestein de Mary Shelley, que se conserva manuscrita y se publicó hace un tiempo junto a la versión que se publicó definitivamente y todos conocemos, que resulta de las presiones editoriales a Mary. En la original se modifica sustancialmente la trama, los motivos de Victor Frankestein, el cariz del "monstruo" y el final (que es lo que lo trae a colación).

    PS: Gracias por la referencia. Yo he picado. Al ver el título de tu post, Paley ha venido a mi memoria inmediatamente. No tengo remedio.

    ResponderEliminar