Tan maleados estamos por el abuso de series, que aplicamos el concepto de "temporada" a cualquier cosa. Incluso a una serie de entradas de un blog, como aquí. Mis disculpas, pero estoy segura de que todos lo han entendido.
Hace un tiempo, espoleada por esa irreprimible curiosidad lectora que es la marca de identidad de este blog, se me ocurrió pedirles a una serie de amables compañeros blogueros que contribuyesen con una entrada sobre sus bibliotecas personales. Me movía, ya imaginarán, el voyeurismo libresco. Ese que hace que cuando uno llega a cualquier casa se le vayan los ojos no hacia las figuras de Lladró, sino hacia los libros de las estanterías (aunque lo normal es que las figuritas excluyan lo otro, y viceversa). Como sin duda saben los visitantes asiduos -y para los que no, aquí va un enlace- la serie tuvo un gran éxito. Tanto, que cada vez que he tenido ocasión de hablar en vivo y en directo con uno de mis lectores ha salido con la pregunta: "¿No van a haber más posts sobre bibliotecas?". Acto seguido, nueve veces de cada diez la conversación derivaba hacia las variedades de ordenación bibliotecaria de cada cual, las estrategias para ganar espacio, los lugares más extraños donde cada cual guarda los libros... En fin, esos temas sobre los cuales los bibliómanos podríamos disertar durante horas. Bien, pues ese momento ha llegado. De nuevo he reclutado a un entusiasta contingente de blogueros librómanos para que hagan lo que sin duda más les gusta: hablar de su biblioteca.
Esto alimenta nuestra vena más voyeur... ;)
ResponderEliminarPor supuesto, Mar. ¡De eso se trata!
Eliminar¡Qué ganas tengo! ¿Quienes serán los nuevos reclutas?
ResponderEliminar¡Pronto lo verás! Todos ellos blogueros de pro, por supuesto. Y grandes lectores.
Eliminar