Los escritores son -deben serlo por necesidad- grandes lectores. Y en sus historias, a veces, aparecen personajes que leen. Libros dentro de libros. A su vez, el hecho de que un personaje lea un libro determinado, estimula a los lectores de libro-marco -es decir, la obra dentro de la cual aparece ese personaje, sé que esto empieza a ser lioso- a leer también el libro en cuestión. Pero no siempre sabemos con exactitud lo que leen los personajes de ficción. A veces, el autor se limita a presentarnos a sus criaturas con la nariz siempre entre libros, sin especificar mucho. Flaubert, sin ir más lejos, nos informa de la afición de Emma Bovary por las novelas; menciona alguna de pasada, como Paul et Virginie y nos dice también que leyó a Sue, a Balzac y a George Sand, pero no se demora en sus lecturas tal como se demora en otros aspectos de su vida. Otras veces, sin embargo, el libro-dentro-del-libro se erige en motivo central. Es lo que ocurre, por ejemplo, con La señora Dalloway en Las horas de Michael Cunningham. O con Los tres mosqueteros en El Club Dumas. Por cierto, que Joyce se adelantó a Pérez-Reverte en esto (¡como en tantas otras cosas!): en su Retrato del artista adolescente, Stephen Dedalus también lee a Dumas con fruición, concretamente El conde de Montecristo.
Nicole Kidman caracterizada como Virginia en Las horas |
¿Qué sucede cuando un libro pasa a la pantalla? A priori, el efecto de una lectura determinada es menos vistoso en imágenes que sobre el papel. Ya no hay libro-dentro-del-libro, sino libro-en pantalla, que tiene mucho menos encanto. Aún así, tal como nos informaba un artículo aparecido en The Guardian, en el cine (y la TV) persisten algunos personajes influenciados por sus lecturas. He aquí algunos de los ejemplos que proponen:
-La vie d'Adèle.
En esta preciosa película, basada en una novela gráfica, Adèle ama la lectura. Cuando la conocemos, está fascinada con La vie de Marianne (es evidente el nexo entre el título de este libro y el de la propia película). Todo empieza en clase, donde se habla de esta novela de Marivaux que están leyendo. Al hilo de sus páginas, el profesor hace que los alumnos reflexionen sobre el enamoramiento y sobre la impresión de predestinación que a veces se siente al conocer a alguien. De la literatura, al encuentro del amor. Eso es precisamente, lo que le ocurrirá a ella.
-Matilda
La heroína de la novela homónima de Roald Dahl es una auténtica devoradora de libros. Al principio, una de sus lecturas preferidas es El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett.. Pero pronto se atreve con libros "de mayores" como Grandes esperanzas. Y de ahí a otros grandes clásicos, como las obras de Kipling, Faulkner o Hemingway. No todos aparecen en pantalla, claro, pero Matilda deja bien claro que le gusta leer.
-The Wire
¿Quién diría que en esta serie ambientada en los barrios marginales de Baltimore y el mundo de la droga y la delincuencia se lee? Ciertamente, la lectura no es lo primero que salta a la vista. Pero D'Angelo Barksdale es capaz de hacer un lúcido análisis del libro que ha leído en prisión, El gran Gatsby: "Lo que quiere decir es que el pasado siempre va con nosotros. De dónde venimos, lo que nos sucede, cómo nos sucede... toda esta mierda es importante", les explica a sus compañeros, menos perspicaces que él. No cabe duda de que también D'Angelo ha aprendido algo de su contacto con la lectura. Aunque demasiado tarde. Irónicamente, D'Angelo será asesinado en una de las dependencias de la biblioteca.
-La vie d'Adèle.
En esta preciosa película, basada en una novela gráfica, Adèle ama la lectura. Cuando la conocemos, está fascinada con La vie de Marianne (es evidente el nexo entre el título de este libro y el de la propia película). Todo empieza en clase, donde se habla de esta novela de Marivaux que están leyendo. Al hilo de sus páginas, el profesor hace que los alumnos reflexionen sobre el enamoramiento y sobre la impresión de predestinación que a veces se siente al conocer a alguien. De la literatura, al encuentro del amor. Eso es precisamente, lo que le ocurrirá a ella.
-Matilda
La heroína de la novela homónima de Roald Dahl es una auténtica devoradora de libros. Al principio, una de sus lecturas preferidas es El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett.. Pero pronto se atreve con libros "de mayores" como Grandes esperanzas. Y de ahí a otros grandes clásicos, como las obras de Kipling, Faulkner o Hemingway. No todos aparecen en pantalla, claro, pero Matilda deja bien claro que le gusta leer.
-The Wire
¿Quién diría que en esta serie ambientada en los barrios marginales de Baltimore y el mundo de la droga y la delincuencia se lee? Ciertamente, la lectura no es lo primero que salta a la vista. Pero D'Angelo Barksdale es capaz de hacer un lúcido análisis del libro que ha leído en prisión, El gran Gatsby: "Lo que quiere decir es que el pasado siempre va con nosotros. De dónde venimos, lo que nos sucede, cómo nos sucede... toda esta mierda es importante", les explica a sus compañeros, menos perspicaces que él. No cabe duda de que también D'Angelo ha aprendido algo de su contacto con la lectura. Aunque demasiado tarde. Irónicamente, D'Angelo será asesinado en una de las dependencias de la biblioteca.
La frase "yo no leo libros, espero a que salga la película" ha calado tanto en nuestra mente que percibimos un falso estereotipo del espectador de cine. Indudablemente, hay de todo en esta vida. Pero, si lo pensamos fríamente, los dos formatos son igual de válidos para evadirse en otros mundos. Así, se puede llegar a la conclusión de que la gran mayoría de lectores también son asiduos a las salas de cine.
ResponderEliminar¿Y cuantas películas están basadas en libros? La conexión es tan evidente que parece mentira que apenas utilicen referentes literarios para enriquecer sus guiones. Cosa que sí hacen para ambientar, por ejemplo, con canciones en multitud de bandas sonoras.
Muy acertado tu comentario, Mazcota. Tanto la literatura como el cine narran historias, de modo que no hay tanta distancia entre uno y otro. Y la literatura es una enorme cantera de inspiración para los guionistas. Por eso, es verdad que sorprende que no haya más referencias literarias en las películas. ¿Quizás es que los productores se asustan de todo lo que huela a "alta cultura"?
EliminarHola, Elena: y no te olvides de "El coronel Chabert" (Balzac), dentro de "Los enamoramientos", hasta el punto de que se convierte en leitmotiv y en objeto de variaciones en la novela de Marías.
ResponderEliminarUn saludo.
Ah, pues muchas gracias por la aportación, Barbusse. Lo cierto es que no he leído (aún) esta novela de Marías, de modo que ignoraba ese dato.
EliminarSi hay algo malo con el tema "libro dentro de un libro", es que lo destripen. Que cuenten más de lo que te gustaría de un libro que tenías, o tienes, pensado leer.
ResponderEliminarMmm... No sé. Creo que esto sólo se aplica a ciertos libros, como las novelas policiacas (donde sí es importante que no te cuenten el final). Por lo demás, al contrario de lo que sucede con las películas, la mayoría de las novelas no pierden encanto por saber su argumento de antemano: lo importante es cómo lo cuenta el escritor.
EliminarGrandes esperanzas es uno de los libros más leídos por los personajes de ficción tanto televisivos como literarios. Tambien me encuentro bastantes menciones a El guardian entre el centeno.
ResponderEliminarY por cierto, si la dama de provincias no leía a Arnold Bennet al menos lo mencionaba.
No tienen anda que ver pero estoy terminando de ver la cuarta temporada de The Wire ¡qué buena serie!
Es verdad, lo de Salinger es casi un lugar común.
EliminarThe Wire es también una de mis series favoritas (en estrecha competición con Los Soprano).
¡Qué buena entrada!
ResponderEliminarTambién yo he encontrado libros dentro de libros, el que se me viene al recuerdo es cuando leía la saga de Crepúsculo. La narradora introdujo, para mejorar la comparación del personaje Edward Cullen, al famoso Dr. Jekill y su alter ego Mr. Hyde. No dude en leer esta excelente obra.
Otro ejemplo me lo dio Dostievskii en su novela El Idiota. Uno de los personajes iba leía a Madame Bovary.
Muy interesante.
Saludos!
Elena, me encanta este artículo sobre tautologías librescas y lectoras. En seguida me ha venido a la cabeza la poesía, que también participa del asunto.
ResponderEliminar" Creación de Dante era el libro, era su Infierno" -Becquer dixit en "Del salón en un ángulo oscuro" -ñTambién Elliot introduce lectores y libros en sus poemas. Y Cunqueiro. Y un largo etcétera.
Los libros mejor editados y los lectores más viciosos en películas los he visto en un raro que se llama Hal Hartley. Son unos libracos gordos y grandes de lo más apetecible, que entran y salen de bolsos o se leen en la cama o circulan por los bares. Seguro que por eso le salen tan bien los diálogos
Y el mayor disparate lector aparece en la serie "Sexo en Nueva York". Se supone que la protagonista es escritora. Pues bien, no tiene ni un sólo libro en su casa. Un día se va al campo y se desespera porque no sabe que se puede hacer en una cabaña en los bosques. Ni se le pasa por la cabeza llevarse un libro.¡ A una escritora¡
Luego, un ruso que aparece por NY intenta leerle un poema sobre la nieve al amor de la lumbre. ¡ Un poema de Brodsky ¡ y no lo puede soportar.
Otro personaje infantil lector-de novelas tremendas llenas de contrabandistas-es el inefable Guillermo, que también es escritor y autor teatral.
Es siempre un place asomarse a este blog y celebro las ideas que se te ocurren. Son de lo más entretenido y estimulante.
Buenísima la anécdota de "Sexo en Nueva York". Creo que sólo he visto trozos sueltos de esta serie, pero siempre imaginé que la protagonista tenía que ver con el mundo de la moda o algo así... ¡Escritora! ¡Qué gracioso! Me ha encantado lo de la cabaña en el bosque. Claro ¿qué hacer allí? Seguro que se llevó una maleta llena de zapatos de tacón y ningún libro.
EliminarAcabo de descubrir tu blog. Me he leído algunas entradas, pero esta me ha gustado especialmente, tanto, que se me ha hecho muy corta :)
ResponderEliminarEn La abadía de Northanger, Catherine lee Los misterios de Udolfo. Creo que alguno más, pero ese es el que recuerdo. Y claro, en El club de lectura Jane Austen, se leen todas sus obras. Esto me lleva a La sociedad literaria y el pastel de patata de Guernsey. El contacto tiene lugar gracias a un libro de Charles Lamb. Y Anne Shirley (Ana de las Tejas Verdes) era super fan de La dama de Shalott de Tennyson. Uf, es un no parar :D
Muchas gracias por tu visita, Dorotea. Me alegro de que el post te haya servido para bucear en tus recuerdos lectores. Esa era la idea. Y, por supuesto, podríamos seguir prolongando la lista casi infinitamente...
EliminarGracias por la bienvenida, Elena. Seguiré pasando :)
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